La revuelta comenzó como una protesta contra la subida del precio del combustible el día de Año Nuevo
Miles de manifestantes salieron a manifestar en las últimas horas en las calles de Kazajistán, en medio de violentos disturbios con incendios de edificios públicos y choques con las fuerzas de seguridad.
Kazajistán sumida en el caos y la violencia reporta decenas de manifestantes muertos a manos de la policía durante los asaltos a los edificios administrativos del país. La revuelta comenzó como una protesta contra la subida del precio del combustible el día de Año Nuevo, se amplió drásticamente el miércoles, cuando los manifestantes asaltaron e incendiaron edificios públicos.
Los disturbios, provocados por el alza del precio del gas, se dan en el contexto de demandas políticas más amplias en un país que sigue bajo la sombra del gobierno unipersonal de Nursultan Nazarbayev, durante tres décadas.
Nazarbayev, de 81 años, asumió como presidente de la exrepública soviética en 1990 y no lo abandonó hasta 2019, aunque retuvo su autoridad como jefe del partido oficialista y de un poderoso consejo de seguridad.
Por su parte, el actual presidente Kassym-Jomart Tokayev respondió inicialmente despidiendo a su gabinete, revirtiendo la subida del precio del combustible y distanciándose de su predecesor. También anunció que asumiría un poderoso puesto de seguridad que Nazarbayev había conservado.
Corearon eslóganes contra Nursultan Nazarbayev -antiguo gobernante todopoderoso desde tiempos soviéticos- y, al menos en un caso, enrollaron cuerdas alrededor de una estatua de bronce suya para intentar derribarla.
Sin embargo, las acciones no parecieron suficientes para apaciguar a las multitudes que acusan a las autoridades de amasar una enorme riqueza en petróleo y minerales mientras la nación de 19 millones de habitantes seguía siendo mayoritariamente pobre.
"Estas bandas terroristas son bandas internacionales, han recibido un amplio entrenamiento en el extranjero y su ofensiva contra Kazajistán debe ser considerada como un ataque", ha señalado el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokáyev.
Un bloguero kazajo transmitió en directo a través de Instagram un incendio en la oficina del alcalde de la principal ciudad del país, Almaty, mientras se oían lo que parecían disparos en las inmediaciones. Videos publicados en internet también mostraban un incendio en la cercana oficina del fiscal.
Más temprano, miles de manifestantes avanzaron hacia el centro de Almaty, algunos de ellos sobre un gran camión, frente a lo cual las fuerzas de seguridad pertrechadas con cascos y escudos antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
El jefe policial de la ciudad dijo que Almaty estaba bajo un ataque de “extremistas y radicales”, que habían golpeado a 500 civiles y saqueado cientos de negocios.
El gobierno bloqueó internet y los teléfonos móviles como estrategia de contención. Netblocks, un sitio que supervisa la conectividad mundial a internet, dijo que Kazajistán estaba “en medio de un apagón de internet a escala nacional”.
Rusia ya ha respondido enviando a sus primeras tropas para que Kazajistán pueda controlar una situación que de momento ya ha supuesto que tanto el Ayuntamiento de Almaty como la residencia presidencial hayan acabado envueltas en llamas.
La Unión Europea, la ONU y los Estados Unidos expresaron su preocupación por los disturbios sin precedentes registrados en Kazajistán que dejaron decenas de muertos y miles de heridos. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pidió a su homólogo kazajo, Mukhtar Tileuberdi, una “resolución pacífica”.
En una llamada telefónica, “el secretario de Estado reiteró el pleno apoyo de Estados Unidos a las instituciones constitucionales y a la libertad de los medios de comunicación, y abogó por una resolución pacífica y respetuosa con los derechos de la crisis”, según un comunicado de su oficina.
Por su parte, la UE está “muy preocupada” por la situación en Kazajistán y por la presencia de tropas extranjeras en ese país de Asia central convulsionado por los disturbios, afirmó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
“Los derechos y la seguridad de los civiles deben ser garantizados. La asistencia militar extranjera evoca recuerdos de situaciones que deben evitarse”, escribió Borrell en Twitter, tras el envío a Kazajistán de efectivos de Rusia y de sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, llamó a todas las partes en conflicto a “abstenerse de la violencia” y clamó por una “resolución pacífica” de la crisis.
Kazajistán, un país gobernado por el mismo partido desde que se independizó de la Unión Soviética hace 30 años, es considerado un país importante por su posición estratégica.
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Crísis política pondría en riesgo el potencial de Kazajistán para la minería de criptomonedas
DIKSHA MADHOK/CNN Business
La agitación política en Kazajstán está afectando a la vasta industria minera de bitcoins del país.
La nación de Asia Central se sumió en el caos cuando las violentas protestas provocadas por el aumento de los precios del combustible dejaron decenas de muertos y cientos de heridos. Como parte del caos, se han informado recortes de Internet y telecomunicaciones en todo el país , y eso está teniendo un impacto en las operaciones mineras de criptomonedas locales, que se encuentran entre las más grandes del mundo.
Kazajistán emergió como un centro minero popular el año pasado, después de que la vecina China tomó medidas enérgicas contra la actividad, restricciones que las autoridades chinas dijeron que eran necesarias para proteger los esfuerzos del país para reducir las emisiones de carbono.
La minería de criptomonedas es un proceso complicado mediante el cual se ponen en circulación nuevas monedas. La minería requiere computadoras de alta potencia que resuelvan acertijos matemáticos complejos para crear un nuevo "bloque" en la cadena de bloques.
Requiere una gran cantidad de energía informática y electricidad, y Kazajistán, con sus ricos recursos energéticos , se convirtió en una alternativa atractiva a China para los mineros de criptomonedas.
Kazajistán representó más del 18% del hashrate de la red global de Bitcoin en agosto del año pasado, el último mes para el que hubo datos disponibles, según el Centro de Cambridge para Finanzas Alternativas . Eso es solo superado por los Estados Unidos. Hashrate se refiere a la potencia computacional total que se utiliza para extraer criptomonedas, según CoinDesk.
Todavía no está claro cuándo se restablecerán los servicios de Internet en Kazajistán, por lo que es difícil saber qué tan profundamente sentirán los mineros criptográficos el impacto. Según el monitor de Internet Netblocks, la conectividad había estado cerrada durante 36 horas hasta el viernes por la mañana.
Apenas unas horas después del apagón de Internet, el hashrate experimentó una caída del 12%, tuiteó Larry Cermak, vicepresidente de investigación del sitio web de criptografía The Block.
Los inversores se ponen nerviosos. El precio de un solo Bitcoin cayó a US$ 42.000, su nivel más bajo desde septiembre pasado. La criptomoneda también ha estado bajo presión después de que la Reserva Federal de los EE.UU. señaló que podría deshacer el estímulo económico de manera más agresiva de lo esperado, lo que ha hecho que los inversores desconfíen de los activos más riesgosos.
Las protestas en Kazajistán comenzaron por un aumento en los precios del combustible. Pero también hay otros problemas de larga data detrás de la furia pública, como la desigualdad de ingresos y las dificultades económicas, que se han agravado durante la pandemia de coronavirus, según Human Rights Watch.
Este levantamiento podría llevar a los mineros a buscar sus operaciones en otros lugares, según Anirudh Rastogi, fundador del bufete de abogados de tecnología Ikigai Law, que trabaja con intercambios de criptomonedas en India.
"Eventualmente se reducirá a que los mineros de criptomonedas encuentren el centro adecuado para sus actividades", dijo. "Necesitan un lugar con estabilidad política y electricidad barata".
Kazajistán ya ha estado luchando para hacer frente a las enormes demandas de su red energética debido al aumento de la minería criptográfica, informó el Financial Times en noviembre, y agregó que la escasez de energía en el país ha llevado al cierre de una importante granja minera criptográfica.
Según Rastogi, estos problemas en los principales centros de cifrado pueden obligar a la industria a acelerar la adopción de tecnología más sostenible para la minería, que consume mucha menos electricidad.
Razones de las masivas protestas que dejan decenas de muertos
BBC
Kazajistán, rico en petróleo y gas, es el país más influyente de Asia Central, responsable del 60% del PIB de la región. A menudo se describe como un estado autoritario. Es el noveno país de mayor tamaño del mundo, pero tiene una población relativamente pequeña de 18,8 millones de personas. Kazajistán declaró su independencia en 1991 durante el colapso de la Unión Soviética.
Durante muchos años estuvo dirigido por Nursultán Nazarbáyev, quien se convirtió en primer ministro del país en 1984, cuando todavía era una república soviética.
Más tarde fue elegido presidente en unas elecciones sin oposición, y su gobierno ha estado marcado por elementos de culto a la personalidad, con estatuas de él erigidas en todo el país y la nueva capital rebautizada con su nombre.
Nazarbáyev finalmente dio un paso al costado en 2019, en medio de inusuales protestas contra el gobierno que trató de calmar con su renuncia.
l presidente Tokaev, su sucesor designado a dedo, fue elegido en unos comicios anticipados que fueron criticados por observadores internacionales.
A pesar de que ya no está en el poder, Nazarbáyev sigue siendo influyente y los analistas dicen que las protestas actuales están dirigidas principalmente contra él. En los casi tres años transcurridos desde su renuncia, muy poco ha cambiado y muchas personas en Kazajistán están molestas por la falta de reformas, el bajo nivel de vida y las limitadas libertades cívicas.
Kate Mallinson, del Real Instituto de Asuntos Internacionales (también conocido como Chatham House), le dijo a BBC Rusia: "Nazarbáyev tenía una especie de pacto social con la población de Kazajistán". "La gente era leal al régimen, porque veía que la situación económica estaba mejorando", añadió.
"Pero a partir de 2015 empezó a empeorar, y en los últimos dos años, durante la pandemia de covid, la tasa de inflación en Kazajistán ha sido muy alta", explicó.
La mayoría de las elecciones en Kazajistán las gana el partido gobernante con casi el 100% de los votos y no existe una oposición política efectiva.
El aumento del precio del gas licuado, combustible tradicionalmente barato que se utiliza para el transporte público y privado en Kazajistán, fue la gota que colmó el vaso.
¿QUÉ PUEDE PASAR A CONTINUACIÓN?
Con la situación en Kazajistán cada vez más volátil, los manifestantes se niegan a salir de las calles, pero la policía no responde con mano dura. Por ahora, las autoridades parecen estar tratando de resolver la crisis sin recurrir a una represión severa.
Otro experto con el que habló la BBC, Alexander Baunov, del Centro Carnegie de Moscú, tiene una visión diferente. En su opinión, Kazajistán no es un aliado tradicional de Occidente y, como resultado, los líderes occidentales optarán por interpretar estos eventos como "un levantamiento democrático contra un gobierno opresor".
"Será difícil para los líderes occidentales no apoyar a los manifestantes y para las autoridades kazajas no responder. Es probable que estas protestas acerquen Kazajistán a Moscú a largo plazo".
Diana Kudaibergenova, investigadora de la Universidad de Cambridge, dice que hay indicios de que las autoridades kazajas intentarán resolver la situación de forma pacífica. "Una forma de terminar esto pacíficamente es que el presidente se siente a la mesa de negociaciones con algunos de los manifestantes y que la gente vea que sus voces están representadas".
Como importante exportador de gas, petróleo y minerales, Kazajistán debe prestar atención a la confianza de los inversores. La estabilidad política es un factor clave para preservarla. Al mismo tiempo, parece que muchas personas en el país están cansadas de vivir a la sombra del expresidente Nazarbáyev y están listas para luchar por un cambio genuino.
La agitación dentro de Kazajistán sin duda afectará al resto de la región.
Algunos de los medios de comunicación estatales rusos ya han expresado su opinión de que las protestas fueron instigadas por "las fuerzas de Occidente".
La Casa Blanca pidió el miércoles a las autoridades kazajas que actúen "con moderación" frente a los manifestantes, y dijo que deberían poder "expresarse pacíficamente" contra el gobierno.
La secretaria de prensa del gobierno estadounidense, Jen Psaki, calificó de "locas afirmaciones rusas" las acusaciones de que están incitando a las protestas, agregó que son "absolutamente falsas" y que "claramente forman parte del manual ruso estándar de estrategias de desinformación".
Las relaciones de EE.UU. y Rusia están bajo tensión tras las amenazas de nuevas sanciones de Washington a Moscú ante una eventual invasión a Ucrania. A última hora del miércoles, Tokaev anunció que había pedido ayuda a Rusia para controlar los disturbios.
"Hoy hice un llamamiento a los jefes de los Estados de la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva) para que ayuden a Kazajistán a superar esta amenaza terrorista", dijo el presidente en la televisión estatal. La OTSC es una alianza militar liderada por Moscú que también integran otras exrepúblicas soviéticas y rápidamente respondió que enviará "fuerzas de mantenimiento de la paz".
Paracaidistas rusos ya están de camino.