Se espera un crecimiento anual del 21% para la demanda y del 49% para la oferta
Cochilco (Comisión Chilena del Cobre) publicó un nuevo informe sobre la demanda y la oferta de litio en Chile, en el que proyecta que la demanda se incremente desde 327 kt de Carbonato de Litio Equivalente (en adelante LCE) en 2020 hasta 2.114 kt LCE en 2030.
Esto supone un crecimiento anual compuesto de 21%. Este incremento descansa en el mayor consumo proyectado de baterías de ionlitio del sector automotriz. En efecto, anticipamos que el segmento de vehículos eléctricos pase de representar el 41% del consumo agregado de litio en 2020 a un 73% en 2030.
El consumo agregado se divide mayormente en compuestos de carbonato e hidróxido de litio. Sin embargo, mientras que al 2020 estimamos que el carbonato es demandado con mayor intensidad, con un 67% del consumo total frente a un 28% para el hidróxido, anticipamos que el hidróxido tomara el protagonismo, llegando a un 56% del consumo total versus un 44% para el carbonato hacia el 2030.
Lo anterior se explica mayormente por una creciente inclinación de los fabricantes de cátodos intensivos en níquel, las cuales tienden a favorecer el uso de hidróxido.
En paralelo, a partir de las expansiones productivas de las operaciones existentes junto a la entrada operacional de nuevos proyectos a nivel mundial, proyectamos un crecimiento esperado de la producción mina de 383 kt LCE en 2020 a 1.639 kt LCE en 2030, lo que supone un crecimiento anual compuesto de 16%.
Este incremento está fuertemente asociado a la entrada operacional de proyectos nuevos, los cuales aportarían el 49% de la oferta hacia fines de la década.
A nivel jurisdiccional, proyectamos que Australia aumente significativamente su producción y participación sobre la producción total, pasando de producir 174 kt en 2020 a 415 kt en 2030. Argentina, por parte, también incrementaría fuertemente su producción, llegando a igualar a la producción esperada de Chile hacia fines de la década con alrededor de 238 kt LCE.
Al mismo tiempo, se prevé que varios países, que actualmente no cuentan con una producción a gran escala, como Canadá, la República Democrática del Congo, Mali y México, se conviertan en actores productivos relevantes hacia fines de la década.
Chile, por su parte, actualmente es el segundo mayor productor del mercado con el 32% del total al 2020 y, si bien continúa realizando aumentos significativos de capacidad y producción en el Salar de Atacama, se espera que su participación en la producción mina global caiga a 15% hacia fines de la década.
BALANCE Y PRECIOS
El mercado ha avanzado desde una situación de superávit en 2019 hasta una progresiva estrechez durante 2020, produciendo leves déficits a partir de 2021.
Si bien es esperable que estos se mantengan relativamente estables hasta 2027, el balance continuará en una situación de relativa constricción, lo que significará que cualquier disrupción en la oferta de operaciones existentes o retrasos en la puesta en marcha tanto de proyectos nuevos como de expansiones (que en efecto constituyen el grueso de la producción mina proyectada al 2030 con un 49% y un 10% respectivamente), causen déficits temporales.
Más aún, ya a partir de 2027, proyectamos que la oferta no alcanzará a satisfacer la demanda esperada, creando un déficit creciente.
Esta situación naturalmente ha puesto presión sobre la velocidad con que efectivamente pueda materializase la oferta proyectada, lo que a su vez se ha traducido en un alza en los precios de carbonato e hidróxido de litio durante 2021.