Petrobras recibiría US$ 6.200 millones en compensación por inversiones anteriores en los dos campos.
Las compañías petroleras más grandes del mundo competirán en Brasil este viernes por la oportunidad de hacerse con algunos de los campos costa afuera más codiciados del mundo, una prueba del clima de inversión del país y la voluntad de los principales productores de continuar gastando mucho en activos tradicionales.
Once empresas, desde Exxon Mobil hasta Shell, se inscribieron para competir en dos campos, más conocidos como Sépia y Atapu.
Los activos, ambos ubicados en el presal, tienen un bono de firma combinado de 11.140 millones de reales (US$ 1.959 millones). El gobierno solicita 7.138 millones de reales (US$ 1.255 millones) para Sepia y 4.000 millones de reales (US$ 703 millones) para Atapu.
Brasil intentó vender los dos campos en 2019, pero ninguno recibió propuestas, ni siquiera de Petrobras. En ese momento, cuestiones legales complejas y altas bonificaciones por firmar mantuvieron a raya a las principales compañías petroleras.
Esta vez, los términos de la licitación se consideran más atractivos, según varias fuentes de la industria consultadas por Reuters, gracias en gran parte a los grandes recortes en las bonificaciones por firmar.
El gobierno también recortó el porcentaje mínimo de petróleo que debe entregarse al Estado, conocido como "petróleo lucrativo", del 26,23% al 5,89% en Atapu y del 27,88% al 15,02% en Sepia. Quien ofrezca la mayor parte de petróleo se quedará la subasta.
"Con base en las interacciones que estamos teniendo con los directores ejecutivos, esperamos competencia", dijo a Reuters, Rodolfo Saboia, director general del regulador del sector ANP.
Los posibles postores incluyen un consorcio compuesto por Petrobras, Exxon y Petrogal, una subsidiaria de la empresa portuguesa Galp Energía, según un informe de Reuters de este jueves.
Exxon se negó a comentar sobre el asunto, mientras que Petrobras ni Galp respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Casi todas las partes mantuvieron al menos conversaciones preliminares con bancos o socios operativos. Los campos se consideran atractivos, dado que Petrobras ya descubrió petróleo comercialmente recuperable en ambos bloques, eliminando el riesgo exploratorio.
Si los dos campos se licitan, podrían aumentar la producción de petróleo brasileño en un 12% durante la próxima década y generar cerca de US$ 40.000 millones en inversiones, dijo este lunes el Ministerio de Minas y Energía.
Petrobras recibiría US$ 6.200 millones en compensación por inversiones anteriores en los dos campos.
Las 11 empresas inscritas en la subastason: Petrobras, Exxon, Shell, Petrogal, Chevron Corp, Ecopetrol SA, Equinor ASA, Enauta Participações, Petronas, TotalEnergies SE y Qatar Energy.
Según informó EFE, Sepia y Atapú, ubicadas en la cuenca marina de Santos, frente al litoral de los estados de Sao Paulo y Río de Janeiro, cuentan con reservas ya probadas en el presal, el horizonte de explotación que Brasil descubrió en aguas muy profundas del Atlántico por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor.
El contrato por el que Petrobras obtuvo los derechos sobre todas las áreas de la llamada Cesión Onerosa, que también incluye las gigantescas reservas de Búzios e Itapú, prevé que la estatal podrá extraer de las mismas hasta 5.000 millones de barriles y que tendrá que compartir con otras empresas lo que exceda de ese volumen.
Pero tan sólo en Sepia y Atapú el Gobierno calcula que hay 12.000 millones de barriles de crudo, que equivalen a las actuales reservas probadas de Brasil, según cifras divulgadas la semana pasada por el ministro brasileño de Minas y Energía, Bento Albuquerque.
Según el ministro, ese volumen equivale a las actuales reservas probadas de Brasil (12.714 millones de barriles) y a la octava parte de las reservas probables del país (100.000 millones de barriles), por lo que su explotación lo elevará del séptimo al quinto lugar en la lista de los mayores productores mundiales de crudo.
Las dos reservas fueron ofrecidas en una primera subasta en 2019 pero ninguna empresa se interesó, lo que obligó al Gobierno a modificar las reglas para elevar el atractivo de los activos y a reducir las dudas que existían sobre la compensación que las vencedoras tendrán que pagarle a Petrobras por lo ya invertido.
El Gobierno también redujo el valor que los vencedores tendrán que pagar por las licencias, así como los volúmenes de petróleo que tendrán que entregarle al Estado, con el que firmarán un acuerdo de asociación.
Según las nuevas reglas, el vencedor de la subasta por los derechos para explotar los volúmenes excedentes de Sepia tendrá que pagar 7.130 millones de reales (unos 1.280 millones de dólares) por la licencia y darle al Estado al menos el 15,02 % de su producción.
La empresa que se adjudique los derechos sobre Atapú tendrá que pagar por la licencia 4.000 millones de reales (unos 718 millones de dólares) y entregarle al Estado al menos el 5,89 % de su producción.
El precio de las licencias fue reducido en cerca de un 70 % con respecto a la subasta de 2019 y la participación del Estado en la producción en casi en una tercera pa