Se trata de los proyectos de Planeta Rica Norte y Tarazá, que sumado a iniciativas de Queresas y Porvenir ayudaría a mantener el nivel de producción
ALFONSO LÓPEZ SUÁREZ
Para Colombia, hay níquel de Cerro Matoso para varios años. Además de la entrada en operación del proyecto Queresas y Porvenir, el complejo ya tiene entre sus planes otras dos nuevas iniciativas, que le ayudarán a extender la vida útil de la mina.
Y es que la estrategia no es solo mantener los volúmenes de producción por encima de las 40.000 toneladas del metal al año, sino que con las nuevas minas se buscará elevar la extracción y de paso extender la misma operación de Cerro Matoso que ya pasó de los 40 años de actividad.
Por esta razón, la administración del complejo minero viene trabajando para desarrollar los proyectos de Planeta Rica Norte y Tarazá, minas que a mediano y largo plazo les llevaría la producción a 43.000 toneladas.
Con respecto a la primara iniciativa, los técnicos de Cerro Matoso comenzarán los trabajos de exploración, y estiman que si encuentran el metal con un tenor óptimo se estaría comenzando producción entre cinco a seis años.
“Desarrollar este proyecto es de interés para la compañía ya que está justo al lado de la iniciativa que ya venimos desarrollando desde abril pasado (Queresas y Porvenir). No es una área nueva para nuestra operación, y sí los resultados son buenos en cuanto a las prospectividad, su producción no generaría mayor costo porque ya contamos con infraestructura”, explicó Ricardo Gaviria, presidente de Cerro Matoso.
Otra de las ventajas del proyecto para Cerro Matoso, es que ya tienen lista la logística para traer el material que se extraería para procesarlo en la planta de Montelíbano, y se tiene adelantado el relacionamiento con las comunidades.
La proyección de la administración de Cerro Matoso es que con la iniciativa la zona de Planeta Rica sea un pilar fundamental en la operación del complejo minero para el futuro.
“Hoy, un tercio del material (30%) que se procesa en la planta de Montelíbano viene de esta zona; y la cifra llama la atención porque significa no solo que el grado del níquel ha crecido, y además ha permitido viabilizar algunos recursos que se han ido en reservas”, resaltó Gaviria.
La otra carta que tiene para jugar el complejo minero está en Tarazá, localizado al sur del municipio de San José de Uré, el cual esta en etapa inicial de en estudio, y al cual no se le había apostado antes por temas de orden público.
Este proyecto, que está más a largo plazo, también le permitiría agregar más volumen de material al proceso de la planta para producir níquel.
“Esta una iniciativa que todavía está en pañales, ya que toca entrar y tomar muestras de suelo, por ahora no ha entrado un taladro de perforación , y aunque la prioridad está en Planeta Rica Norte, no deja de ser atractivo porque se nos facilita la logística, ya que la operación de la mina se encuentra a 10 kilómetros de la vía principal”, apuntó el directivo.
De acuerdo con Gaviria la iniciativa de Tarazá es de sumo interés para la compañía, pero su tarea se estimaba para que se desarrollara a más largo plazo.
“Reitero que la intención de la empresa por la estructura de costos es que la producción se mantenga entre 40.000 y 43.000 toneladas al año, con la puesta en actividad de estos dos proyectos”, subrayó.
El presidente de Cerro Matoso señaló que, aunque Tarazá comenzaría con posterioridad su desarrollo, la intención es que junto con la iniciativa de Planeta Rica Norte se desarrollen paralelamente para ayudar a mantener la operación.