De acuerdo con la demanda internacional, en los siguientes 30 años el mundo seguirá consumiendo petróleo y gas natural. La transición energética hacia opciones amigables será gradual
ROCÍO ALAVEZ
El sector de hidrocarburos en la industria energética tiene muchas oportunidades, aún en medio de los deseos por la descarbonización de las economías, que traería muchos beneficios al enfrentar la crisis climática que padecen todos los países, pero con serios retos para las grandes empresas.
En México, especialistas coinciden en que su uso seguirá por muchos años, de acuerdo con la demanda internacional, pues en los siguientes 20 o 30 años el mundo va seguir consumiendo petróleo y gas natural, que constituyen una actividad económica de primera importancia.
Óscar A. Scolari, CEO de Rengen Energy Solutions, señaló que persiste la satanización sobre estos compuestos, “que todos son sucios, contaminantes o que no se requieren”, pese a la importancia que mantienen, al representar hasta el 51.6% del consumo total energético de la población mundial.
Aclaró que si bien la transición energética ocurrirá, involucrando opciones amigables, esta será gradual: El gas natural es un recurso muy importante, las últimas estadísticas mencionan que en las reservas mundiales tenemos, considerando al consumo actual, más de 65 años de reserva.
“Es un energético limpio que se puede utilizar en la generación de energía, existe una gran oportunidad de generar gas natural en México, con yacimientos importantes; se ha satanizado la recuperación secundaria y terciaria de yacimientos, el llamado fracking, si lo ponemos en contexto, lo hacemos desde hace 40 años”, comentó.
En este sentido, Scolari señaló que en tierras mexicanas existe una gran cantidad de yacimientos y de recursos, tanto en petróleo como en gas natural, “que nos va a permitir ser autosuficientes, somos uno de los consumidores más importantes de gas natural de los Estados Unidos”.
Mientras, empresas energéticas como ExxonMobil, Saudi Aramco y Halliburton, insisten en la necesidad de contar con más petróleo y gas en las próximas décadas, sobre todo porque la transición no será fácil, Europa y Asia han tenido que enfrentar la escasez de suministro eléctrico y de calefacción.
Esto les obliga a limitar la demanda y, por tanto, los precios se disparan, además, países petroleros no han podido cumplir con sus objetivos de producción, lo que evidencia que la transición hacia combustibles más limpios no es tan simple, pese a que las empresas tienen la obligación de reducir las emisiones de carbono.
Un informe reciente de la Consultora McKinsey revela que la transición climática creará oportunidades históricas para que las empresas ambientalmente sostenibles construyan nuevos mercados, reinventen antiguas categorías y se conviertan en imanes para los mejores talentos.
Para ello, necesitarán una infraestructura de apoyo adecuada, lo que incluirá inversiones en nuevas herramientas analíticas para ayudar al personal a interpretar los datos relacionados con la sostenibilidad, los objetivos y los incentivos para promover mejoras continuas en la eficiencia energética y de recursos.
Durante la Conferencia Mundial del Petróleo, Darren Woods, presidente ejecutivo de Exxon, señaló que “el hecho es que, en la mayoría de los escenarios creíbles, incluidas las vías netas cero, el petróleo y el gas natural seguirán desempeñando un papel importante en la satisfacción de las necesidades de la sociedad”.
Iniciativas para prescindir de los combustibles fósiles hay varias. Por ejemplo, científicos noruegos proponen crear millones de islas flotantes gigantes que transformen el dióxido de carbono atmosférico (CO2) en combustible, lo que podría compensar el total de las emisiones en el mundo.
El Instituto de Tecnología Aeroespacial (ATI) británico impulsa el diseño de un avión de hidrógeno líquido, que haría realidad los transportes más directos, con una sola parada y sin emisiones; en el 2030 sería una opción económica viable. Es parte del proyecto FlyZero, con financiamiento de 20 millones de dólares.
En República Dominicana, Nestlé inauguró recientemente una caldera de biomasa, con una inversión de 2 mdd, que contribuye a la reducción de 3,000 toneladas de CO2 por año, y con ello “lograr el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, que es limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C”.