Cálidda: “Nos falta muy poco para terminar la masificación del gas natural en Lima y Callao” 

JUAN SALDARRIAGA/El Comercio

La masificación del gas natural está en el centro de las preocupaciones del gobierno. Su objetivo es que las regiones se beneficien del uso este combustible, ecoamigable y barato, al igual que ocurre en Lima, donde el concesionario Cálidda se apresta a conectar a todos los hogares más vulnerables antes del 2026.

Así lo adelanta Martín Carpio, director general de la empresa de capitales colombianos, en esta entrevista.

- ¿Calidda participa en las conversaciones con el Gobierno por el gas de Camisea?

- Eso todavía no.

- ¿Pero es algo que ustedes estiman que podría suceder?

- No. Cálidda sólo tiene la concesión de Lima y Callao, donde la masificación del gas natural se encuentra bastante avanzada. Este año debemos cerrar con más de 1 millón 250 mil domicilios. Eso, sólo en usuarios efectivos. Porque frente a las casas ya tenemos ductos para conectar a 1 millón 600 mil viviendas.

- ¿Qué porcentaje de la ciudad de Lima representa eso?

- Hoy se puede decir que en Lima existen redes con una cobertura mayor al 65%. Esas casas se podrían conectar hoy día al gas natural. Pero si miramos con detalle vamos a ver que el 94% pertenece a los niveles socioeconómicos C, D y E, y más del 65% al D y E. Nuestra prioridad son las poblaciones vulnerables.

- ¿Qué nivel de avance llevan en esos segmentos?

- A nosotros nos falta muy poco para terminar la masificación del gas natural en Lima y Callao.

- ¿Cuánto tiempo falta para que concluyan?

- Creemos que en el próximo quinquenio deberíamos estar terminando. Hemos presentado un plan para invertir más de US$150 millones. De eso, vamos a destinar más de US$100 millones en el 2022 para infraestructura con el fin de llevar el gas natural a un millón de peruanos adicionales a los que ya tenemos conectados. Hoy cinco millones de peruanos en Lima y Callao ya se benefician del gas natural.

- ¿Eso quiere decir que todos los hogares de Lima estarán conectadas al gas al 2026?

- Hay algunas zonas donde necesitaremos procedimientos especiales, como los cerros alrededor de Lima. Allí estamos realizando estudios porque muchos sitios no cumplen con las normas de seguridad y presentan interferencias con las tuberías de agua. Eso requerirá protocolos especiales que tiene que aprobar Osinergmin y que ya estamos preparando para presentarlos en el 2022.

- ¿Sólo eso falta para completar la masificación en Lima?

- Si analizamos qué nos falta, veremos que nos faltan más conexiones en los segmentos A y B que en los segmentos C, D y E. Estos deberían completarse muy rápidamente.

- ¿Por qué los segmentos A y B están más retrasados?

- La penetración que estamos teniendo allí es del 30%. Eso quiere decir que solamente tres de diez casas con mallas de redes cercanas se están conectando. ¿Y eso por qué? Porque no tienen subsidios FISE y porque ellos sí pueden pagar un balón de GLP. El tema del ahorro no les afecta, como sí afecta a las poblaciones vulnerables, que pueden llegar a ahorrar entre 30 y 100 soles al mes con el uso del gas natural.

- A propósito de la masificación que alienta el Gobierno, ¿Cálidda está interesada en extenderse fuera de Lima?

- Nosotros tenemos nuestra zona de concesión y nos movemos allí con el contrato que tenemos. Pero estamos dispuestos a ayudar al Gobierno en la masificación del gas en las regiones, sea mediante ayuda técnica o participando en la construcción [de los ductos]. Podríamos participar si ellos lo requieren.

- ¿Y qué pasa con las pequeñas ciudades de sierra de Lima? ¿Eso forma parte de la concesión actual?

- Sí. Ese es parte del análisis que nos falta hacer. Allí hay mucha dispersión geográfica: muy pocas casas en un territorio muy grande. Por lo tanto, tenemos que analizar si la mejor solución es llevarles el gas natural. Pero este año y el próximo estaremos llegando a Cieneguilla. Nos estamos acercando más hacia esa parte de la ciudad.

Masificación del transporte

- ¿Completada la masificación en las viviendas, buscarán crecer en la industria o el parque automotor?

- A menos de que crezcan las industrias en Lima, eso será bastante complicado. En el tema vehicular sí hay una oportunidad. El 60% de la contaminación en Lima proviene del transporte interurbano e interprovincial, en su mayoría, por la utilización del diésel. Así que hay una oportunidad para que el transporte urbano se transforme al gas natural vehicular (GNV) y el transporte interprovincial use gas natural licuado (GNL). Nosotros ya tenemos una primera estación de GNL, que está en pruebas desde julio.

- ¿Dónde se localiza esa estación?

- Se ubica en Puente de Piedra. Esa estación ya está lista para funcionar; sin embargo, nos falta un par de temas. Uno es que Osinergmin publique los lineamientos operativos para la norma de comercialización de GNL que ha sacado el MINEM. Y con eso nos darán la licencia de funcionamiento. Mientras tanto, no podemos comercializar GNL. Pero ya rompimos el dilema del huevo y la gallina: hicimos una primera estación y esperamos que prospere para poner otra en el sur de Lima.

- ¿Solo falta el tema normativo para que comiencen a vender GNL?

- Ya estamos listos, y el día que salga esa norma apretaremos el botón y comenzaremos a despachar los camiones. Hay mucho interés de empresas que quieren cambiar su flota al GNL por el ahorro que aporta (autonomía para recorrer hasta 1.000 kilómetros) y por el tema ambiental.

- ¿El GNL lo recibirán de Pampa Melchorita?

- Sí. Es la única planta en el Perú que produce GNL. Entendemos que el cargadero de camiones está por ser ampliado. Hoy tiene una capacidad de 20 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas, pero solo se usan 15 mmpcd, con lo cual hay 5 mmpcd que alcanzan de sobra para todo lo que se tiene que hacer por ahora en la movilidad.

- Ustedes tienen un fondo con Pluspetrol para convertir a gas natural los vehículos de transporte. ¿Ya está funcionando?

- El fondo ya está listo. Falta la etapa final. En enero de 2022 ya debemos estar colocando dinero. Será un fondo de más de US$30 millones, que va a permitir subsidios directos para la compra de buses o camiones a gas natural. Será un subsidio de entre US$10 mil y US$15 mil para reembolsar al transportista por la compra del vehículo

- ¿Cuántos vehículos subsidiará?

- Estamos hablando de 2.000 vehículos. Y te doy un dato importante. En octubre se hicieron en Lima 2.200 conversiones a gas natural. Ese número no lo teníamos desde el 2006. Eso significa que la gente está pasándose al gas natural por el tema de la subida del precio del GLP.

- ¿Eso marca una tendencia?

- Es muy temprano para decirlo, pero esperamos que así sea.

PUBLICADO ESTA MAÑANA

Los planes de Camisea para el gas de Perú

ZAIDA TECSI/La República

Mientras los peruanos piden a gritos gas barato, en la planta de Malvinas, en el distrito de Megantoni de la región Cusco, 400 millones de pies cúbicos de gas se devuelven a la tierra cada día. Con esa cantidad se podría abastecer a 20 millones de hogares peruanos.

La demanda de gas en Perú no se atiende por falta de infraestructura. Ductos que transporten el combustible a las ciudades. El gas existe y en exceso. Martín Grisolle, gerente general de Hunt Oil, uno de los socios de Camisea, explicó que el consorcio puede entregar esa reserva para el consumo interno.

“Tenemos gas que podemos entregar hoy y eso le dijimos al presidente y todos los ministros que nos visitaron en Camisea. Lo que tenemos que hacer es masificar el gas. Se lo hemos venido diciendo hace años, en su momento a Oll anta Humala, Alan García. Estoy en Camisea hace 15 años y el gas se sigue devolviendo”, apuntó.

“¿Cómo ayudamos al gobierno? La alternativa es que camiones lleven gas a Cusco, Puno, Arequipa y otras”, señala.

La propuesta de Camisea es que en esas ciudades se acondicionen estaciones de gas o se construyan pequeñas plantas regasificadoras, (instalación para el almacenamiento del Gas Natural Licuado (GNL) y conversión a gas natural) en las regiones.

Desde esos puntos iniciar las conexiones domiciliarias y distribución de gas vehicular. “Para que cuando llegue el ducto en cuatro o cinco años, exista una demanda consolidada en las ciudades”, añadió.

Grisolle insiste que la masificación dependerá de la voluntad del gobierno nacional, regionales y locales. Camisea aportaría con precios promocionales del recurso. El costo promedio para el mercado local es alrededor de 2 dólares y para las empresas eléctricas de 1.50 por un millón de BTU.

Considera que las plantas regasificadoras se pueden hacer en seis y ocho meses y luego las conexiones domiciliarias deberían ser subsidiadas. “Nosotros le hemos dicho al gobierno que usen los impuestos que vienen de Camisea para subsidiar las conexiones para que a la población no le cueste esa conexión”, acotó.

Una conexión domiciliaria de gas cuesta entre 400 y 600 dólares, inversión alta y que alimenta la dependencia al GLP (Gas Licuado de Petróleo) en balones.

El consumo de gas natural en una vivienda cuesta entre S/15 y S/ 20 mensualmente, mientras que un balón de 10 Kg de GLP S/60 en Cusco.

El consumo de gas natural es masivo solo en Lima e Ica. En el norte Quavii y Promigas abastecen Huaraz, Chimbote, Trujillo, Pacasmayo, Chiclayo, Lambayeque y Cajamarca. Estas lograron alrededor de 150.000 conexiones domiciliarias.

Luego del fracaso histórico del proyecto siete regiones en el sur peruano PetroPerú asumió este año la tarea de llevar gas a Arequipa, Moquegua y Tacna sin muchos resultados.

Además de estas iniciativas, otros consumidores internos son las empresas eléctricas. Grisolle hace hincapié en que el 40% de la energía eléctrica que se consume en el Perú viene de Camisea.

En las industrias, Cementos Lima, Alicorp, corporación cerámica, refinería Pampilla, fábrica de vidrios Unacem consumen gas natural, además de varios grifos. En el sur, Cementos Yura se configura como cliente potencial .

Planta de Kepashiato

La región imperial persigue por décadas la construcción de una planta de conversión del gas natural a GLP en Kepashiato (La Convención) que permitiría tener gas doméstico a precios más accesibles. El ahorro pasaría por suprimir el transporte de llevar el gas hasta la planta de Pisco y el retorno a través de envasadoras y distribuidoras, éstas últimas las que encarecen más el producto.

Sin embargo, este proyecto depende del precio que Camisea esté dispuesto a entregar el gas y sus líquidos para la planta de Kepashiato. Aunque esa respuesta es determinante, el proyecto parece no estar muy presente en las empresas como Hunt Oil.

Grisolle dijo no conocer si existen estudios de rentabilidad económica. “No sé si se habrán hecho estudios. Tener una planta como la de Pisco, a menor escala no sé si sea eficiente, si se habrá analizado el costo de producción”, mencionó.

Gas virtual no puede reemplazar el gasoducto

El especialista en Hidrocarburos, Antonio Gamero Márquez, sostuvo que la masificación del gas debe hacerse con el Gasoducto Sur Peruano. Eso permitirá que las regiones del sur accedan a un gas más barato para conexiones domiciliarias, vehículos e industrias. Dijo que el gas virtual no debe distraer y menos reemplazar dicho mega proyecto.

Según Gamero, llevar gas en camiones a las regiones no es rentable. Aunque los esfuerzos de Petroperú hicieron realidad las conexiones domiciliarias en Arequipa, Tacna y Moquegua, los costos no son los mismos que en Lima e Ica, regiones que cuentan con un gasoducto.

“No olvidemos que el gas se transporta de la planta de Pisco en camiones, el recorrer esa distancia encarece el recurso y eso ¿a quién beneficia? ¿no es Camisea y sus socios que transportan el gas? Esos intereses no quieren que se haga el gasoducto del sur”, argumentó.

Igualmente, el especialista del Colegio de Ingenieros del Cusco, Carlos Aguilar, considera que traer el gas virtual a Cusco será aún más caro que en Arequipa. Señaló que debe hacerse un estudio de costos.

Sin embargo, se mostró de acuerdo con el gas virtual como medida inmediata para iniciar la cultura del uso del gas natural. “Se debe empezar con el tendido de ductos para las conexiones domiciliarias. Ese será un primer paso hasta que llegue el gasoducto”, apuntó.