La confianza empresarial se ha resentido en temas relacionados con la demanda y la situación económica esperada a tres meses
ROSSANA LUCERO
En medio del escenario local marcado por las elecciones y uno externo donde la amenaza de la pandemia sigue presente tras aparición de la cepa ómicron, el Índice de Confianza Empresarial (ICE) que elabora el Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la Universidad del Desarrollo en conjunto con DF, ratificó su estado “neutral” en noviembre, es decir, ni bueno ni malo.
Pero en términos sectoriales, hubo novedad, aunque no necesariamente auspiciosa.
El ICE de la construcción descendió dos escalones hasta la casilla “pesimista” -su menor nivel en el año- debido a un deterioro en las principales percepciones de los ejecutivos del sector sobre la demanda nacional, los inventarios, contratación de mano de obra y situación económica esperada a tres meses. Además, los resultados actuales fueron peor de lo esperado.
En el rubro de la minería la confianza también volvió a caer y abandonó el estado “neutral” para teñirse de leve desánimo. Aquí se sintió el golpe de la preocupación por el momento que enfrentan los inventarios y la marcha del negocio en el corto plazo.
En contraste con los sectores mencionados, la confianza avanzó en los rubros agrícola, financiero e industrial. En el primero se alejó de la zona crítica para alcanzar un equilibrio -ni positivo ni negativo- impulsado por una mejora en las percepciones sobre la economía y del negocio.
También este vuelo de perspectivas más favorables sobre la actividad le dio una mano al ámbito financiero.
Este ánimo más auspicioso se extendió a la industria. Completa este cuadro positivo, cuyo ICE se ha mantenido en azul gracias a la liquidez que persiste en el país y que está empujando el consumo.
Más allá de los sectores que incluye el ICE, hay un tema que preocupa a la generalidad: el costo de insumos, sobre el cual se percibe un extraordinario pesimismo. Un factor que, a su vez, está detrás de la mayor inflación en el país.
¿Mala señal para la inversión? Se estanca actividad de las empresas consultoras de ingeniería
PAMELA CUEVAS V.
Como un indicador que permite tomar el pulso a la inversión, la actividad de las empresas consultoras de ingeniería se estancó en el tercer trimestre, al registrar una leve merma de 0,4% comparado con el período precedente.
Esto, aun cuando en doce meses exhibe un repunte de 6,8%, luego que en 2020 profundizara su deterioro marcando el nivel más bajo del año, similar a lo que registró en el primer cuarto de 2019.
Presentes en las tres etapas de desarrollo de un proyecto de inversión, con servicios tanto a empresas privadas como públicas, el informe que desarrolla la asociación que las agrupa, AIC, explica que el sector privado -que representa un 65% del total de horas de ingeniería- no logra repuntar. Trimestralmente cayó 2,8%, mientras que en términos anuales lo hizo un 1,8%.
Según las fases en que intervienen los ingenieros, que considera desde la toma de decisión de una inversión hasta su construcción, la actividad de las consultoras sólo se vio impulsada por la supervisión de proyectos que se realiza en la recta final.
Esta, que equivale al 58% del total de la actividad, creció trimestralmente 15% y 4,8% en doce meses. El informe señala que la ejecución de obras mandatadas desde el sector público impulsó la actividad, en línea con el plan de reactivación estatal.
De hecho, en la composición total de horas requeridas a las consultoras, el Estado por primera vez sobrepasa al rubro privado en el registro (base 2018), representando el 52%.
Por el contrario, la fase intermedia, denominada ingeniería de detalle, no levanta cabeza. En el tercer trimestre mantuvo su tendencia a la baja que registra desde inicios de 2020.
Ello da cuenta de una “ralentización” de la inversión, en donde las inciativas privadas fueron el 93% del total de horas que dedican las consultoras. A esto se suma que en la etapa inicial, definida como preinversional, se observó un cambio en la trayectoria. Luego de cinco trimestres consecutivos al alza, ahora cayó 11,9% en comparación con el trimestre anterior.
En el cuadro general, la minería cedió trimestralmente 3,1%, mientras que infraestructura general creció sólo 0,4%. Comparado con el mismo período del año anterior, el primero retrocedió 2%, mientras que el segundo avanzó 23,1%. Ambos representan casi el 80% de los servicios que prestan las consultoras.
El rol público
Tomando como referencia a los dos sectores que empujan a la actividad, desde AIC proyectan que el próximo año habrá un incremento de 8,1% en inversiones públicas y un estancamiento en minería.
Esto se traducirá en que la actividad se mantendrá con “un leve crecimiento hacia el segundo semestre de 2022, una vez pasada la incertidumbre de los cambios de conducción política”, aseveran.
“Sigue existiendo una interesante cartera de proyectos en minería. Esperamos que estos comiencen a concretarse hacia fines del 2022”, expresan desde el gremio.
Para el cierre del año, manifiestan que “según la tendencia mostrada por el indicador y la visión que tienen nuestras empresas asociadas, se espera que la actividad mantenga su nivel”.