Las perturbaciones supondrán una prueba para los responsables de la política económica
Economía china parece especialmente vulnerable a la propagación de Ómicron
The Economist
Jack Ma, el fundador de Alibaba, la gigantesca plataforma china de comercio electrónico, creó su primera compañía digital tras una visita a Estados Unidos en 1995. Cao Dewang, jefe de Fuyao Glass, una empresa china que se hizo famosa por el documental American Factory, se atrevió a lanzarse plenamente al sector de la manufactura tras un viaje al Museo Henry Ford en Michigan.
Viajar es vital para la innovación. Por desgracia, lo que es cierto para los negocios también lo es para los virus. En algún punto de su viaje alrededor del mundo, el virus de la covid-19 se ha reinventado a sí mismo. La nueva variante ómicron reforzará aun más las estrictas restricciones de China a los viajes de negocios.
En realidad, puede trastocar más la economía china que la de otros pesos pesados del PIB. Y no es porque el virus se extienda más por ese país; al contrario, es porque su gobierno va a hacer todo lo posible para impedir que se extienda.
Ómicron puede trastocar la economía china, precisamente por intentar evitar que se extienda
Desde finales de mayo, China ha registrado 7.728 contagios de Covid-19. Estados Unidos ha registrado 15,2 millones. Y las restricciones de China a la circulación y las reuniones han sido más estrictas; sobre todo, cerca de los brotes.
Su política de "tolerancia cero" ante la Covid-19 también comporta una tolerancia limitada hacia los viajes internacionales. El país exige a los visitantes una cuarentena de al menos 14 días en un hotel asignado. El número de residentes continentales que cruzan la frontera ha descendido un 99%, según Wind, un proveedor de datos.
Esas restricciones impidieron la propagación de las variantes anteriores. Sin embargo, los periódicos cierres locales también han deprimido el consumo; sobre todo, en servicios como la restauración. Y las restricciones a los viajes transfronterizos causarán a la innovación un daño invisible.
La reducción a la mitad del gasto en viajes de negocios es tan perjudicial para la productividad de un país como la reducción del gasto en I+D en una cuarta parte, según un estudio realizado por Mariacristina Piva, de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán, y otros coautores.
Si la variante ómicron es más infecciosa que otras cepas, aumentará la probabilidad de que se produzcan brotes de covid-19 en China, lo que a su vez provocará cierres más frecuentes. Si las restricciones son tan severas como las impuestas brevemente a mediados de agosto, cuando combatió un brote iniciado en la ciudad de Nankín, el efecto sobre el crecimiento podría ser considerable.
Si se impusieran durante todo un trimestre, las restricciones podrían restar casi 130.000 millones de dólares al PIB del país, el equivalente a un 3% de la producción trimestral, según nuestros cálculos realizados a partir de un modelo de confinamientos de Goldman Sachs.
Ómicron no es la única amenaza para la economía china. Incluso antes de su aparición, la mayoría de analistas pensaba que el crecimiento de China se enlentecería el año que viene hasta el 4,5-5,5% debido a las medidas restrictivas sobre la actividad privada y una desaceleración del sector inmobiliario.
Cabe imaginar escenarios peores. Según la consultora Oxford Economics, si China sufre una crisis inmobiliaria tan grave como la sufrida en 2014-2015, el crecimiento del PIB podría caer hasta el 3% en el cuarto trimestre de 2022 en comparación con el año anterior. Ello arrastraría el crecimiento de todo el año hasta el 3,8%.
Si, en vez de eso, la inversión en vivienda se desplomara tanto como en Estados Unidos o España en la segunda mitad de la década de 2000, el crecimiento en China podría caer al 1% en el último trimestre de 2022 (véase el gráfico 2). Ello reduciría el crecimiento del año al 2,1%. Las pérdidas dejarían a "numerosos" bancos pequeños con menos capital que el mínimo reglamentario del 10,5%, afirma la consultora.
Ninguno de esos escenarios es inevitable. Oxford Economics considera la probabilidad de que se repita como "término medio" lo ocurrido en 2014-2015 no es alta. (El inventario de propiedades no vendidas de China, señala, es menor ahora que hace siete años.) La consultora cree que las posibilidades de que se repita un desastre al estilo estadounidense o español son bajas.
Ambos escenarios dan por supuesto que los encargados de formular políticas responderán sólo con una flexibilización de la política monetaria. Sin embargo, parece probable una reacción más contundente. El "umbral del dolor" de las autoridades ha aumentado y eso lo que significa que no intervienen tan deprisa para reforzar el crecimiento, pero lo cierto es que siguen teniendo sus límites. "No creo que el gobierno chino sea dogmático. Es bastante pragmático", afirma Tao Wang, del banco UBS.
Hasta ahora, el dolor del sector inmobiliario ha quedado enmascarado por la fortaleza de otras partes de la economía. En lo que va de año, las exportaciones han contribuido en cerca del 40% al crecimiento chino, según señala Ting Lu, del banco Nomura, porque el país ha proporcionado los bienes que todo el mundo deseaba tener para poder quedarse en casa.
Si la nueva variante hace que la gente tenga que volver a sus búnkeres, los exportadores chinos podrían beneficiarse de una segunda bocanada de aire. Lo más probable es que el crecimiento de las exportaciones se haga más lento, quizás de forma brusca. Lu cree que el año que viene las exportaciones serán planas en términos ajustados a los precios y no contribuirán en nada al crecimiento de China. Por lo tanto, la economía necesitará otras fuentes de ayuda.
Las opciones de estímulo más atractivas eluden el abultado sector inmobiliario, que ya representa una parte demasiado grande del PIB. El gobierno podría, por ejemplo, reducir los impuestos a los hogares, mejorar la red de seguridad social e incluso repartir vales de consumo. El problema es que los consumidores quizás tarden en responder; sobre todo, si sus viviendas pierden valor. Ni siquiera el gobierno chino puede obligar a los hogares a gastar.
Parte demasiado grande del PIB
Las opciones de estímulo más atractivas eluden el abultado sector inmobiliario
Una opción más fiable es la inversión pública en la descarbonización y las llamadas "nuevas" infraestructuras, como las estaciones de carga para vehículos eléctricos y las redes 5G. Ahora bien, la dificultad reside, como señala Goldman Sachs, en el hecho de que esos sectores son demasiado pequeños para compensar una grave contracción del mercado inmobiliario.
Por ello, el gobierno intentará evitar que la caída del sector inmobiliario sea demasiado grave. Los analistas de Citigroup estiman que los responsables políticos chinos evitarán en 2022 una caída nivel de inversión inmobiliaria. Eso permitirá que el PIB crezca un 4,7%.
Para lograrlo, según calculan, el banco central de China tendrá que recortar en medio punto porcentual los requisitos de reserva de los bancos y en un cuarto de punto los tipos de interés a principios de año. El gobierno central tendrá que suavizar su postura fiscal y permitir a los gobiernos locales emitir más bonos "especiales", que se devolverán con los ingresos de los proyectos.
También habrá que realizar esfuerzos más directos para "estabilizar", cuando no "estimular", el mercado inmobiliario. El gobierno tendrá que facilitar a los compradores de viviendas el acceso a las hipotecas y suavizar los límites de la proporción de préstamos inmobiliarios permitidos en las carteras de préstamos de los bancos.
Los economistas de Citi creen que las autoridades podrían incluso mostrar cierta "indulgencia temporal" a la hora de aplicar las estrictas "tres líneas rojas", el conjunto más destacado de límites al endeudamiento de los promotores inmobiliarios y que limitan los pasivos de los promotores en relación con el patrimonio, los activos y el efectivo.
El único conjunto de restricciones que China no parece dispuesta a relajar son las debidas a la covid-19 en relación con los viajes internacionales. Es probable que sigan vigentes hasta después de los Juegos Olímpicos de Invierno, en febrero, y del congreso nacional del Partido Comunista, a finales del año que viene.
Quizás se mantengan hasta que la población china se vacune con una vacuna más eficaz, puede que de invención propia. (Las autoridades se han mostrado incomprensiblemente lentas a la hora de aprobar las vacunas desarrolladas por BioNTech y Pfizer). También es posible que el gobierno quiera construir más hospitales para hacer frente a casos graves. Antes de la Covid-19, el país sólo disponía de 3,6 camas de cuidados intensivos por cada 100.000 habitantes. Singapur tiene tres veces más.
Los empresarios de Shanghái han empezado a hablar de que las restricciones de viaje se prolongarán hasta 2024. El virus muta muchísimo. Sin embargo, la política de China frente a él es llamativamente invariable.
¿El fin de la pandemia? El alentador pronóstico de JP Morgan por la variante ómicron
La Nación
La rápida expansión de la variante ómicron de Covid-19 y la falta de certezas respecto de su impacto sanitario han sacudido los mercados globales en las últimas semanas, provocando una fuerte caída general en las acciones.
Pero algunos analistas financieros ven en lado positivo de esto: es un buen momento para “comprar en la caída”. Así lo sugirieron dos estrategas del banco de inversión estadounidense JP Morgan. Es una oportunidad para que los inversores, según los especialistas, aprovechen la caída de precios que se produjo el viernes pasado (26/11) y que se repitió el último martes (30/11).
Los analistas Marko Kolanovic y Bram Kaplan, además, se mostraron optimistas respecto del posible fin de la pandemia y la consecuente recuperación económica. Argumentaron que la variante ómicron es “más transmisible”, pero “menos mortal”, y que eso podría desencadenar en que el coronavirus se transforme en una gripe más.
“Si bien es probable que ómicron sea más transmisible, los primeros informes sugieren que también puede ser menos mortal, lo que encajaría en los patrones de evolución virus observados históricamente”, escribieron los estrategas de JP Morgan.
Y agregaron: “Si un virus menos severo y más transmisible desplaza rápidamente a las variantes más peligrosas, ¿podría la variante ómicron ser un catalizador para transformar una pandemia mortal en algo más similar a la gripe estacional?”. Si eso ocurre, concluyeron, la nueva variante significaría una aparición positiva para el mercado, en tanto aceleraría la reversión de la crisis sanitaria.
Kolanovic y Kaplan confían, también, en que la amplia disponibilidad de vacunas y de nuevos tratamientos contribuyan a acelerar una mejora del panorama global.
Lo mismo sugirió al medio alemán DW News el estrega del Deutsche Bank Jim Reid, quien remarcó que desde la Organización Mundial de la Salud creen que todavía pueden resultar eficientes de las vacunas contra el coronavirus que circulan en el mercado.
Pero el financista de Alemania fue más cauto que sus pares norteamericanos. “Por otro lado, hay noticias negativas que llegan desde Sudáfrica, ya que el país llegó a reportar 8561 infecciones en 24 horas y una tasa de positividad del 16.5%. Entonces, todos los ojos estarán puestos en ver si esta tendencia continúa, y también sobre lo que eso significa para las tasas de hospitalización y muerte en los próximos días”, dijo a DW.
Los mercados globales han estado oscilando durante los últimos días mientras los inversores intentan poner paños fríos a la repercusión económica que produjo la aparición de la nueva variante del Covid-19, reportada la semana pasada en África, por primera vez.
El surgimiento de ómicron provocó el colapso de los mercados bursátiles y petroleros mundiales el viernes, los cuales recuperaron parte del terreno perdido el lunes, pero volvieron a caer el martes después de que el director ejecutivo del fabricante de vacunas Moderna advirtiera que la nueva variante podría esquivar las vacunas existentes.
Los mercados sufrieron también las consecuencias de que, tras la noticia, muchos gobiernos cerraron de inmediato sus fronteras.