Los medios de comunicación chinos afirman que el secreto que rodea a los proyectos significa que no hay leyes que puedan hacer frente a un posible lanzamiento fallido o a una fusión
ADAM SMITH
China está desarrollando un reactor nuclear para ayudar a sus misiones a la Luna y Marte. El reactor puede generar un megavatio de electricidad y se afirma que es 100 veces más potente que un dispositivo similar en el que está trabajando la NASA, según el South China Morning Post.
La fuente de energía de fisión de la NASA se utilizaría para mantener la vida humana permanente en la Luna, y está previsto que se desarrolle a finales de la década.
El combustible químico y la energía solar no van a ser suficientes para satisfacer las demandas de la exploración espacial humana y los posibles asentamientos en otros cuerpos, según dos científicos anónimos.
“La energía nuclear es la solución más esperanzadora. Otras naciones han lanzado algunos planes ambiciosos. China no puede permitirse el precio de perder esta carrera”, afirmó uno de ellos.
Se espera que el reactor espacial de megavatios se enfrente a retos a la hora de ser refrigerado; solo una parte del calor generado por él podría utilizarse para producir electricidad, mientras que el resto debe disiparse en el espacio para evitar una fusión.
Su pequeño tamaño significa que alcanzará una temperatura mucho más alta que las de la Tierra.
Jiang Jieqiong, profesor del Instituto de Tecnología de Seguridad Nuclear de la Academia China de Ciencias, ha sugerido que el reactor podría utilizar una estructura plegable -similar a un paraguas- para aumentar la superficie de los radiadores.
Sin embargo, hay otras ideas: algunos equipos de investigación han estado desarrollando reactores más pequeños que podrían compilarse en una máquina más grande, que luego podría impulsar los grandes propulsores de iones para enviar a los astronautas a Marte.
La carrera de la humanidad por asentarse en las estrellas ha venido acompañada de algunos problemas, como el de la basura espacial. Hay aproximadamente 228 millones de piezas de basura espacial en todo el mundo, pero muchos países se han resistido a abordarlo.
Este mes, un satélite ruso explotó en una prueba que provocó que cientos de miles de piezas de desechos se quedaran en órbita y se considerara que “amenazaban los intereses de todas las naciones”, según un portavoz del Departamento de Estado estadounidense.
China ha adoptado un enfoque igualmente laxo, como se vio con el cohete Long March 5B, que quedó dando vueltas a la Tierra a una velocidad enorme que hizo imprevisible su aterrizaje en mayo de este año.
El South China Morning Post afirma que el secretismo que rodea a los programas de reactores nucleares espaciales significa que no existe una legislación que pueda hacer frente a un accidente, como un lanzamiento fallido o una fusión en el espacio.
“Es necesario establecer urgentemente un sistema de evaluación y gestión de la seguridad que se adapte a la situación tecnológica de nuestro país, y aumentar la transparencia de los avances en investigación y desarrollo para reducir la preocupación del público en general”, declaró el científico espacial Zhang Ze, del Instituto de Propulsión Espacial de Shanghái.