En la tercera charla del ciclo “El desafío energético”, cinco expertos coincidieron en la importancia de la tecnología nuclear para reducir la emisión de GEI
El mundo debate cómo reducir los gases de efecto invernadero y la energía nuclear tiene un rol central hacia la matriz del futuro. Incrementar su uso requiere de políticas de largo plazo. La Argentina tiene una oportunidad en el desarrollo y la exportación de esta tecnología, en particular con los pequeños reactores Carem.
“No hay solución al cambio climático sin energía nuclear”, coincidieron cinco especialistas en la tercera charla organizada por TN del ciclo El desafío energético.
Participaron del panel “El rol de la energía nuclear en la matriz del futuro”: Rafael Grossi (diplomático argentino, director General del Organismo Internacional de Energía Atómica), Jorge Lapeña, (presidente del IAE General Mosconi y exsecretario de Energía), Elena Maceiras, (secretaria de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares), Julián Gadano, (titular del Observatorio Nuclear de la Universidad de Tres de Febrero, exsubsecretario de Energía, expresidente del directorio de Nucleoeléctrica Argentina) y Juan José Gil Gerbino (físico, exdirector de la División de Energía Nuclear del INVAP).
Los entrevistados plantearon la importancia de aumentar el uso de la energía nuclear en las energías limpias del futuro con el objetivo de llegar a la no emisión de gases y advirtieron sobre la necesidad de delinear políticas de largo plazo y del involucramiento del sector privado en el diseño y futuro la matriz energética.
Cuál es el rol de la energía nuclear en la matriz del futuro
Entre otros puntos, la mayor coincidencia entre los expertos se centró en la importancia de la energía nuclear para mitigar los efectos del cambio climático, por encontrarse entre las energías más limpias del planeta.
Grossi señaló que “en materia energética no hay una medida que les calce a todos” por lo que “no hay dos matrices energéticas iguales en el mundo”, dado que cada uno busca “las combinaciones más eficientes” dependiendo de sus recursos naturales y características. “En el caso de la Argentina un aporte nuclear es bueno y tiene espacio para crecer”, consideró.
Para Lapeña, “la energía nuclear tiene un rol que jugar, una ventana de oportunidad para incrementar su participación en nuestra matriz, que está en el orden de un 6%, y tiene futuro para incrementarla en los próximos años”.
Maceiras destacó que se trata de “una energía que en lo cotidiano es mucho más limpia que otras y ofrece una oportunidad energética muy grande”.
En el mismo sentido, Gadano sostuvo que “en el mundo está habiendo una revolución en la industria nuclear vinculada con el tema de los costos para que ofrezca energía limpia, permanente, segura y a costos competitivos”, y remarcó que “en esa conversación tiene que estar la Argentina” que, lamentó, “todavía no está”.
Por qué la energía nuclear es una opción para combatir el cambio climático
Para Gil Gerbino en “un escenario climático espantosamente complicado y con compromisos internacionales que exigen a la Argentina bajar los gases, las renovables no ofrecen una descarbonización que permitan combatir los gases invernaderos”. En cambio, dijo que “hoy la energía nuclear sería prácticamente la única energía que puede llegar a cumplir ese vacío”.
En cuanto al futuro, mencionó que a los 40.000 megavatios instalados actuales, a una tasa pequeña de 2,1% anual, en 2050 implicaría haber agregado 68.000 megavatios y señaló que una tercera parte podría corresponder a energía nuclear.
En el mismo sentido, Lapeña consideró que “la energía nuclear va a jugar un rol importante” porque “prácticamente es la única que no produce gases de efecto invernadero y que es de base”.
¿Es segura la generación nuclear de energía?
Según dijo Gadano, los incidentes o los accidentes nucleares en términos de números “no son tantos, pero los pocos que ha habido han impactado fuertemente en la opinión pública”.
“La energía nuclear ha crecido por la guerra fría y los precios del petróleo y hoy es el cambio climático. No hay solución para el cambio climático sin energía nuclear. Es limpia y está en la base, está siempre disponible”, agregó.
Gil Gerbino sumó que “ha cambiado drásticamente la tecnología nuclear”, tras cada uno de los accidentes que sucedieron en el mundo vinculados con ella.
El Carem 25 es un proyecto de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Foto: CNEA).
Grossi coincidió en que “existe una cierta imagen y una narrativa bastante instalada acerca de los supuestos peligros de la energía nuclear”, pero destacó que el organismo que el lidera, la OIEA “la norma y la vigila”.
Como ejemplo mencionó una serie de accidentes que sucedieron en otras industrias -como derramamientos de petróleo, derrumbe de aviones o derrames químicos- que a pesar de sus graves implicancias mantuvieron su avance. “Lo importante es que existan las medidas de seguridad tecnológica y física lo más estrictas que pueda haber para que no se reproduzcan este tipo de situaciones”, dijo.
Maceiras indicó que “la Argentina tiene una autoridad regulatoria nuclear que es muy fuerte y pone condiciones para la construcción, emplazamiento y la operación de las centrales nucleares para hacerlas las más seguras y también sobre la gestión de residuos”. Precisó además que esos estándares están enmarcados en las normativas del Organismo Internacional de Energía Atómica.
“La opinión pública debería confiar más en que el Estado cuida el medio ambiente y la seguridad de las centrales”, agregó.
Los reactores Carem, la apuesta del futuro
Una de las grandes apuestas del futuro son los Small Modular Reactors (SMR, por su sigla en inglés), reactores pequeños de agua ligera y de uranio levemente enriquecido, que permiten el acceso a la energía en lugares remotos, pero que también su fabricación es más rápida y más económica que la construcción de grandes centrales nucleares.
Actualmente, la Argentina está en fase de construcción de un pequeño reactor SRM Carem, íntegramente diseñado en el país. En 2005 fue seleccionado como un proyecto de alto interés mundial entre otros similares, por una comisión de expertos del Departamento de Energía de los Estados Unidos.
Gil Gerbino explicó que los Carem son unidades muy pequeñas, del orden de los 200 a 300 megavatios, que, “con un programa energético estable, permitirían construir una cadena de producción constante de reactores” y aseguró que es una posibilidad que tiene el país.
También destacó que “la Argentina fue el primer país que postuló los SMR en 1984 y hoy no hay ningún país que no postule para su país el uso de los SMR”.
Al respecto, Grossi señaló que el país tiene “mucha experiencia en el diseño y la fabricación y el desarrollo de reactores de investigación” y que esto es una oportunidad debido a que “existe una creciente demanda de acceder a este tipo de reactor, más pequeños y menos costosos, con la capacidad de integrarse a redes energéticas menos desarrolladas”. “Muchos ministros de Energía de muchos países están interesados en estos reactores”, enfatizó.
Para Lapeña “Carem es una posibilidad concreta”, pero la Argentina todavía debe “salir de la etapa piloto, ver los resultados técnicos y económicos” y con eso “poder extrapolar la idea de una central de mostración y una central que pueda ser comercializada interna y externamente, de costos competitivos”.
Sin plan de largo plazo no hay compromiso con el cambio climático cumplible
Además de destacar los beneficios de una energía limpia como la nuclear, los cinco expertos coincidieron en la necesidad de que la Argentina planifique su matriz energética de largo plazo y que de esta manera pueda cumplir con el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero. Pero para Lapeña, en este camino el “problema” es “definir la estrategia y el plan” que permite hacerlo.
Gadano dijo que el país debe pensar hacia adelante “un plan a largo plazo, en el cual se pueda insertar la energía nuclear; un plan que debe suponer una matriz energética completa en el tiempo” y “tener sostenibilidad”.
“El paradigma de las grandes centrales nucleares está llegando a su fin. Teniendo las condiciones para meternos en un mercado de reactores avanzados que es el que está creciendo, puede participar siendo consciente de sus limitaciones”, agregó.
El mundo está reclamando energía nuclear para “alcanzar los compromisos asumidos en la COP21″, porque no alcanza exclusivamente con las renovables, expuso Gadano.
Ese escenario abre una puerta para la Argentina para “convertirse en un exportador de tecnología”. No obstante, advirtió que “para que eso ocurra tiene que demostrar que está en condiciones de construir reactores no solo muy buenos sino además competitivos”.
Lapeña insistió en que el plan a largo plazo “no debe ser elaborado por corporaciones de ningún tipo, sino por el Estado, que es el único que de acuerdo a la Constitución persigue el bien general y no particular de ningún ciudadano o de ningún grupo”.
La Argentina puede ser un jugador en la exportación de energía nuclear
Para Gadano, la Argentina “puede ser un jugador” en la exportación de energía nuclear “y no seguir discutiendo qué centrales grandes va a comprar”, punto con el que coincidió también Maceiras: “el país ha construido tecnología y tiene conocimiento como para desarrollar por ejemplo el prototipo de Carem que nos va a dar más conocimiento y después veremos cómo escalarlo”, dijo.
No obstante, advirtió que “el problema son las condiciones financieras y los buenos arreglos económicos para poder hacer esas exportaciones” y “ser un buen competidor en ese rubro”.
La falta de financiamiento, el gran problema para el desarrollo nuclear argentino
Pensar en una nueva matriz energética que pueda dar respuesta a los requerimientos mundiales en la reducción de gases de efecto invernadero es imposible sin tener en cuenta las dificultades de acceso al crédito. Al respecto se refirió Lapeña al señalar que “la Argentina es un país que tiene problemas para conseguir financiamiento, porque tiene problemas con su peso”.
“Tiene que resolver un problema macroeconómico importantísimo sin lo cual no es real pensar ni en un plan de centrales hidroeléctricas, ni de centrales nucleares ni de trenes bala”, advirtió el exsecretario de Energía. Pero dijo que “si no hay una estrategia, si no hay un rumbo, si no hay un pronóstico de lo que necesitamos y una cuantificación de nuestros recursos es difícil que podamos resolver este problema”.
Para Gadano, lo importante es “cambiar” la idea de que todos los proyectos energéticos requieren de fondos públicos. “La energía es un mercado regulado y si pensamos en un mundo en que la energía nuclear va a estar básicamente ofertada por reactores pequeños, que requieren mucho menos capital y mucho menos tiempo para ponerlos en marcha van a tener financiamiento en inversores”, dijo.
No obstante, aclaró que “para eso, la Argentina tiene que estar dispuesta a entender que puede ser un jugador importante si se abre al mundo, si pone reglas claras, si acepta la inversión extranjera en energía nuclear” y así tendría “una oportunidad enorme”.
Cuál es la matriz argentina del futuro
Los especialistas compartieron su visión sobre cómo debería ser la matriz energética del futuro para la Argentina.
Para Gadano, “no podemos extender mucho más la fuente hidroeléctrica” porque “no se puede inundar mucho más”, debido a que “eso afecta la biodiversidad”, por lo que “tienen que ganar más espacio las energías renovables y la energía nuclear y tiene que ir perdiendo espacio, de a poco pero de manera firme, el gas como una energía de transición”.
“Hay que tener una hoja de ruta organizada para ser carbono neutral en el mediano plazo y cero emisor antes de que termine este siglo”, agregó.
Por su parte, Gil Gerbino insistió en que “hace falta un plan y la renovación profunda de ciertas instituciones en la Argentina”. “No se va a poder llevar adelante un plan serio como el SMR si no hay una intervención seria en la Comisión Nacional Argentina”, consideró y detalló que entre ello se incluye “los sueldos paupérrimos de la gente que se está yendo a raudales”.
En tanto, Maceiras dijo que la Argentina va a tener que subir el aporte de la energía nuclear y de las renovables y bajar otras modalidades”. También opinó que en el futuro “la comercialización y la optimización de los productos tendrán que dejar de ser totalmente estatales y poner algún componente privado, porque no es lo mismo desarrollar un reactor que optimizarlo y mucho menos salirlo a vender”.
Para Lapeña, “la Argentina tiene que definir prioridades de largo plazo no sólo en energía, mirar el largo plazo de una forma acordada con una política de Estado ”.
YouTube: El rol de la energía nuclear en la matriz del futuro | El desafío energético
Día 4: “Las nuevas alternativas energéticas”
Hoy, viernes 26 de noviembre. El cierre del ciclo El desafío energético se centrará en las nuevas alternativas para la generación que son boom en el mundo y que tienen un gran potencial de desarrollo en la Argentina.
El litio y el hidrógeno como fuentes de esas nuevas energías, las regulaciones y los incentivos que requiere el sector tendrán un lugar principal en este análisis. Expondrán:
+ Alejandro Rueda, Head of Business to Business (b2b) de ENEL X;
+ Joaquín Ubogui, Ingeniero químico, referente técnico del Consorcio del Hidrógeno (H2ar)
+ Hernán Letcher, asesor de presidencia de YPF en temas relacionados a litio.
+ Florencio Gamallo, Ingeniero, socio fundador de la Asociación Argentina de Energía Eólica y especialista en hidrógeno.