La industria petrolera de EE.UU. está produciendo mucho menos petróleo. Los 'recortes' de producción son equiparables a los de la OPEP entera
VICENTE NIEVES
Los precios del petróleo han subido alrededor de un 105% en el último año. En noviembre de 2020, el barril de Brent apenas superaba los US$ 40. Ahora, este tipo de crudo (referencia mundial) cotiza cerca de los US$ 84.
La recuperación de la demanda (que ha venido de la mano del rebote económico) y la rigidez de la oferta están llevando al crudo a máximos de siete años, lo que ha hecho saltar la alarmas en la Casa Blanca, que directamente ha acusado a la OPEP y a Rusia de los elevados precios del crudo.
Sin embargo, los datos de producción de petróleo dejan a la luz una incómoda realidad: EE.UU. es uno de los grandes culpables de la escasez de petróleo global.
La Casa Blanca también acusó a la OPEP + de poner en riesgo la recuperación económica global. Estos ataques se produjeron poco después de que el cártel se negara a acelerar el incremento de la producción de petróleo.
La OPEP y sus aliados están poniendo en el mercado 400.000 barriles de crudo más cada mes, un ritmo que parece insuficiente para calmar la sed de crudo de una economía global que está saliendo del covid. El precio de la gasolina se ha disparado en Europa y EE.UU., lo que incrementa la presión popular sobre unos gobiernos que ya vienen sufriendo las críticas por el auge de la electricidad.
Por ello, Washington ha pedido oficialmente a Arabia Saudita, Rusia y el resto del grupo (OPEP +) que aceleren el ritmo de producción y pongan 800.000 barriles (en lugar de 400.000) cada mes para cerrar la brecha que se abrió con los recortes anunciados por el cártel en 2020, cuando la demanda de crudo se hundió por el covid y el precio del petróleo cayó, como consecuencia, por debajo de los US$ 20 el barril.
La demanda de EE.UU. parece lógica a priori. Sin embargo, cuando se analizan los datos se puede ver que Rusia o Arabia Saudita (los líderes de facto de la OPEP +) están más cerca de sus niveles de producción previos al covid que el propio EE.UU.
En otras palabras, un parte nada desdeñable de los elevados precios del crudo a día de hoy se debe a que EE.UU. está produciendo mucho menos petróleo que antes. La Casa Blanca acusa a la OPEP + de algo que ellos mismos están haciendo (salvando las distancias porque la industria petrolera americana es privada).
Esta vez, el alza de precios del crudo no está funcionando como incentivo para que las empresas americanas bombeen más 'oro negro'. Aunque la transición energética sea deseable y necesaria, este uno de los costes a corto y medio plazo: volatilidad y unos precios de la energía más elevados.
En diciembre de 2019, la economía americana estaba bombeando unos 13 millones de barriles de crudo por día (mbd), mientras que los últimos datos revelan que EE.UU. produce unos 11,1 mbd. Por su parte, Arabia Saudí producía 10 mbd en diciembre de 2019 y Rusia algo menos de 11 mbd. Si a estos países se les suma el resto de la OPEP, la producción era de 38,8 mbd frente a los 36,8 mbd que están bombeando ahora.
Los datos son reveladores, mientras que todo el cártel de la OPEP y sus aliados son 'culpables' de que falten dos millones de barriles por día (respecto a diciembre de 2019) en la actualidad, EE.UU. es 'culpable' de la ausencia de 1,9 mbd. El fracking y el shale oil (petróleo de esquisto) de EE.UU. se enfrentan a la regulación y represión de la Administración Biden.
De este modo, frente a la versión de EE.UU., está la versión de la OPEP y sus aliados. "Afortunadamente, tenemos a la OPEP +", aseguraba este lunes el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, Suhail Al-Mazrouei, en una rueda de prensa de la Semana del Petróleo de África.
El cártel de 23 países formado por los principales exportadores de crudo del mundo ha evitado que "dupliquemos o tripliquemos los precios y eso es algo que debemos apreciar", aseguraba el ministro, según declaraciones recogidas por Bloomberg.
¿Por qué no produce más petróleo EE.UU.?
"Si la OPEP + no estuviera ahí, se habría visto algo similar a lo que está sucediendo con el gas y el carbón", asegura Mazrouei. "Estamos trabajando juntos para equilibrar el mercado". El ministro de EAU culpa a la falta de inversión en petróleo, gas o carbón del alza de precios. La transición energética impulsada por los países desarrollados ha generado gran incertidumbre en el sector de las energías fósiles, que está dominando mayormente por firmas privadas que responden a los incentivos que generan los precios, pero esta vez la incertidumbre es muy alta como para realizar inversiones de calada.
Las empresas de esta rama de actividad están retrasando o cancelando sus decisiones de inversión (para producir más) ante las trabas que han empezado a poner los gobiernos al uso de estas fuentes de energía contaminantes.
Más allá de los impuestos a las energías contaminantes y las subvenciones que reciben las renovables, la Administración Biden (EE.UU.), por ejemplo, prohibió a principios de este año nuevas exploraciones y perforaciones en territorio federal (en tierra y mar). El presidente americano también paralizó la construcción del oleoducto Keystone XL que iba a conectar las refinerías estadounidenses más importantes con los campos de petróleo más prolíficos de Canadá.
El mensaje es claro y las petroleras occidentales lo han recibido.
El control que se había logrado sobre los precios del crudo a nivel global tras la irrupción del fracking (si los precios subían mucho, la industria de EE.UU. producía más hasta rebajarlos), podría estar en serio peligro.
Desde Natixis advierten en su último informe sobre el mercado de petróleo de que "a pesar del aumento de los precios al contado, no esperamos que la OPEP + se desvíe de la actual trayectoria.
Mientras tanto, es probable que la disciplina de capital (inversión) mostrada por los productores de petróleo de EE.UU. se mantendrá, lo que cambiará significativamente la relación entre el aumento de los precios del petróleo y el crecimiento marginal de la producción". Menos petróleo y más caro es la conclusión.
Durante la Conferencia de Petróleo de Asia Pacífico celebrada a finales de septiembre ya se advertía de que la inversión el sector mundial de petróleo y gas estaba siendo insuficiente y podría generar ciertos problemas de suministro a medida que la demanda se recuperará, según advirtieron ejecutivos de Vitol, Trafigura, Hess y Equinor.
"Por ahora, la demanda mundial de petróleo seguirá aumentando a medida que surjan nuevos mercados y consumidores", aseguraba Ben Luckock, codirector petróleo de Trafigura en la conferencia anual APPEC 2021, según recoge Reuters.
"Eso plantea la posibilidad de ciclos potenciales de precios más altos para la energía... Aunque eso podría ser beneficioso para los productores de petróleo a corto plazo, también supondrá costes significativos para la economía global que no benefician a nadie a largo plazo", sentenció Luckock.
La inversión de la industria del petróleo y el gas se congeló durante lo peor de la crisis del covid. Ahora, el apoyo masivo y casi sin límites de gobiernos e instituciones a la transición energética está manteniendo congeladas esas inversiones.
Incluso la Agencia Internacional de la Energía pidió a mediados de este año el fin de las inversiones en nuevos proyectos petroleros o relacionados con las energías fósiles. El problema es que el mundo todavía sigue necesitando mucho petróleo y gas.