VÍCTOR GOBITZ *
Nuestro país cuenta con una geografía desafiante. La formación de la cordillera de los Andes ha generado territorios con una topografía agreste y poco integrados con los mercados, y estos espacios son ocupados con una baja densidad poblacional.
Todo esto genera actividades económicas de menor productividad y una dotación insuficiente de infraestructura pública de calidad en educación y salud.
Sin embargo, en los últimos casi 30 años hemos mantenido una política económica consistente y coherente hacia la promoción de la inversión, lo cual nos ha permitido alcanzar índices macroeconómicos robustos, obtener la calificación crediticia de grado de inversión y ser reconocidos como un país de ingresos medios. Sin duda, son logros significativos y necesarios, pero insuficientes para alcanzar el bienestar de toda nuestra población.
Persisten aún entre territorios costeros, alto andinos y amazónicos brechas significativas en términos de índice de Desarrollo Humano. Además, hemos crecido manteniendo una economía informal que emplea a casi el 70% de nuestra Población Económicamente Activa.
Por ello, la pandemia y su secuela de sucesivas cuarentenas y olas de muertes, impactó de manera dispar al sector formal y al sector informal. La mayoría de la población configuró un cuestionamiento a la autoridad del Estado, pues no dio una respuesta oportuna y apropiada ante la crisis sanitaria. La polarización de la población en sus posiciones políticas y la falta de respeto irrestricto al Estado de derecho serían manifestaciones de esta insatisfacción.
Afortunadamente contamos con instituciones con vasta experiencia en los diversos pisos ecológicos que conforman nuestra patria, como la Iglesia Católica, las Fuerzas Armadas y Policiales, las empresas de alimentos de consumo masivo, las empresas del sector energético y la industria minera.
Específicamente nuestra industria minera opera por lo general en territorios almandinos y desarrolla una logística multimodal que se integra con la costa, por su carácter exportador.
Asimismo, nuestra robustez macroeconómica nos da un claro indicio que el cierre de brechas no es intrínsecamente un problema de carencia financiera; pasa por reducir la informalidad laboral, promover de manera más decidida la inversión formal e implementar una gestión pública más madura.
Y en este último aspecto, el involucramiento del sector privado es esencial y prioritario. Una gestión pública más madura evitaría que, por ejemplo, en la región Áncash, solo en el último año no se lograra ejecutar los S/1,400 millones presupuestados. El objetivo de este trabajo público-privado estaría en la formulación consensuada de planes de desarrollo territorial y la conformación de unidades gestoras de proyectos con criterios claros de transparencia y eficiencia en el uso de recursos públicos, con foco en el cierre de brechas
La ciudadanía informada sería la responsable de custodiar este mandato de alcance multianual; y las fuentes principales de financiamiento de estos planes serían las transferencias recibidas por concepto de canon minero y la formulación de Obras por Impuestos.
En el caso de Antamina, nos hemos comprometido a implementar un programa que priorice el cierre de brechas sociales que consolide las potencialidades productivas, mediante una colaboración público-privada, focalizada en lo que denominamos "Área de Influencia Operativa", un concepto que trasciende lo técnico y legal y que incorpora a todas las comunidades relacionadas con nuestra huella operativa.
Este concepto abarca desde nuestra zona de operaciones mineras hasta el puerto de embarque de minerales en Huarmey, incluyendo a los territorios vinculados al recorrido de nuestro concentraducto, tal como el caso de la comunidad campesina de Aquia.
Estos programas de cierre de brechas requieren espacios de diálogo, sin violencia o coerción; solo así construiremos un futuro más próspero para las futuras generaciones. Vivimos tiempos complejos, vemos que un número significativo de factores interrelacionados están impidiendo alcanzar consensos.
Sin embargo, si partimos por dilucidar el objetivo común que perseguimos, será más sencillo concertar una solución sostenible y alcanzable a lo largo del tiempo.
* Presidente y gerente general de Antamina