En 2020 el sistema eléctrico peninsular no alcanzó siquiera40.000 MW/h
ANTONIO BARRERO F.
La gran hidráulica ha marcado precio máximo en 13 de las 24 horas del día de hoy. Más aún: el precio de las tres horas más caras del día de hoy -00.00, 22.00 y 23.00- lo ha fijado esta tecnología: 125,33 euros el megavatio hora a las cero horas del día de hoy; 124,67 a las diez de esta noche; y 122,95 euros a las once.
Precio medio del día: 118,99, el segundo más caro de todos los tiempos. Una central hidroeléctrica produce un megavatio hora a razón de 3€, pero hoy lo está vendiendo a 118,99. Es España en 2021, el país con 111.000 megavatios de potencia eléctrica y un máximo de demanda de 40.000.
Nunca antes hubo en España tantas instalaciones capaces de generar energía eléctrica, tanta potencia de generación -centrales hidroeléctricas, nucleares, de gas, de biomasa, parques eólicos, termosolares- como hoy. Según el operador del sistema eléctrico nacional, Red Eléctrica de España, en el país hay hoy instalados 111.844 megavatios de potencia. Mucha oferta. Mucha, mucha, mucha oferta, sobre todo habida cuenta de una demanda máxima instantánea que ronda los 40.000 megavatios hora.
Pues bien, a pesar de que la oferta potencial es mayor que nunca antes, y a pesar de que la demanda sigue estando por debajo de los registros de hace tres quinquenios, nunca antes fueron tan altos los precios del megavatio hora en el mercado mayorista.
La pregunta es: si la oferta potencial de megavatios hora es hoy mayor que nunca, y la demanda en agosto está 23 puntos por debajo del máximo histórico (dato de Red Eléctrica de España), ¿por qué la electricidad está marcando precios top en este mes de agosto? Otra pregunta: si siempre se ha dicho que las renovables deprimían el precio de la electricidad, si la patronal del sector no cesa de asegurarnos que cuanta más energía limpia haya en el sistema, más bajará el precio de la electricidad para todos, ¿por qué ahora, que hay más electricidad renovable que nunca, el precio es más elevado que nunca? La respuesta está en el mercado, en las reglas del mercado.
Máximos
Las 18 horas y 53 minutos del día 17 de diciembre de 2007. Ese fue el momento -el instante preciso de toda la historia de este país- en el que más electricidad demandamos a la vez los españoles, el instante en el que más aparatos enchufamos simultáneamente. Lo registró Red Eléctrica de España (REE), el operador del sistema eléctrico nacional. Máximo de potencia instantánea demandada: 45.450 megavatios.
Solo unos meses después empezaron a sonar las primeras señales del desconcierto y, en septiembre de 2008, llegó la bancarrota de Lehman Brothers, a la que seguiría una crisis que, casi trece años después, mantiene aún muy frescas demasiadas cicatrices. La demanda de potencia instantánea en España nunca ha vuelto a ser la que fue aquel día. Ni mucho menos. Es más, en el último quinquenio no hemos alcanzado tampoco los 44.000 megavatios, ni los 43.000. En 2019 -año preCovid-, la demanda máxima instantánea de potencia no llegó a los 41.000.
Y en 2020 el sistema eléctrico peninsular no alcanzó siquiera los 40.000 (el máximo de demanda se quedó en los 39.997). Más aún, este verano de precios locos, la potencia máxima instantánea peninsular demandada apenas ha superado el listón de los 37.000 megavatios.
Demanda muy baja (37.000), en comparación con la oferta potencial: casi 112.000
Según los datos publicados esta semana por Red Eléctrica de España, en la actualidad, el parque renovable de generación tiene una potencia de 61.742 megavatios (61,7 gigas sobre el total de 111,8). Más de 40.000 megas de potencia son eólicos y fotovoltaicos; hay 17.000 MW de gran hidráulica; y unos 3.500 corresponderían a las demás tecnologías renovables (termosolar, olas, biomasa, minihidráulica, residuos renovables).
Durante el año 2020, y siempre según los datos oficiales de REE, en España se ha producido un incremento de potencia instalada renovable extraordinario, +8,7% respecto al año anterior, lo que supone una adición al sistema de 4.782 MW (en el año del Covid). El incremento de potencia instalada renovable se ha debido, principalmente, al aumento de la potencia solar fotovoltaica, que ha aportado un 61,3% de la nueva potencia.
Pero quizá el gran hito 2020 lo haya establecido la eólica, que ha sumado 1.802 MW y se ha convertido en la tecnología de generación de energía eléctrica con más potencia instalada en España, superando al ciclo combinado (que quema gas natural para producir electricidad). El gas llevaba 13 años siendo la primera potencia (26.250 MW). Hoy lo es la eólica (27.880).
La pregunta es (lo apuntábamos antes): si la oferta potencial de megavatios hora es hoy mayor que nunca, y la demanda no llega ni remotamente a ser la que era, ¿por qué la electricidad marca precios top todos los días? Otra pregunta: si siempre se ha dicho que las renovables deprimían el precio de la electricidad, si la patronal del sector no cesa de asegurarnos que cuanta más energía limpia haya en el sistema, más bajará el precio de la electricidad para todos, ¿por qué ahora, que hay más electricidad renovable que nunca, el precio es más elevado que nunca? La respuesta está en el mercado, en las reglas del mercado.
¿Y cómo funciona ese mercado?
Ya lo hemos contado en más de una ocasión estos días, pero quizá conviene repetirlo aquí, siquiera sea grosso modo. El operador del sistema eléctrico nacional -Red Eléctrica de España- prevé una demanda dada para cada día. Por ejemplo, mañana necesitaremos 100 megavatios hora cada hora del día (es solo un ejemplo).
A continuación se celebra una subasta en la que pujan todas las tecnologías (nuclear, eólica, fotovoltaica, termosolar, gas) con el fin de ofertar su electricidad y venderla. Imaginemos -hipótesis de trabajo- que la demanda estimada (la electricidad que va a necesitar el país) es 100, por ejemplo.
Pues bien, la nuclear y las renovables pujan en la subasta que se celebra en ese mercado (coloquialmente conocido como pool) a cero. ¿Por qué a cero? Pues porque las renovables tienen que vender lo que producen cuando lo producen (no se puede almacenar el viento) y porque a la nuclear, dadas sus características técnicas, le resulta más barato operar en modo fijo, y no andar parando y arrancando, parando y arrancando, parando y arrancando en función de la demanda.
Así las cosas -y dicho sea grosso modo-, nuclear y renovables (entendidas estas por fotovoltaica y eólica) pujan siempre a cero euros (0€) para que siempre entre en el mercado la electricidad que producen, o sea, para vender toda la electricidad que generan.
Si entre todas ellas (nuclear y renovables) no suman 100 (suman 99, por ejemplo), entra a continuación otra tecnología, una tecnología que emplee una fuente de energía que pueda almacenarse (residuos que podemos almacenar en vertederos, agua que podemos almacenar en pantanos, gas que podemos almacenar en tanques).
Todas esas fuentes de energía pueden esperar a que la subasta vaya calentándose, vaya encareciéndose, para entrar en el último minuto (a diferencia de lo que ocurre con la eólica y la fotovoltaica -no almacenables- o la nuclear -condicionada técnico/económicamente-, como se ha dicho).
¿Y qué está ocurriendo? Pues que el gas y el CO2 se han encarecido en los mercados internacionales. Y las centrales térmicas de ciclo combinado que queman gas natural para producir electricidad tienen que vender su electricidad más cara para cubrir costes y obtener su margen de beneficio. Eso está encareciendo la electricidad. Sí. Pero el agua, que también es una fuente de energía almacenable, está encareciéndolo todo aún más.
El planteamiento, como contábamos hace unos días, es el siguiente: la hidráulica estima “a cuánto puede ofertar el gas para cubrir costes y obtener un margen de beneficio” y, una vez hecha esa estimación, los operadores de las centrales hidroeléctricas (Iberdrola, Endesa y Naturgy) ofertan en la subasta un ápice por debajo de lo que puede ofertar el gas y se adjudican el megavatio.
Por ejemplo, la hidráulica estima que el gas (habida cuenta de lo que ha subido su precio en los mercados internacionales) podría ofertar a 119 euros el megavatio hora. Pues bien, los operadores de las centrales hidroeléctricas van y dicen: pues yo puedo generar ese megavatio hora a 118,99 euros… y se lo adjudican. [Bajo estas líneas, las tecnologías que han marcado el precio de cada hora de los días 13, 26 y 27 de agosto, los tres días más caros de la historia de la electricidad en España. Fuente: OMIE, el operador del mercado eléctrico ibérico].
La hidráulica cobra 118,99 euros por ese megavatio aunque la hidráulica está produciendo ese megavatio hora a 3 euros (eso es lo que le cuesta generar un megavatio hora a una central hidroeléctrica, que no tiene que comprar gas en los mercados internacionales para producir electricidad, ni tampoco va a emitir CO2 en ese proceso, porque el agua es una fuente renovable y limpia de energía). Es decir, que la hidráulica aprovecha la subida en los mercados internacionales del combustible que utiliza su competidor (el gas) para hacer el agosto.
Y lo hace porque puede. Porque la hidráulica puede mantener el grifo cerrado y no soltar el agua que mueve la turbina hasta que el precio de la subasta sea lo suficientemente atractivo, o elevado. Es lo que algunos llaman coste de oportunidad y otros denominan especulación. Especulación con un bien público, el agua. Agua cuyo uso obedece además a una concesión del Estado.
Hasta aquí, los actores; ahora, el escenario: el mercado marginalista
El legislador ha ideado un mercado eléctrico, y ha establecido unas reglas determinadas, según las cuales el precio 118,99 que cierra la subasta de hoy, el precio último, el precio que casa la demanda con la oferta (el precio del megavatio 100, si se me permite), el precio del megavatio de gas último, es el precio que cobrarán todos los megavatios, los 99 megavatios anteriores.
Todos, todos, todos los megavatios van a cobrar a razón de 118,99 €. ¿Resultado? Como bien apuntan por ahí algunos analistas, estamos pagando panga a precio de caviar.
¿Otro resultado?
Todos los generadores están contentos (unos más que otros, pero todos contentos): el gas (porque repercute en ese precio sus costes crecientes: combustible y CO2), las renovables (las que participan en ese mercado, porque hay muchas renovables que tienen un precio previo tasado y no participan ahí) y, por fin, la nuclear (que produce aproximadamente el 20% de la electricidad que usa cada año este país) y la gran hidráulica (que produce aproximadamente el 15%).
¿Y el resultado concreto para el día de hoy?
Pues el resultado concreto es que el precio medio diario de la electricidad en el mercado mayorista (coloquialmente denominado pool) es 118,99 euros.
Volvamos a las preguntas
Si la oferta potencial de megavatios hora es hoy mayor que nunca, y la demanda no llega ni remotamente a ser la que era, ¿por qué la electricidad marca precios top todos los días?
Porque nos venden toda la electricidad al precio del megavatio hora más caro. El legislador ha decidido que esas son las reglas del juego y son esas reglas las que propician esos precios.
Y la otra pregunta: si siempre se ha dicho que las renovables deprimían el precio de la electricidad, ¿por qué ahora, que hay más electricidad renovable que nunca, el precio es más elevado que nunca?
Por el mismo motivo.
Si toda la electricidad fuese renovable, si fuésemos capaces de producir los 100 megavatios hora que va a demandar mañana España con energías renovables (es un ejemplo), las energías renovables no entrarían en la subasta a cero (ahora lo hacen porque saben que el precio siempre va a ser lo suficientemente elevado como para cubrir sus costes de amortización, operación y mantenimiento y obtener además un margen de beneficio).
Si fuésemos capaces de producir los 100 de la demanda con energías renovables, pues las renovables competirían entre sí por llevarse esos cien megavatios y se adjudicaría cada megavatio a la central renovable más eficiente, la que lo produjese a menor precio. Y si una central solar produce a las diez de la mañana a 31 euros el megavatio (es un ejemplo) y otra lo hace a 30, pues se llevaría ese mega la de los 30.
Y si un parque eólico produce a las cuatro de la mañana a 26 euros el megavatio hora (es un ejemplo) y una central termosolar con sistema de almacenamiento produce a 25, pues el megavatio hora se lo llevaría en la subasta el termosolar.
Así sí se podría abaratar el mercado. Y nadie podría pretextar que es que los mercados internacionales han incrementado mucho el precio del gas o el precio del CO2 y por eso los ciclos combinados están ofertando a precio más elevado y por eso el precio de la electricidad está subiendo tanto. Nadie podría esgrimir ese pretexto porque las renovables no dependen de Putin, ni de Gazprom, ni del conflicto Marruecos-Argelia, ni de un buque metanero que acabó atorado en el Canal de Suez.
¿Problema? Que mientras las renovables se queden en 99, y aunque solo entrase un megavatio de gas, ese megavatio, el megavatio 100 marcará precio para todos. Porque así lo ha querido el legislador.
Otra cosa es la especulación. Los economistas lo llaman coste de oportunidad. Los señores del agua especulan con el grifo de los pantanos. Aguantan hasta que se ha calentado la subasta (pueden hacerlo, pues pueden mantener almacenada su fuente de energía, el agua), estiman a cuánto podría ofertar hoy el gas, y, una vez tienen clara esa estimación, ofertan un ápice por debajo y se llevan el megavatio al agua.
Ah, y un detalle. Los propietarios de las centrales de ciclo combinado (las centrales que queman gas para producir electricidad) y los propietarios de las centrales hidroeléctricas son prácticamente los mismos.
Según Red Eléctrica de España, que es el operador del sistema eléctrico nacional, actualmente hay en el país 17.098 megavatios de potencia hidráulica. Iberdrola controla 9.715. Endesa, 4.793. Naturgy, 1.951. O sea, que tres empresas manejan los grifos de 16.459 megavatios hidro, el 96,2% del total. Pues bien, Iberdrola, Endesa y Naturgy, que son también por cierto propietarios del 100% de la potencia nuclear (más de 7.000 megavatios), controlan 15.000 de los 26.000 megavatios de gas natural que hay instalados en España.
O sea, que saben muy bien a qué precio puede ofertar el gas.
¿Por qué le interesa a Iberdrola por ejemplo (o a Endesa, o a Naturgy, da lo mismo) vender más megavatios de hidráulica que de gas? Pues porque el margen de beneficio es mucho mayor. Según el estudio Precios y Costes de la Generación de la Electricidad (Comisión Nacional de Energía, 2008), generar entonces (en 2008) un megavatio hora hidroeléctrico en una central amortizada costaba 3 euros.
Hoy esas centrales están 13 años más amortizadas, la gran hidráulica está generando probablemente a menos de 3 euros el megavatio en muchos casos y, sin embargo, está cobrando, por obra y gracia de un legislador que ha elegido unas ciertas reglas del juego, a razón de 118,99 euros, un precio que fija precisamente ella, la hidráulica, en el mercado.
Más aún: la hidráulica ha marcado precio máximo en 13 de las 24 horas del día de hoy, y, más concretamente aún, el precio de las tres horas más caras del día de hoy -00.00, 22.00 y 23.00- también lo ha fijado la hidráulica: 125,33 euros el megavatio hora a las cero horas del día de hoy; 124,67 a las diez de esta noche; y 122,95 euros a las once. Esos tres precios los ha marcado la hidráulica. Lógico.
El margen que hay entre los 3€ de generación (que es lo que le cuesta a una central hidroeléctrica producir un megavatio hora) y los 118,99 del mercado mayorista es mucho mayor que el margen que puede haber entre los 50, 60, 70, 80, 90 € de generación de un ciclo combinado y los 118,99. Por eso a Endesa, Iberdrola y Naturgy les interesa más generar en pantanos que con gas.
No es el gas. Son las reglas del juego las que propician escaladas como esta. Y hasta que no sean modificadas, el oligopolio se seguirá llevando el megavatio al agua y la ciudadanía y las empresas, que son las que pagan la factura de la electricidad, seguirán pagando el pato.