Los 100 proyectos en 99 municipios
El gobierno nacional presentó las distintas obras que se ejecutaron en las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través de una inversión de $31.992 millones.
En localidad de Quilmes, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; la intendenta local, Mayra Mendoza; y la precandidata a diputada Nacional, Victoria Tolosa Paz encabezaron un acto donde se inauguraron 100 obras públicas en 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que alcanzan a 99 municipios y representan una inversión de $31.992 millones.
Al respecto, el Presidente Fernández afirmó: “Lo que queremos es la felicidad y la alegría de los nuestros. Merecemos un país más justo y más igual. Merecemos una Argentina que se desarrolle federalmente”. Y continuó: “A nadie le preguntamos de qué partido provenía y en todos los lugares estuvimos presentes cuando nos necesitaron con obra pública”.
Por su parte, Katopodis expresó: “Hoy inauguramos 100 obras públicas que son el símbolo de que ya nos estamos poniendo de pie. Cuando gobierna el peronismo la gente vive mejor en la Argentina y eso es lo que viene cumpliendo el presidente en todo el país”.
Estas 100 inauguraciones forman parte de las 1.819 obras vigentes en el país, que incluyen la gestión de todas las áreas del Ministerio y de organismos y empresas dependientes. Asimismo, 1.133 proyectos se encuentran en circuito de evaluación y aprobación.
Las tipologías de los trabajos desarrollados incluyen obras de agua y saneamiento, hídricas, viales, infraestructura social, equipamiento y mejoramiento vial urbano. Por su impacto social y de mejora en la calidad de vida de las comunidades donde fueron ejecutadas, se destacan 5 obras principales en: Buenos Aires (2), Córdoba y Santa Fe (1), Santiago del Estero (1) y Río Negro (1).
Además, se inauguran otras 95 obras en 21 provincias y CABA, que se distribuyen en: 31 obras de agua y saneamiento; 7 obras de equipamiento urbano; 7 obras hídricas; 36 obras de mejoramiento vial urbano; 12 obras viales; 2 obras de infraestructura social.
“Cuando llegamos el 70% de las obras públicas estaban paralizadas. Hoy tenemos 1.819 obras con un fuerte sentido federal. Nuestro pueblo está de pie y es este gobierno el que nos va a sacar de la pandemia construyendo una Argentina más justa y más equitativa”, concluyó Katopodis.
Obras destacadas
En Quilmes, se presentó la pavimentación y mejoramiento urbano de la Av. Santa Fe, que se realizó en el marco del Programa Ejes de Conectividad Urbana, y que beneficia a más de 200.000 habitantes y permite mejorar la conectividad este-oeste del distrito.
Las obras consistieron en la pavimentación de 2.400 metros de calles de tierra, repavimentación, veredas y mejora del sistema hidráulico en Av. Santa Fe, desde Donato Álvarez hasta Camino General Belgrano y trabajos de bacheo de la Av. Donato Álvarez en una extensión de 3 km, en el límite con el municipio de Almirante Brown.
Además, se ejecutó una obra anexa al puente vehicular existente sobre el Arroyo San Francisco, con nuevas pasarelas peatonales iluminadas y señalizadas a ambos lados que brindan mayor seguridad vial.
Asimismo, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el administrador de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta, inauguraron 61 km de la nueva autovía de la Ruta Provincial 11, entre General Lavalle y Mar de Ajó, con la habilitación del tramo completo de 37 km entre San Clemente - Mar de Ajó, y de 24 km entre Gral. Conesa - San Clemente del Tuyú.
La obra, en sus dos tramos, se reactivó en septiembre 2020, y comprende una extensión total de 95 km, de los cuales 34 km se encuentran ejecución. Una vez finalizada, beneficiará al desarrollo turístico y económico de las localidades que atraviesan este corredor turístico, y permitirá brindar mayor seguridad vial para los más de 50.000 vehículos que transitan por día durante la temporada alta.
Desde Santiago del Estero, el Gobernador Gerardo Zamora y el secretario de Infraestructura y Política Hídrica, Carlos Rodríguez, anunciaron la finalización de la construcción del Azud derivador de 22 km de extensión sobre el cauce del Río Salado, en el paraje Cruz Bajada, ubicado en el norte de la Provincia, a 3 km del límite con Salta.
La obra hidráulica beneficiará a 35.000 habitantes y permitirá mitigar las inundaciones que se producen en la zona, recuperando y aumentando el suelo productivo en una superficie de aproximadamente 10.000 hectáreas. Además, produjo 150 puestos de trabajo y facilitará elevar el nivel del agua del Río Salado para generar un desnivel que garantice su ingreso a la obra de toma del Canal de Enlace.
En tanto, en Córdoba, el secretario de Obras Públicas, Martín Gill; el Vicegobernador Manuel Calvo; y la ministra de Infraestructura de Santa Fe, Silvana Frana presentaron la mejora integral del Sistema Canal San Antonio - Arroyo de Las Tortugas, en el tramo San Francisco – Carcarañá (Santa Fe), que consistió en la construcción de un canal principal de 170 km de extensión y un sistema de canales secundario, con el objetivo de favorecer el control de inundaciones.
Los trabajos incluyeron, además, la optimización del funcionamiento de los canales y proyectos complementarios, como el Colector Sur San Francisco y Quebracho Herrado y de las conducciones del Canal Central. También, contemplaron acciones para la defensa y protección contra inundaciones para la localidad de Tortugas, la construcción de puentes y el reacondicionamiento de desagües laterales.
Las obras generaron 200 puestos de trabajo y permitirán el saneamiento de 400.000 hectáreas de la cuenca del Arroyo San Antonio – Tortugas, para beneficiar a una población proyectada de 25.000 habitantes.
Además, en Río Negro, el vicegobernador Alejandro Palmieri y el gerente de Regiones de Vialidad Nacional, Patricio García, realizaron la inauguración parcial de 4 puentes que habilitan el tránsito en 27,4 km de la obra de transformación en autopista de la Ruta Nacional 22, a lo largo de 73 Km, desde Godoy hasta el cruce de acceso a la isla Jordan.
Tres de los puentes se inauguran en el tramo comprendido entre el Acceso a Fernández Oro - Acceso a Parque Industrial Cipolletti en la localidad de Fernández Oro, que habilitan el tránsito en 6,7 km, mientras que el puente restante se encuentra en el Tramo Acceso a Godoy - Acceso a Cervantes, en la localidad de General Godoy, que habilita la circulación en la totalidad del tramo de 20,7 km.
Esta obra permitirá brindar mayor seguridad vial en la zona del alto valle rionegrino, agilizando los tiempos de viaje de alrededor de 13.800 vehículos que transitan por día, y será una vía importante para la conexión interprovincial entre Buenos Aires, Neuquén y La Pampa, atravesando la zona productiva de la provincia.
El Ministerio de Obras Públicas trabaja para construir una Argentina Federal sin distinciones políticas, con el objetivo principal de achicar los desequilibrios territoriales y las brechas de inversión existentes a lo largo y ancho del país.
Del acto también participaron autoridades nacionales, provinciales, municipales, legisladores y legisladoras nacionales.
El "lado B" del corte de cintas para la obra pública: empeora el acceso al crédito de las empresas
FERNANDO GUTIÉRREZ/IPROFESIONAL
El plan electoral del Gobierno está siguiendo los pasos clásicos, incluyendo los infaltables "cortes de cintas" de obras públicas, con las cuales reafirmar el discurso del "Estado presente". La más reciente, la inauguración simultánea de 100 obras de infraestructura por parte del propio Alberto Fernández.
Con una inversión de $22.000 millones repartidas en 99 municipios de todo el país, los trabajos implican mejoras en vialidad, gestión hídrica, urbanizaciones y redes de saneamiento, parte de un total de 1.819 proyectos trazados en el ministerio de Obras Públicas.
La videoconferencia en la que el Presidente realizó las inauguraciones se realizó desde Quilmes, corazón del conurbano, donde el oficialismo pone todas sus fichas para las próximas elecciones legislativas.
Es un anuncio que va en línea con el discurso reactivador que está sosteniendo el Gobierno: la proyección oficial es un rebote del PBI de un 7% como mínimo. Y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo que ya se está sintiendo el efecto en la industria, dado que varias ramas de actividad ya están produciendo por encima de los niveles de 2019. De hecho, dijo que la inversión privada se ubica ya un 14% por sobre ese año pre-pandémico.
El costo oculto de la inversión estatal
Sin embargo, estos anuncios tienen su lado B. Lo cierto es que el Gobierno sigue preocupado por el bajo dinamismo de muchos rubros de la economía, incluyendo el consumo. Por eso, una de sus prioridades a nivel de comunicación es convencer de que la recuperación argentina no se limita apenas al célebre "rebote del gato muerto", que es como se llama en la jerga de los analistas a la mejora que experimenta toda economía luego de una recesión profunda, más por un efecto estadístico que por una retomada real del crecimiento.
Pero las cosas no siempre salen en la realidad como en los discursos. Para colmo, en los sectores donde se está verificando un mayor crecimiento empiezan a evidenciarse cuellos de botella. Es algo que se evidencia, por ejemplo, en la paradoja de que mientras aumenta la demanda por autos, las concesionarias están recalculando sus ventas a la baja por la falta de modelos con los cuales incrementar su oferta.
Pero, sobre todo, la sospecha que preocupa más en el ámbito de las empresas es que la reactivación que toma como motor a la obra pública se logró sobre la base de un mayor intervencionismo que desincentiva la inversión privada.
Para empezar, por la suba de la presión impositiva, señalada en todos los documentos empresarios como un impedimento para el desarrollo. Incluso, hay investigaciones internacionales que ya ubican a la Argentina entre los países de mayor carga tributaria sobre el sector privado, como el informe "Doing Business" del Banco Mundial.
Y las señales políticas en este ámbito no son alentadoras: los funcionarios no sólo han desdeñado las críticas, sino que preanuncian que el "modelo" seguirá basándose en altos niveles de impuestos y de gasto público.
Por otra parte, el clima político, que ha incrementado los niveles de "riesgo país" ha llevado a que el país cayera abruptamente en el ranking de la inversión extranjera directa. Es así que, según un reciente informe de la Cepal, la inversión externa directa que recibe Argentina cayó en mayor proporción que en el resto de la región, lo que deja en evidencia que hubo factores adicionales al de la pandemia.
Puesto en números, Argentina recibía hace cinco años un 9,5% de la inversión extranjera que se volcaba en la región y hoy cayó por debajo del 6%.
En los últimos 12 meses, el ingreso por inversiones externas fue de u$s747, una cifra pequeña para el tamaño de la economía argentina, en la cual el aporte externo llegó a significar un 3,5% del PBI.
El intervencionismo también afecta la inversión de las empresas instaladas en el país. Sin ir más lejos, la reciente afirmación de Alberto Fernández respecto de la declaración como servicio público para la conexión a internet llevó a que desde el sector de telecomunicaciones se hiciera una advertencia sobre una caída de inversiones en uno de los rubros más dinámicos.
Es así que el CEO de Telecom, Roberto Nobile, señaló que la regulación tarifaria está poniendo en riesgo un monto de 2,5% del PBI, a lo cual podrías sumarse otros dos puntos por una eventual ralentización en el desarrollo de las comunicaciones 5G en el país.
Compitiendo por el crédito
Pero, además, porque el Estado se ha transformado en un competidor de las empresas a la hora de buscar financiación. Las estadísticas marcan una caída de 14% anual en el stock de crédito para el sector privado -y la comparación es contra el recesivo 2020-.
De hecho, la política de encajes bancarios, sumada a la estrategia oficial de colocaciones masivas de bonos del Tesoro y la emisión de Leliq por parte del Banco Central ha resultado en que, por cada 100 pesos de los privados que están depositados en el sistema bancario, apenas 27 van al financiamiento privado, mientras que el resto termina ayudando al financiamiento del gasto público.
Es un fenómeno que no da señales de reversión. Más bien al contrario, la expectativa de que, después de haber bajado el déficit fiscal a 0,5% del PBI en el primer semestre, se termine el año con un rojo de 4%. Esto implica un incremento del gasto que pone en riesgo el objetivo de moderación de la emisión monetaria que se había mostrado en la primera parte del año.
El tema se está transformando en una disyuntiva para el Gobierno: cuanto más financiamiento obtiene por parte del mercado, menor es su dependencia de la "maquinita", pero también le dificulta el acceso al crédito a los privados.
Para peor, esa financiación está dando señales de encarecerse. Después de un primer semestre en el que el ministro de Economía, Martín Guzmán, logró fondos por encima de los vencimientos -un "rollover" de 125%-, las últimas licitaciones trajeron inquietud. La semana pasada sólo se logró cubrir el 65% de los vencimientos, lo cual dejó en claro que los financistas esperaban títulos a plazo más corto y con tasa más atractiva. Por otra parte, hay más demanda por instrumentos atados al dólar.
En otras palabras, el mensaje que el mercado le dio al Gobierno es que no confía en que haya estabilidad cambiaria luego de las elecciones y que, en consecuencia, quiere otro tipo de cobertura. Fue una situación que provocó discusiones internas en el equipo económico, como se evidenció en la salida del secretario de Finanzas, Mariano Sardi.
La paradoja del beneficio a los bancos
Lo cierto es que la asistencia del Central se aceleró en las últimas semanas, y ya alcanza $550.000 en lo que va del año. El pasado lunes hubo un traspaso por $40.000 millones, y el mercado espera que la tendencia siga en ascenso: el nivel de asistencia del Central fue en julio de $180.000 millones, el doble que el mes anterior, con lo cual agosto podría agravar la situación.
En ese marco, el Central ha tratado de compensar mediante la absorción de liquidez, para lo cual emite Leliq y toma dinero en colocaciones conocidas como "pases pasivos". Esta política de reabsorción tiene altos costos, porque cada vez que se "pasa la aspiradora" por el mercado se generan intereses.
Hablando en plata, en julio se batió un nuevo récord: estos pasivos del BCRA generaron un gasto por $117.000 millones, un 4,8% por encima de la cifra registrada el mes anterior. Como la inflación de julio se estima en 3%, esa expansión monetaria por pago de intereses equivale a un 1,7% en términos reales.
Esta expansión va en contra del declarado propósito de bajar la inflación. Y exacerba la tendencia de los funcionarios a buscar culpables en el sector privado, como dejó en claro el propio Guzmán en un reciente encuentro con empresarios, a quienes increpó no haber hecho el esfuerzo suficiente por frenar los aumentos de precios.
Lo cierto es que si alguien se benefició en medio de este contexto complicado han sido los bancos, que podrán superar un ingreso por $1 billón en concepto de financiamiento al sector estatal.
Toda una paradoja, si se tiene en cuenta que el mantra oficial en la campaña electoral es que "el Estado te cuida". La parte que no se cuenta es que la financiación del gasto público con el que se busca reimpulsar la economía deja perdedores -las pymes a las cuales se les torna imposible el acceso al crédito- y ganadores -los bancos que mejoran su ingreso en la medida en que el Gobierno ve aumentar el déficit fiscal-.
