La demanda de litio crecerá 1,3 millones de toneladas entre 2019 y 2030 con una tasa de crecimiento anual compuesta de 18,5%
SOFÍA ARAVENA
China le arrebataría el segundo lugar a Chile como productor de litio a 2030. Según un informe elaborado por CRU, perdería una relevante participación de mercado en el periodo proyectado, dando espacio al gigante asiático en el podio global.
“En el pronóstico de oferta ponderada, que representa la calificación de CRU Project Gateway (explicada en el capítulo I para el caso del cobre), Chile pierde una participación de mercado significativa sobre el resto de la base de oferta de litio. China supera a Chile y Argentina para convertirse en el segundo mayor productor de litio del mundo para 2030″, indicó un estudio de la Cepal y Minsus.
En 2015, Chile fue el mayor productor global de litio con el 39% de la oferta global. Sin embargo en 2017, perdió ese puesto frente a Australia que pasó a representar casi la mitad del suministro global. Hacia 2030, Chile perdería el segundo puesto que ostenta actualmente frente al gigante asiático.
Por otro lado, se espera que, a partir de 2023, México se incorpore a la lista de productores de litio en América Latina.
En cuanto a la demanda de litio, se espera que esta vaya en aumento hacia 2030: 1,3 millones de toneladas entre 2019 y 2030 con una tasa de crecimiento anual compuesta de 18,5%. China que fue el principal consumidor de litio en 2019, con un 55% del total, seguiría en el primer lugar e incrementaría su participación hasta el 66% en los próximos diez años.
“Separando la demanda por sector de uso final, se concluye que la electromovilidad es, como era de esperar, el principal motor del crecimiento de la demanda durante el período evaluado”, dice el informe.
Fuente British Lithium
El estudio establece que en Chile irá en aumento la oferta de litio a mediano plazo, pero esta será más lenta que en otros países, lo que hará que baje la participación de Chile a 2030. El informe establece además que el ambiente regulatorio que hay ha desacelerado el desarrollo de nuevos proyectos mineros.
“Los obstáculos regulatorios incluyen el hecho de que el litio está excluido de una concesión de explotación minera de acuerdo con el Código de Minería de 1983. No existe un marco claro para la adjudicación de nuevas concesiones y existen además cuotas para la comercialización del litio. SQM y Albemarle tienen un contrato privado con una agencia estatal (CORFO), lo que les permite un acceso acelerado a los permisos y operar en el Salar de Atacama”, sostuvo el estudio.
Asimismo agregó que otro punto que estaría desincentivando el desarrollo de nuevos proyectos en el área es que “cada vez hay más escrutinio en torno a los altos volúmenes de agua utilizados (o mejor dicho de agua que se evapora) en las operaciones de salmuera y la posibilidad de agotamiento de los acuíferos, particularmente en el desierto de Atacama”.
En cuánto a las regalías, estas afectan los contratos que tiene Corfo con Albermarle y SQM en el Salar de Atacama. “A pesar de que dicho acuerdo no representa una amenaza en un escenario de precios bajos, tiene un impacto significativo en el margen de ganancias en escenarios de precios altos”.
Y agregó que “esta regalía no sería vigente para otros proyectos que pudiesen desarrollarse en otros salares donde Corfo no tenga concesiones mineras que pueda arrendar a terceros para su operación. En este contexto, este esquema de regalías no tiene un impacto real sobre la competitividad de posibles nuevos proyectos y, dadas las condiciones particulares del Salar de Atacama, no significa tampoco una merma de competitividad para SQM y Albemarle en la actualidad”, sostuvo.
El estudio concluyó que “el principal problema de la competitividad en Chile radica en la poca claridad en la regulación para obtener los diferentes permisos requeridos para la ejecución de nuevos proyectos”.