Argentina se enfrenta a una sequía histórica en el río Paraná, su caudal registra los valores mínimos de los últimos más de 70 años y se le suma una bajante de las cuencas hídricas que forman los ríos Neuquén, Limay y Negro que acumulan 13 años de sequías, un fenómeno que afecta a América Latina.
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuentas (AIC) decidió, en acuerdo con Nación, declarar la emergencia hídrica en Argentina. “El país necesitan más represas” para almacenar agua ante las variaciones del cambio climático, señaló el ingeniero Elías Sapag, representante de Neuquén en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC).
El funcionario neuquino indicó que “ya es el décimo tercer año con sequías, esto trae como consecuencia que haya bajado el nivel de los embalses, con respecto al año pasado este año hemos perdido cerca de 2.700 millones de litros y a esta época del año ya son 6.000 millones de litros perdidos”.
Tras la declaración del estado de Emergencia Hídrica en los ríos Neuquén, Limay y Negro por parte de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, habló sobre la situación por la que atraviesan las represas hidroeléctricas en la región.
Luego del acto de presentación oficial de los precandidatos del Frente de Todos de Neuquén de cara a las próximas elecciones legislativas, Martínez destacó los logros alcanzados hasta el momento dentro del sector energético: “Hoy estamos batiendo récords de producción de gas y de petróleo. Creo que esto tiene que ver con las decisiones que tomamos y el mandato que nos ha dado el presidente de la Nación, Alberto Fernández”.
“Por eso pusimos en marcha el Plan Gas.Ar, que está resultando un éxito, donde los trabajadores están en los equipos; las pymes van sumando valor agregado nacional. Las productoras transforman la inversión en energía, y las provincias, quienes son las dueñas del recurso, aportan a esto”, señaló Martínezsegún relevó LmNeuquén.
En tanto, al referirse a la renovación de las concesiones de las hidroeléctricas, con fecha de vencimiento al 2023, el titular del organismo de Energía indicó: “En este segundo semestre, tenemos una auditoría muy grande que vamos a llevar adelante desde la Secretaría, para saber cuál es la situación técnica, cuál es la posibilidad de ampliación de potencia de cada una de las represas”.
A través de una entrevista por radio El Cordillerano Radio (93.7) Elías Sapag, indicó que “evidentemente esto puso en alerta a la AIC y como consecuencia también que el invierno no ha traído ni lluvia, ni nieve, en las tres cuencas, en la del Limay, la del Collón Cura y la del Neuquén. Esto además afectó al turismo y en los pronósticos de los próximos 15 días, meteorológicamente, no vemos un evento que pueda revertir esto”.
Agregó al respecto que “aparte, los servicios meteorológicos nacionales e internacionales, especialmente el chileno no nos está dando esperanza de reponer agua y por lo tanto la declaración de emergencia nos dicta que el agua que existe en las represas se debe usar únicamente para las ciudades, el riego y las industrias, que se debe turbinar agua solamente para generar esa energía, no podrán disponer del agua las hidroeléctricas, ni CAMMESA , ni la Secretaría de Energía para otra cosa”.
¿Qué problemas puede generar la actual sequía en el próximo verano?, “las consecuencias energéticas principalmente la tendrá el resto del país, nosotros con el agua que necesitamos para consumo generaremos perfectamente la energía que necesita tanto Río Negro, como Neuquén. Obviamente tendrán que recurrir a hidrocarburos fósiles, gas, fuel-oil, gas-oil, carbón, para reemplazar la hidroelectricidad y generar electricidad”.
Sobre si hay forma de revertir mayores consecuencias, explicó que “la prevención, teniendo las represas como las tenemos, aguas abajo no vamos a tener problemas, siempre y cuando se use racionalmente y esperamos que los ciudadanos colaboren en general e individualmente en el uso racional. Aguas arriba habrá que hacer canalizaciones del cauce hacia las bombas para que no queden vacías, perforaciones, uso de vertientes, llevar el agua en camiones y generar alternativas para la falta de pasto en las invernadas. Habrá que ir comprando pasto para los animales y el traslado de los animales en la veranada, dentro de la línea de supervivencia”.
Sostuvo que además “el Neuquén alimenta todo el Alto Valle en la frutihorticultura, más el agua para consumo, el 10% se utiliza para el consumo en las ciudades y el 20% en la industria. El Limay no está sobreexigido, tiene las represas que tiene, por el Limay ingresan 150 metros cúbicos y por el Collón otros 150, o sea ingresan 300 y salen 300 por Arroyito que son el máximo que estamos permitiendo”.
La crisis del río Paraná
La bajante del Paraná es parte del impacto de las sequías que atraviesa Brasil y le causa una crisis hídrica y energética. La fuerte caída del suministro de agua a las plantas hidroeléctricas está afectando duramente la generación de energía eléctrica.
la falta de precipitaciones en Brasil y Uruguay han provocado que el río Paraná, el segundo más largo de América del Sur, se sequé hasta unos niveles no vistos desde 1944.
“Los bajos niveles de agua se notan alrededor de varios lagos en la cuenca del río Paraná, hogar de varias represas y embalses hidroeléctricos que ayudan a alimentar la región. Siete de los 14 principales embalses cercanos se encontraban en sus niveles más bajos desde 1999 “, informaba el observatorio de la NASA en junio, cuando esta situación no hacía más que comenzar.
En ese mismo instante, advertía que los niveles de agua en el río Paraná se situaban alrededor de 8,5 metros por debajo de la media cerca de la frontera con Paraguay, “lo que podría interrumpir el tráfico de buques de carga por el río y, sobre todo, el flujo del agua hacia el sur del continente”.
Ante esta situación, el comité de crisis permanente argentino, que se conformó para monitorear la bajante histórica del Río Paraná, decidió abrir un Fondo de Emergencia Hídrica de 10,4 millones de dólares destinado para la asistencia de las provincias y localidades afecta
Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) indicaron que la bajante del río Paraná "es la peor desde 1944, con la probabilidad de superar aquella emergencia histórica". El INA trazó un escenario que indica que el río en Santa Fe alcanzaría sus niveles más bajos de la historia a fines de septiembre, superando la marca de 1944 cuando se registró -1,04 metros.
Yacyretá opera al 50% de su capacidad y por la baja del río existen problemas operativos en centrales térmicas como Vuelta de Obligado, San Martín y San Nicolás. Contratan una draga para garantizar la toma de agua de Atucha I y II. Los próximos 20 días son claves. Hay casi 3000 MW en riesgo.
La generación de Yacyretá, que está aportando 800 MW para la Argentina y 200 MW para Paraguay, podría verse afectada en el corto plazo
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación brindó precisiones sobre los aspectos ambientales que motivan la bajante histórica del río Paraná. Lo hizo el secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la cartera, Sergio Federovisky, quien aclaró que “en este momento específico no está comprometido el suministro de agua”.
“Lo que está pasando es típicamente un problema ambiental”, explicó el funcionario y agregó: “Es un problema multicausal donde intervienen varios elementos que confluyen”. En la misma dirección, advirtió que la intensa sequía del Paraná “es un evento extremo que tiene origen en el cambio climático y es acentuado por la desforestación en la cuenca y la reducción de los humedales”.
El Paraná es la principal vía de salida de granos y productos agroindustriales de Argentina. En unos 70 kilómetros de costa alrededor de la ciudad de Rosario hay una treintena de terminales portuarias desde las que se exporta soja, maíz, harina, aceite y combustibles, entre otros. Cada año, alrededor de unos 2.500 grandes buques los transportan desde allí hasta el resto del mundo, pero desde hace meses su capacidad máxima de carga se ha visto reducida un 10% debido al descenso de la profundidad en los pasos críticos, explica Alfredo Sese, secretario técnico de la Comisión de transporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) a El País.
Los datos registrados por el Instituto Nacional de Agua muestran el bajo caudal del Paraná, por debajo de los 6.000 metros cúbicos por segundo. A la altura de Rosario, el río ya bajó más de tres metros desde su nivel habitual en invierno. El pasado 25 de julio su altura fue de -0,17 metros, frente a los 3,2 metros de promedio. Se trata de los valores más bajos de los últimos 77 años. “Que el río tenga una baja altura o que los valores sean negativos no significa que el río esté seco. El Paraná es un río ancho y profundo”, puntualiza Sese. La medición se realiza en el puerto de Rosario, no en el centro del río, y el punto cero es un valor estándar acordado a partir de los valores mínimos de una serie histórica.
La preocupación de ex EBY
El ingeniero Ángel María Recalde, ex titular de la Entidad Binacional Yacyretá, habló sobre la preocupante situación de la bajante del río Paraná a causa de la sequía, que está poniendo en riesgo incluso a la producción hidroeléctrica. Indicó que si bien en la historia de las binacionales Itaipú y Yacyretá, e incluso el Acaray, nunca registraron paro en el funcionamiento de sus turbinas, de continuar la bajante se podría llegar a experimentar el paro de la producción, destalló a La Nación.py
En entrevista en el programa “A Punto”, que se emite por el canal GEN, Recalde indicó que el problema de la bajante del río se está viviendo en toda la cuenca del río Paraná. El cual nace en territorio brasileño, y se alimenta de varias otras subcuencas como el Paranaíba, el Paranapanema, río Grande, entre otros, en las que existen, por dar un número, 100 centrales hidroeléctricas, según señaló.
El ingeniero mencionó que, en este momento, todas esas centrales hidroeléctricas, en un promedio, están con el 28% de su reservorio. “Del 100% que tendrían que tener, un 80, 70, hoy están con un 28%; y la proyección de todas esas centrales, para el 30 de noviembre es que van a llegar al 10%. Es decir, hoy están mal, y van a llegar a peor, y eso afecta a todas las centrales hidroeléctricas que están en la cuenca del Paraná, incluyendo a Itaipú y Yacyretá que son las dos últimas centrales que están sobre el río Paraná”, comentó.
ITAIPÚ OPERA EN BAJA
Indicó que hoy, Itaipú está operando por debajo de 5.000Mw de potencia, cuando su contrato habla de que debe suministrar más de 12.100Mw. Si bien, aclaró que no maneja la información precisa, pero indicó que Yacyretá está operando por los 1.000Mw. “Realmente, la situación está muy preocupante”, enfatizó.
Señaló que Itaipú y Yacyretá son las últimas dos hidroeléctricas en la serie de centrales a lo largo de la cuenca del Paraná al igual que el Acaray, que no consume mucho, pero tiene un gran reservorio por la presa del Iguazú; en el pasado nunca dejaron de funcionar por falta de agua; el profesional no descarta que, si continúa con la bajante, puede llegar al punto en que las turbinas dejen de funcionar a causa de la sequía. “No tenemos nosotros en la historia de las tres centrales que hayan parado por falta de agua, pero sí los brasileños experimentaron eso. Pero ellos tienen más de 600 centrales hidroeléctricas, porque ellos colocan turbinas hasta por debajo de la canilla. Entonces, pequeños cursos de agua que tienen, los aprovechan”, explicó.