La Carta Abierta a los líderes del G20
La Coalición Global de Energía Eólica para la COP26, de la que localmente forma parte la Cámara Eólica Argentina (CEA), pidió a los países miembros del G20 "mayor liderazgo en la crisis climática" y los instó a presentar de manera urgente planes concretos para el reemplazo de la energía fósil.
La CEA junto a las principales asociaciones y empresas de la industria eólica mundial, y con el liderazgo de Global Wind Energy Council (GWEC), presentaron una carta abierta a todos los Jefes de Estado del G20, antes de las sesiones Ministeriales sobre Medio Ambiente, Clima y Energía que se celebrarán en Nápoles del 22 al 23 de julio de 2021.
En el documento demandan a los líderes mundiales y a los países del G20, aumentar la ambición en los objetivos de la energía eólica a nivel nacional a través de asociaciones público-privadas, incentivos a energías renovables y planes de divulgación, y a la vez implementar políticas y marcos regulatorios efectivos para la adquisición y entrega de energía renovable.
También la construcción rápida de infraestructura de energía limpia, incluidas redes de transmisión para abordar los cuellos de botella y planificar la integración de la energía renovable a gran escala; y acordar mecanismos de fijación de precios del carbono, eficaces y creíbles, que reconozcan los costos sociales de las emisiones de gases de efecto invernadero.
"La acción para abordar el cambio climático se está retrasando y el tiempo se está acabando. Incluso bajo las promesas de “net zero” hechas recientemente por los miembros del G20, el mundo está girando hacia una vía de calentamiento global de 2.4 °C en este siglo", advirtió el sector eólico.
El G20 representa a la mayor parte de la población mundial y más del 80% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía, es por ello la Coalición planteó que "tienen el poder y el deber público de tomar en serio la mitigación del cambio climático".
Tal como lo han publicado AIE e IRENA, la energía eólica se convertirá en la principal fuente de generación eléctrica mundial para 2050, junto con la energía solar fotovoltaica, por lo que se entiende que las renovables desempeñarán un papel fundamental en la descarbonización del sistema energético.
La energía eólica debe convertirse en el motor de las economías del G20 en un mundo de 1,5 °C y ya puede comenzar a impulsar una recuperación ecológica de la pandemia de COVID-19. Pero la industria enfrenta cuellos de botella políticos y regulatorios críticos que impiden el despliegue de proyectos y bloquean el flujo de inversiones necesarias. Para resolver estos problemas, solicitan a los líderes mundiales y del G20:
+Aumentar la ambición en los objetivos de la energía eólica a nivel nacional a través de las estrategias climáticas nacionales, que reflejen mayor capacidad para la energía eólica y renovable, apuntando a los sectores nacionales intensivos en carbono, a través de asociaciones público-privadas, incentivos a energías renovables y planes de divulgación.
+Implementar políticas y marcos regulatorios efectivos para la adquisición y entrega de energía renovable, incluyendo esquemas de permisos razonables y optimizados, con una generación prioritaria para energías renovables y un desarrollo ambientalmente racional.
+Comprometerse con la construcción rápida de infraestructura de energía limpia, incluidas redes de transmisión, a través de la experiencia conjunta y un mayor diálogo entre los operadores del sistema, los reguladores y las empresas de servicios públicos para abordar los cuellos de botella y planificar la integración de la energía renovable a gran escala.
+Acordar mecanismos de fijación de precios del carbono, eficaces y creíbles, que reconozcan los costos sociales de las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación, y puedan enviar señales de mercado claras.
+Alinear los flujos de financiación nacionales y regionales con los puntos de referencia para una vía que cumpla con los 1,5 ° C, incluyendo la orientación de la financiación pública hacia la transición energética.
+Desarrollar políticas cohesivas e inclusivas que dediquen recursos públicos al cambio hacia una economía neta cero, incluyendo esquemas de capacitación y transición laboral que puedan identificar oportunidades de empleo alternativo en energías limpias para trabajadores en industrias de extinción basadas en combustibles fósiles.