La Reserva Federal ha dicho repetidamente que los picos de precios a corto plazo no se traducirán en una inflación duradera y se espera que el presidente Jerome Powell se ciña a esta postura y asegure a los mercados que la política monetaria de la Fed seguirá siendo acomodaticia.
La mayoría de los analistas no creen que el banco central vaya a empezar a discutir la reducción de su programa de compra de activos antes de su conferencia anual en Jackson Hole, Wyoming, a finales de agosto.
Aun así, los inversores se centrarán en el anuncio de la Fed al término de su reunión de dos días de política monetaria de junio, celebrada en un contexto de persistentes preocupaciones en torno a los picos de inflación y si éstos podrían llevar al banco central a retirar sus compras mensuales de activos más rápido de lo que se pensaba.
En juego están los US$ 80.000 millones en bonos del Tesoro y los US$ 40.000 millones en bonos hipotecarios que la Fed ha estado comprando desde el brote de COVID-19 el año pasado. Un objetivo mayor serán los tipos de interés ultrabajos de entre cero y un cuarto de punto porcentual, también en vigor desde marzo de 2020.
Si bien las cifras de inflación de Estados Unidos están aumentando, la recuperación del mercado laboral sigue siendo lenta. La economía creó 559.000 empleos el mes pasado tras la creación de sólo 278.000 en abril. Eso dejó el empleo alrededor de 7,6 millones de empleos por debajo de su pico de febrero de 2020.
Con la excepción del oro, los mercados parecen ir a la deriva antes de la reunión de la Fed
Es probable que las acciones y la mayoría de los activos de riesgo se mantengan inalterados a la espera del anuncio de política monetaria del FOMC (o Comité Federal de Mercado Abierto) de la Fed. Los inversores se mostrarán reacios a adoptar posiciones importantes hasta que examinen las actas en busca de pistas sobre su calendario para la expansión cuantitativa y la subida de los tipos de interés.
A pesar de esto, el oro podría recibir un golpe, pues los inversores se posicionan más rápido en corto en el metal que en largo, como la historia reciente ha demostrado.
En una tendencia que se había vuelto familiar en las últimas semanas, el oro comenzaría la semana a unos US$ 20 del umbral de los US$ 1.900, y perdería otros alrededor de US$ 20 en la jornada o las dos jornadas posteriores antes de recuperar ese último impulso.
El rango de negociación semanal de US$ 30-40 se había convertido en uno de los movimientos más predecibles de los futuros de oro del COMEX desde principios de mayo.
En el frente del petróleo, los precios del crudo han vuelto a subir, manteniéndose el West Texas Intermediate de Estados Unidos de referencia por encima de los US$ 71 por barril y el indicador global Brent por encima de US$ 73 tras cerrar al alza por tercera semana consecutiva ante la especulación de una demanda desbocada de combustibles durante el verano.
Los precios del petróleo han estado al alza últimamente ante las previsiones de uno de los mayores períodos de demanda estival de combustible en Estados Unidos a medida que el país se reactiva por completo tras el confinamiento provocado por el Covid-19.
La Agencia Internacional de la Energía, que representa los intereses de los consumidores de petróleo de Occidente, dijo en su informe mensual que los productores mundiales tendrán que aumentar la producción para satisfacer la demanda que se recuperará hasta volver a alcanzar los niveles previos a la pandemia para finales de 2022.
El petróleo amplía su repunte; algunos observan con cautela el aumento de la gasolina
A pesar del optimismo en torno a la demanda mundial de petróleo, el aumento de gasolina de Estados Unidos ha sido discreto desde el Día de los Caídos del 31 de mayo, que marcó el inicio del período de conducción de verano en la nación consumidora de petróleo más grande del mundo. Eso sugiere para algunos que probablemente hacía falta más tiempo para que la demanda de combustible estadounidense se acelerara.
El problema fue particularmente destacado en el informe semanal del Estado del Petróleo de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, que indicaba que las reservas de gasolina aumentaron en 7,05 millones de barriles durante la semana que concluía el 4 de junio, casi seis veces por encima de las estimaciones de los analistas que hablaban de un aumento de 1,2 millones de barriles.
John Kilduff, socio fundador del fondo de cobertura energética de Nueva York Again Capital, dijo a finales de la semana pasada:
"Tenemos que empezar a mostrar pronto algunas cifras semanales de fuerte descenso de la gasolina. De lo contrario, el WTI se va a ver lastrado, incluso aunque las reservas de crudo sigan descendiendo", comentó.