El precio del cobre alcanzó un máximo histórico, ya que los inversores chinos desataron una nueva demanda tras un feriado de cinco días.
El cobre para entrega en julio subió un 1,71% a la 1:42 pm (EDT), con futuros a 4,6015 dólares por libra (10,123 dólares la tonelada) en el mercado Comex de Nueva York, por encima del máximo de 4,58 dólares por libra alcanzado en febrero de 2011.
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La reapertura de las principales economías industriales está provocando un aumento repentino en los mercados de materias primas, desde el maíz hasta la madera, y el estaño subió por encima de los 30.000 dólares la tonelada por primera vez desde 2011 también el jueves.
El cobre ha ganado un 28,1% desde finales del año pasado y ha subido un 114,9% desde su mínimo de 2020, afectado en marzo de ese año en medio de las consecuencias económicas mundiales cuando los países bloquearon sus poblaciones para contener la propagación del covid-19.
“Las perspectivas a largo plazo para los precios de los metales son 'demasiado buenas' y apuntan a precios más altos en los próximos años”, dijo a Bloomberg el analista de Commerzbank AG, Daniel Briesemann.
La casa comercial Trafigura Group, Goldman Sachs y Bank of America también esperan que el cobre amplíe las ganancias.
"El cobre podría subir a 13.000 dólares la tonelada en los próximos meses, en parte debido a los bajos inventarios", dijo Bank of America .
"Los precios del cobre se mantendrán fuertes ya que un repunte continuo en los PMI globales reforzó el sentimiento alcista de los inversores", dijo Citic Futures Co. en una nota.
Por el lado de la oferta, Perú registró un aumento del 19% en la producción de cobre de marzo, lo que podría ofrecer algún alivio a la escasez de suministros mundiales.
Mientras tanto, la Cámara Baja de Chile aprobó una tasa progresiva sobre las ventas de cobre en lo que podría convertirse en una de las cargas fiscales más pesadas en la minería mundial, lo que podría estancar las inversiones y elevar los precios.parece una exageración absoluta, pero no lo es: el mundo corre el riesgo de "quedarse sin cobre" en medio de un creciente déficit de oferta y una demanda al alza, según los analistas de Bank of America.
La crisis del covid no solo está generando cuellos de botella, también ha cambiado algunos de los patrones de consumo e intensificado tendencias que están beneficiando a muchos metales y materias primas, entre las que destaca el cobre.
El cobre está viviendo un rally impresionante. Con una revalorización de más del 25%, este metal industrial ha alcanzado los 10.000 dólares por tonelada en los últimos días, tras empezar el año en la zona de los 7.800 dólares por tonelada. La demanda está rebasando a la oferta, creando escasez de concentrado de cobre, que es lo que usan las fundidoras para crear el metal que más tarde se usa en la fabricación de coches, trenes, motores...
Desde Commerzbank explican que "el Instituto Nacional de Estadística de Chile (mayor productor del mundo) ha informado a finales de la semana pasada de que la producción de cobre en Chile había disminuido en marzo en un 1,3% interanual a poco menos de 492.000 toneladas. De todos modos, esta fue la cifra de producción mensual más alta en lo que va de año. Con 1,37 millones de toneladas, la producción en el primer trimestre fue un 2,2% menor que en el mismo período del año pasado".
Estos expertos comentan que "también se ha reducido la extracción de cobre en otros puntos clave, donde una parte de la producción se ha paralizado para intentar contener la propagación del covid. Dado que la producción minera de cobre también se ve obstaculizada por la pandemia en otros países productores importantes, el concentrado de cobre es actualmente escaso".
Bajo este escenario, los precios del cobre podrían alcanzar los 20.000 dólares por tonelada en 2025, según los analistas de BofA. En un documento publicado esta semana, Michael Widmer y su equipo de estrategas del banco han alertado de que los inventarios medidos en toneladas se encuentran ahora mismo en niveles mínimos no vistos hace 15 años, lo que implica que las existencias actualmente cubren poco más de tres semanas de demanda. Esto se produce cuando la economía mundial comienza a abrirse y reafirmarse.
"Este escenario de fondo es tan preocupante porque la economía global está empezando ahora mismo a reabrir y a recuperarse. Por ello, pronosticamos déficits en el mercado del cobre y más caídas en los inventarios este año y el próximo, asegura Widmer. El cobre podría convertirse en uno de los metales más demandados en el futuro. Los expertos han llegado a ponerle el apodo del 'nuevo petróleo', un sobrenombre que también se ha usado para los chips semiconductores.
No obstante, después de los déficits en 2021 y 2022, los expertos de BofA anticipan un nuevo equilibrio del mercado del cobre en 2023 y 2024, una tranquilidad que podría durar tan solo esos dos años, porque "esperamos que se reanuden los déficits y se inicie otra caída de inventarios a partir de 2025".
Los metales, al igual que la economía, viven ciclos de subidas y bajadas, lo difícil es pronosticar cuándo sucederán. No obstante, los analistas de BofA creen que la próxima vez que el mercado viva una situación de déficit puede ser más grave, "agotando los inventarios en los próximos tres años, dando lugar a oscilaciones de precios aún más violentas que podrían llevar al metal rojo por encima de los 20.000 dólares la tonelada". Para que esto no suceda se tienen que mejorar los procesos para extraer el cobre de la chatarra y reutilizarlo, informó El Economista.es