El mercado mira con atención las tensiones política de Chile, que provee más de 25% de la oferta mundial del metal rojo
Los planes de infraestructura en países industrializados y una fuerte demanda china impulsan el precio del cobre, que esta semana alcanzó máximos en una década, en medio de inquietud en el mercado por el impacto de las tensiones políticas en la oferta de Chile, máximo productor mundial.
La apuesta que se anuncia por las energías renovables y la electromovilidad, muy intensivas en el uso del metal rojo, de la mano del fuerte repunte de la actividad en China, contribuyeron para que el cobre se transase por encima de los US$ 10.000 la tonelada, a niveles que no se veían desde 2011.
Así, el mercado mira con atención a Chile, que provee más de 25% de la oferta mundial del metal rojo.
La reciente puja entre el gobierno de Sebastián Piñera y el Congreso por la ley que permite un tercer retiro de los fondos de pensiones revivió protestas sociales. La propuesta de un nuevo royalty minero y las perspectivas de cambios normativos que abre el proceso para redactar una nueva Constitución, despiertan preocupación en los inversionistas.
"En los últimos días ha habido más conciencia a nivel internacional y más preocupación" por lo que está sucediendo en Chile, explicó a la AFP Juan Carlos Guajardo, director de la consultora especializada en minería Plusmining.
"Se van juntando elementos que hacen que los inversionista vayan adoptando una posición más cautelosa", agregó.
Sin embargo, para Elijah Oliveros-Rosen, economista senior de Latin America S&P Global Ratings, no debería haber preocupaciones del lado de la oferta, ya que si bien ha habido huelgas en los últimos años y han afectado los precios del cobre, tienden a ser conflictos de corta duración.
Este analista cree, no obstante, que la transición hacia formas menos contaminantes de energía "podría llevar a un alza de los precios del cobre durante algún tiempo".
A la par, avanza en el Congreso chileno un proyecto impulsado por legisladores de izquierda que apunta a aumentar los tributos a la minería para financiar planes sociales, que encendió más aún las alarmas en el mercado.
La industria asegura que opera al límite de la carga tributaria y pide respetar la estabilidad jurídica.
En Chile existe ya un impuesto específico a la actividad minera "por lo tanto, habría dos impuestos específicos, lo que sería una carga no despreciable. De ahí para arriba, estaríamos entrando en un terreno difícil para la industria minera", advierte Guajardo.
A pesar de la pandemia y de una estimación de caída de 10%, el año pasado la producción de cobre de Chile alcanzó 5,7 millones de toneladas, estable sobre 2019. Para 2021 la proyección es de 5,9 millones de toneladas. En tanto para 2022 la expectativa es de 6 millones de toneladas, estimó el ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet.
La inversión proyectada sustenta las expectativas de producción. En los próximos dos años, 19 proyectos mineros privados y públicos estarán en ejecución o iniciarán su construcción por US$ 14.000 millones.
La cartera completa de inversiones 2020-2029 contempla US$ 74.000 millones, según el catastro oficial.
El cobre representa para Chile cerca del 10% de su PIB, la mitad de sus exportaciones y emplea a un 8% de la fuerza laboral.
El alza en el precio del metal llevó al gobierno a aumentar de 5 a 6% la previsión de crecimiento del PIB para este año, así como la proyección de recaudación fiscal.
"En un año normal, los mayores ingresos efectivos los hubiéramos ahorrado, pero este año los estamos ocupando de forma bastante intensa" en el combate a la pandemia, explicó el ministro de Hacienda Rodrigo Cerda.
Más allá del alza de precios, los analistas dudan de que se trate de un nuevo "superciclo" como el de los años 2004 y 2014.
"No creo que sea un ciclo de subida. Hay problemas de oferta y una demanda que crece y una oferta que por la pandemia no ha podido crecer. Creo que esto no va a durar tanto", dijo a la AFP Claudio Loser, de la consultora Centennial Group y exjefe del Departamento para las Américas del FMI.
Sobre el impacto del proceso constituyente, que logró encauzar las protestas sociales de octubre de 2019, Loser cree que todavía "es muy difícil saber qué va a pasar".
Pero para Guajardo se trata de un "proceso de cambio relevante que va a tener una duración importante, y eso va a generar incertidumbre y probablemente va a tener un impacto en la inversión" en Chile.