Exxon probablemente anuncie un aumento del 18% de sus ingresos, mientras que Chevron debería registrar un aumento del 26% de las ventas
La recuperación de los precios del petróleo en el último año ha aliviado las presiones financieras sobre los grandes productores, que sufrieron uno de sus peores resultados anuales de las últimas décadas durante la pandemia. Cuando dos de las principales multinacionales del sector energético publiquen sus resultados del primer trimestre el viernes, 30 de abril, antes de la apertura, los inversores se centrarán en la generación de efectivo, algo necesario para equilibrar sus balances.
La última tendencia en los mercados petroleros sugiere que las acciones de energía ya han dejado atrás lo peor de la crisis provocada por la pandemia, ya que la demanda de petróleo aumenta lentamente, impulsada tanto por las reducciones de producción de la OPEP+ como por la reactivación económica de los países tras las medidas de confinamiento del COVID-19.
Sin embargo, la mejora de la ecuación entre la demanda y la oferta no significa que los principales productores de petróleo de Estados Unidos, ExxonMobil (NYSE:XOM) y Chevron (NYSE:CVX), estén fuera de peligro. La pandemia ha cargado de deuda sus balances debido a los préstamos para hacer frente a la crisis de 2020 en los mercados petroleros y financiar sus dividendos.
Durante su presentación de resultados del cuarto trimestre de 2020 en enero, Exxon reportó su primera pérdida anual en al menos tres décadas, con un cargo por deterioro de US$ 19.000 millones, con flujos de efectivo oscilando hasta US$ -20.000 millones negativos tras incluir los pagos de dividendos.
Chevron, por otro lado, ofreció mejor actuación que Exxon, ya que el gigante energético con sede en California ha evitado hacer grandes planes de expansión durante los últimos cinco años, centrándose en cambio en los controles de gasto. En 2020, Chevron pagó más efectivo en dividendos (US$ 9.700 millones) de lo que gastó en Capex (US$ 8.900 millones). Eso no ha sucedido en el caso de Chevron en al menos los últimos 30 años.
Con la combinación de precios más altos del petróleo, gasto ajustado y ventas de activos, se espera que los dos mayores productores norteamericanos anuncien un aumento de las ventas en comparación con el trimestre anterior.
Exxon probablemente anunciará un aumento del 18% de sus ingresos para el trimestre que concluía el 31 de marzo hasta US$ 55.180 millones, mientras que Chevron debería registrar un aumento del 26% de las ventas, según las previsiones de los analistas.
A pesar de la mejora de estos fundamentales, algunos analistas creen que estos gigantes no están en condiciones de devolver más efectivo a sus accionistas. Exxon, con sede en Texas, ha dicho que mantendrá su dividendo anual de US$ 15.000 millones, al tiempo que pagará la deuda si los precios del petróleo y el gas se mantienen en los niveles actuales. JPMorgan (NYSE:JPM) considera que el flujo de caja libre de Exxon repuntará a US$ 19.600 millones este año, lo que supone un superávit considerable con el que reducir el endeudamiento.
De los cinco gigantes, Chevron tiene el mejor balance y "fuertes perspectivas" en cuanto a una recompra de acciones, según el analista de HSBC, Gordon Gray, según consta en un informe de Bloomberg. La compañía con sede en California dijo en marzo que debería generar US$ 25.000 millones en efectivo libre por encima de su dividendo hasta 2025 si el crudo Brent se mantiene en US$ 60.
Goldman Sachs (NYSE:GS), por su parte, pronostica el mayor aumento de la demanda de petróleo, impulsado por la recuperación económica mundial ante el despliegue de la vacunación contra el COVID-19.
En una nota a los clientes el miércoles decía:
"La magnitud del cambio que se avecina en el volumen de la demanda —cambio que la oferta no puede igualar— no debe subestimarse".
Los principales actores del entorno petrolero de Estados Unidos ya han pasado lo peor de la demanda provocada por la pandemia. La presentación de resultados probablemente mostrará que su generación de efectivo está mejorando y que están en una mejor posición para pagar dividendos de sus propios bolsillos y reducir sus cargas de deuda.