Se esfumaron 1,2 millones de puestos de trabajo. Pese el rebote de la economía el empleo necesitará de cinco años de un PBI creciente
ANABELLA QUIROGA
Los efectos de la pandemia y la cuarentena sobre el mercado laboral se seguirán sintiendo por los próximos cinco años. Según una estimación de la consultora Abeceb, hace falta que la economía crezca 3% anual hasta 2025 para recuperar los empleos perdidos el año pasado.
Abeceb plantea que "en Argentina, 2020 y el manejo de la pandemia de COVID-19 significaron un récord de caída de puestos de trabajo. En total, la baja en los ocupados fue de alrededor de 1,2 millones de trabajadores, con una baja tres veces más acelerada entre los informales y cuentapropistas que entre los formales".
Según explica la consultora, "la mayor dependencia de la movilidad de las personas y la tardía apertura de los sectores donde se insertan usualmente, sumada al aumento del costo del despido de formales, agravaron estos resultados".
La cuarentena más extensa del mundo implicó que, al tercer trimestre del año pasado se perdieran el doble de horas trabajadas que en el resto del mundo. Los datos de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) muestran que en Argentina la baja fue del 20% interanual , mientras que a nivel global fue de 10%.
Según el INDEC, la tasa de desocupación llegó al 11,7% en el tercer trimestre, dos puntos porcentuales por encima del registro de igual período de 2019. Esto equivale a 2,27 millones de personas que buscan empleo y no lo encuentran.
Pero si se agrega a los desocupados que no pudieron salir a buscar trabajo por los efectos de la cuarentena, la tasa pasa a 20,6% y abarca a 4 millones de personas.
Para este año, el Gobierno y las consultoras coinciden en esperar un rebote de la economía en torno a 5,5%. Pese a que la cifra contrasta contra la caída del 10% a la que llegó en producto bruto en 2020, no será suficiente para que el empleo aumente.
"El principal riesgo es que 2021 se convierta en un año de rebote sin empleo", consigna el informe. La razón es que por las restricciones que hubo el año pasado en la movilidad, solo con la normalización en las horas trabajadas, la economía podría crecer entre un 3,6% y un 5,3% en el año sin generar ningún puesto de trabajo. Y si se da un crecimiento del 5,9% en promedio se generarán menos de 500.000 nuevos puestos.
¿De dónde vendrían esos posibles empleos? La consultora detalla que la construcción podría explicar la mitad de los puestos. Las perspectivas para la industria son ligeramente positivas, aunque aparecen alertas en textiles y confecciones, productos del metal y aparatos eléctricos.
La recuperación podría no ser suficiente para revertir el signo en el sector extractivo, los servicios personales y comunales y hoteles y restaurantes, que concentran un quinto del empleo. Las perspectivas son estables para el comercio.
"Para retornar a igual número de ocupados que en 2019 se requerirán 5 años de crecimiento por encima del 3%, un escenario positivo teniendo en cuenta los profundos desequilibrios macroeconómicos actuales", señalan.
La situación se agrava si se incorpora el factor demográfico. "Para que el 43% de la población (tasa de ocupación de 2019) vuelva a trabajar, se requerirán dos años más, al incorporar al análisis el crecimiento poblacional", indican.
El desafío del mercado laboral se centra no solo en recuperar el terreno perdido, sino también en lograr mejoras en la calidad. Los asalariados formales han perdido cerca de un punto de participación en el total del empleo desde 2012.
"Las formas más flexibles de trabajo, a tiempo parcial, con contratos por tiempo determinado o tercerizados, continuarán tomando relevancia en el mundo del trabajo, sin que nuestro país cuente con un marco moderno que encauce este tipo de relaciones laborales", sostienen.
Para Abeceb, las nuevas formas de trabajo como el remoto, el e-commerce y la automatización de tareas implican que "las brechas laborales continuarán acrecentándose a favor de los calificados frente a los no calificados".
"El empleo formal de calidad probablemente sea el último en reaccionar, con mayores costos, menores rotaciones y un marco de incertidumbre que se mantendrá al menos hasta el cierre del ciclo electoral".