Según expertos: Minería, biocombustibles, carne y limones serán los ganadores. Vaca Muerta podría verse perjudicada por el impulso renovable
PATRICIO ELEISEGUI
Con vistas al escenario de negocios que viene, el desembarco de Joe Biden en la Casa Blanca mantiene expectantes tanto al Gobierno como a los empresarios locales. Y ya comenzó la danza de posibilidades y preocupaciones en torno a cuáles son los rubros o sectores que favorecerá o complicará la nueva gestión demócrata.
Entre los analistas, más allá de los matices, predomina la certeza de que el ingreso de ítems como el cuidado ambiental necesariamente reorientará el foco de las inversiones estadounidenses fronteras hacia afuera. Y también provocará cambios en sus importaciones.
En primer término, y según expertos consultados por iProfesional, la falta de complementariedad entre el mercado local y el país norteamericano invitan a pensar que la política de aranceles sobre algunos productos argentinos seguirá siendo una constante.
Pero, al mismo tiempo, la necesidad de materias primas que le permitan avanzar con la agenda "verde" prevista, y a la búsqueda de recuperar en América latina el terreno comercial perdido a manos de China, invitan a pensar que Estados Unidos será más flexible a la hora de permitir el ingreso de determinadas mercaderías. O, en todo caso, no habrá modificaciones en las habilitaciones ya vigentes.
"Durante el gobierno de Trump nos fue muy mal en la relación comercial directa: perdimos los mercados de exportación de acero y biodiesel y ganamos el de limones. Me da la impresión de que Biden tiene una postura más moderada desde el punto de vista comercial", expuso al respecto Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en declaraciones recientes.
Por su parte, Natalia Motyl, economista de la Fundación Libertad y Progreso, consideró que el impacto del triunfo de Biden "no va a ser muy significativo" en la relación económica con la Argentina en tanto el primer mandatario "apuntará a reestructurar la economía interna por lo menos en los primeros dos años de la gestión".
"En el corto plazo vamos a ver una estabilidad en el sector externo favorable para los mercados en desarrollo como el nuestro. Igualmente, Argentina no es un actor significativo y, por más que esté en la línea ideológica del gobierno, no creo que Biden vaya a hacer cambios significativos en sus relaciones comerciales", afirmó.
Al margen de las especulaciones, lo cierto es que Estados Unidos es el principal inversor externo de la Argentina con 22,7 por ciento del stock de Inversión Extranjera Directa (IED) -casi 17.000 millones de dólares-, según datos del Banco Central. Petróleo y energía, manufacturas, seguros y servicios financieros e informáticos, son algunos de los segmentos donde pisa fuerte la potencia, que además es la tercera socia comercial de nuestro país.
Si bien la asunción de este miércoles representa un punto de partida, lo cierto es que existen indicios fuertes para establecer cuáles serán los eventuales ganadores y perdedores en la política económica de fondo que comenzará a aplicar el funcionario demócrata. A tono con esto, iProfesional ahondó en los rubros fuertes que se verán impactados por el cambio de timón en Washington.
Respecto de los primeros, con la llegada de Joe Biden al poder, Argentina procurará impulsar una nueva negociación sobre los altos aranceles aplicados por Washington al biodiesel, un mercado que para el empresariado local comprende negocios por al menos 1.200 millones de dólares.
Revitalizar las exportaciones hacia la potencia del Norte es una prioridad y un pedido constante del sector doméstico, que entiende a la venta al exterior como la gran posibilidad de consolidar al país como una potencia en ese rubro.
En noviembre de 2020, y tras conocerse el triunfo de Biden, el mismo canciller Felipe Solá expuso el interés oficial por destrabar ese ítem con el Estados Unidos que viene.
"Para citar un ejemplo: se nos cerró el mercado del biodiesel, que son 1.200 millones de dólares por año. No es broma, nos quitaron ese mercado exclusivamente por razones vinculadas a los productores norteamericanos, que son menos competitivos que los nuestros", declaró.
En las filas oficiales confían en que el nuevo gobierno norteamericano será más pro mercado y ampliará la importación en situaciones de menor competitividad. A mediados del año pasado, la administración Trump volvió a alinearse con el reclamo de los productores de biodiesel estadounidenses, que alegaron dumping.
Por ende, mantuvo los aranceles de más del 130 por ciento para las exportaciones de biodiesel proveniente de Argentina. "Para Argentina eso generó una preocupación muy grande porque el biodiesel era el principal producto de exportación, por lejos, y era una cifra importante para un país que necesita exportar y necesita agregar valor a sus exportaciones", declaró recientemente Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO).
Si bien el Gobierno y los empresarios entienden que habrá arancel cero, con Biden procurarán alcanzar una cuota de exportación y un precio más alto que el vigente.
"Lo que pretendemos es algo similar a lo que hicimos con la Unión Europea. Algún acuerdo en el que nosotros nos autolimitemos a un compromiso de ciertas restricciones que dejen tranquilas las inquietudes de la parte americana y a nosotros nos permita tener el mercado abierto", sostuvo el directivo de la entidad antes mencionada.
En cuanto a la minería, los Estados Unidos gobernados por Biden entrarán en una etapa de conversión industrial con foco en la baja de emisiones. La intención de fondo es que la potencia arribe a 2050 transformado en un país de carbono neutral y, justamente, cero emisiones. De hecho, se da por descontado que habrá un regreso al Acuerdo de París.
Para alcanzar esto, la nueva administración encarará una fuerte transformación tecnológica que abarcará desde la producción automotriz hasta el consumo de energía en general. Es en aspecto que cobrará potencia el interés por minerales clave para esa conversión como el litio y las denominadas "tierras raras". Como se sabe, junto con Chile y Bolivia, la Argentina es uno de los territorios que concentra la mayor reserva de litio del mundo.
"Uno de los sectores estratégicos para la economía verde norteamericana son los minerales estratégicos como el litio, y también las tierras raras, bajo los cuales se desarrolla el sector estratégico, como el armamento y las supercomputadoras", expuso recientemente Juan Verde, titular de American Abroad for Biden, organización que integra a millones de estadounidenses que viven fuera de Norteamérica.
"Estos minerales se encuentran en Latinoamérica y no vamos a seguir importándolos de China porque el mundo se dirige a una situación cada vez más polarizada. Creo que hay una gran oportunidad para la región", añadió.
Todo indica que los frigoríficos locales conseguirán retener la cuota de "carnes frescas" permitida por Estados Unidos -negocio que el año pasado significó más de 100 millones de dólares- y que ese nicho podría seguir creciendo como ocurrió en 2020.
El mercado norteamericano ya es el cuarto en volumen -detrás de China, Chile e Israel-, y el quinto en valor -luego de China, Israel, Alemania y Chile- para las ventas externas de carne argentina.
También seguiría activa la colocación de limones frescos, que cada año suma más volumen luego de las 24.000 toneladas iniciales que se exportaron en 2019 -negocio de casi 28 millones de dólares para provincias como Tucumán-.
Dada la decisión declarada de Biden de incentivar las energías renovables, Vaca Muerta aparece como la potencial gran perdedora del cambio de mando en Estados Unidos. En los últimos años, buena parte de las inversiones estadounidenses en el país se concentraron en promover el "fracking" en la Patagonia.
Los equipos del flamante primer mandatario asumen que la extracción de no convencionales impacta de forma determinante en el ambiente por lo que el foco estará puesto en la producción alternativa.
En su propuesta energética, Biden fue claro en que apuntará a "convertir a Estados Unidos en la superpotencia de energía limpia del mundo. Podemos exportar nuestra tecnología de energía limpia y crear empleos de alta calidad".
También anticipó su objetivo de "lograr una economía de energía limpia al 100 por ciento y emisiones netas cero a más tardar en 2050", además de informar que promoverá el "uso de energías renovables para producir hidrógeno libre de carbono al mismo costo que el shale gas". Biden señaló que aplicará "límites agresivos a la contaminación por metano de las operaciones nuevas y existentes de petróleo y gas".
En Neuquén dan por hecho que la nueva gestión demócrata recortará las inversiones en el Sur del país. Y señalan que los costos para las petroleras comenzarán a escalar a partir del menor desarrollo estadounidense en técnicas para extracción de los hidrocarburos no convencionales.
Los indicios que dejaron trascender los asesores del nuevo presidente estadounidense permiten suponer que se desactivarán buena parte de las barreras comerciales implementadas por Trump contra China, lo cual devolvería a esta última el protagonismo en términos de proveedor de soja.
Esto, que implicará un rotundo cambio de escenario para los países que lideran la producción y venta de la oleaginosa, golpeará de lleno a unos y resultará sensible para otros. Entre los últimos hay que anotar a la Argentina, que casi no exporta porotos pero basa su negocio en la comercialización de harina, aceite de soja y biodiesel. Saldría a competir, justamente, con el gigante oriental en la provisión de esos productos.
De ocurrir el retorno de China como proveedor, el principal afectado regional será Brasil, que en el último tiempo se transformó en el gran vendedor de soja a los Estados Unidos por efecto del veto a la potencia asiática.
A la par de la perspectiva para Vaca Muerta, la industria del acero y el aluminio son presa de la incertidumbre con el arribo de Biden. Ocurre que si bien los equipos del demócrata no hicieron mención al retorno de los aranceles para ese nicho, el nuevo presidente fue contundente a la hora de anticipar que impulsará fuerte al sector para dinamizar el empleo.
Los técnicos económicos que asesoran al primer mandatario vienen remarcando el "retraso" de la producción local frente a la opción de los importados que encabeza China. Todo indica que Estados Unidos activará medidas proteccionistas para industrias como la mencionada.
En diciembre de 2019, Donald Trump fijó aranceles para el acero y el aluminio de Argentina y Brasil tras considerar que devaluaciones del peso y el real brasileño, hecho que el jefe de la Casa Blanca calificó como las devaluaciones del peso y el real generaban "un daño a los agricultores estadounidenses". Al año siguiente, el ahora ex presidente revocó la medida.