SILVIA NAISHTAT
“Si no se respetan las reglas, la inversión se paraliza; hay que garantizar las reglas”, dijo un sindicalista que habla con industriales.
En su inmenso ensayo sobre la peste, Leiser Madanes en Deus Mortalis (Cuaderno de Filosofía Política, 5, Buenos Aires, 2006), nos dice que Cronos abandonó al mundo a su suerte y que el arte de la política consistía en paliar el desorden en ese mundo descuidado por los dioses. Para varios expertos, el arte de la política en Argentina está más que distraído en las próximas elecciones mientras la pandemia continúa en un ambiente donde hasta lo sólido parece desmoronarse.
Andrés Malamud, que contempla el panorama desde Lisboa, señala que en este 2021 las elecciones condicionarán la agenda económica. “La receta oficial repetirá las principales características de las anteriores gestiones kirchneristas: atraso en las tarifas y frenar una mayor aceleración inflacionaria. Este camino jugará en detrimento de las inversiones”, sostiene.
Malamud argumenta que hay menos margen de acción por “poca credibilidad, falta de financiamiento, mayores desbalances macro, altísima brecha cambiaria y recesión prolongada. La consolidación fiscal que Martín Guzmán reclama, requiere voluntad y poder, pero si el Gobierno gana no tendrá voluntad, y si pierde no tendrá poder”, anticipa en un informe que la consultora abeceb envió a sus clientes.
En la despoblada City porteña, un banquero con poder y bajo perfil cuenta que lo único que le interesa al mercado es saber con cuánto de deuda y con cuánto de emisión se va a financiar el déficit fiscal de este año. Según su razonamiento, cuanta más emisión, mayor presión sobre el tipo de cambio e impacto sobre la inflación que ha pasado a ser “un problemón”.
A este hecho vinculó, precisamente, la movida de Guzmán de reemplazar al secretario de Finanzas, Diego Bastourre, con premio consuelo en el Central, por la dupla Mariano Sardi y Fernando Morra, más relacionados al sector financiero. “El ministro apuesta al financiamiento ”, se jugó.
A todo esto, trascendió que el Central, que evitó la devaluación brusca del oficial, ganó $ 19 mil millones en la pulseada con los financistas en las operaciones de dólar futuro.
Guzmán, la semana pasada en Neuquén. Foto Télam
Los industriales con puentes con el Instituto Patria deslizan que allí existe el convencimiento de que el Estado puede resolverlo todo, idea que hasta ahora era dejada de lado por Alberto Fernández. Pero las alarmas se encendieron cuando el Presidente abrió la puerta a intervenciones y no solo en el campo. Servicios públicos, prepagas y telecomunicaciones saben de qué se trata, aunque haya marcha atrás como con el maíz.
Un daño colateral son los fondos de inversión agrícola que están invirtiendo en Paraguay en vez de ampliar la frontera en Argentina. Otro: se pide residencia fiscal, no ya en Uruguay; en España.
Es curioso porque hasta la CGT tiene una visión distinta del Estado. Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, deslizó sobre la reforma en salud de Cristina: “Genera más incertidumbre general”, dijo preocupado por los fondos de 2021 y en la visión de que hay que reformar pero con todos sentados en la mesa.
Entretanto, los sindicalistas mantienen un diálogo que no se corta en vacaciones con la Asociación Empresaria Argentina y el grupo de los Seis que aglutina desde la UIA, la Bolsa, la Construcción, los bancos y el comercio.
“Si no se respetan las reglas, la inversión se paraliza. Aquí no se trata de mayor protagonismo del Estado, sino de garantizar reglas. El nivel de pobreza es enorme y la emergencia social, inimaginable”, insiste Martínez.
En las empresas nadie esperaba en un año electoral un ajuste en tarifas como el de Macri con 3.450% en la luz y 2.881% en el gas, lo que muestra el tamaño de la corrección y el costo político. Pero estaban ilusionados, a raíz del inmenso caudal informativo que diseñó el Estado para el destino de las ayudas sociales, que iban a ser subas selectivas.
“El Gobierno sabe dónde están los que pueden pagar pero decidió subsidiarlos”, comentaron en una generadora que puso en venta sus sedes.
No es excepción al compás del home office. Accenture dejó de alquilar 22 mil metros. Globant dejó su manzana de San Telmo.
Esta semana sacudió la noticia de Ford abandonando Brasil. Consultadas multis de EE.UU. si alguna piensa retirarse esta vez de Argentina como Wal Mart o Nike , lo descartan de plano. “Si bien hay posiciones defensivas, no está previsto”, aseguraron en una firma de consumo masivo al acotar que América latina perdió peso en las corporaciones. Y en ese mapa, Argentina es visualizada como lugar de riesgo.
Joe Biden: Argentina espera su apoyo en la negociación con el FMI. Foto Reuters
En la Amcham, que cobija a las multis de EE.UU. y de otros países, cuentan que el latiguillo de su CEO, Alejandro Díaz, en encuentros con el gobierno es: “Ayúdennos a ayudarlos”.
En Economía se entusiasman con Joe Biden. El ministro Guzmán tiene ilusiones. Su mentor, Joseph Stiglitz, posee una relación personal de sus tiempos en Yale con la nueva jefa del Tesoro, Janet Yellen, que antecede a que Stiglitz haya compartido el Nobel de Economía con el esposo de Yellen, George Akerlof.
Guzmán sabe que el acuerdo puede demorarse más allá de mayo. El FMI no hará nada hasta que se complete el equipo de Yellen. A George Bush ese cambio le tomó ocho meses. En la Casa Rosada se aferran al acuerdo con el FMI: “Nos va a ordenar interna y externamente”, sueltan a los empresarios.
“No es tiempo de planteos individuales. Biden no dispone de agenda. Debe construirse una propuesta colectiva con la región que aborde la principal preocupación para Washington que es Venezuela”, sugirió el ex director ante el BID, Eugenio Díaz Bonilla a Solá.
Un tema de esta nueva etapa es dónde se ubica Argentina en la relación con China. La desaparición de Jack Ma, el multimillonario dueño de Alibabá, es un indicio de cambios en el gigante asiático. Si Xi Jinping era autoritario en lo político y liberal en lo económico, da la impresión de que va por el control absoluto. Esta fue una conversación entre aquellos que solían pasar las fiestas en otro continente y se refugiaron en el exclusivo Bahía de los Moros que los Mihanovich desarrollaron en Lobería frente a un mar turquesa que compensa los fuertes vientos del sur provincial.