Con un alza de 4,2% se impone a la media regional que se expandiría 3,7%. Asimismo, la contracción del años pasado sería menos severa
La región de América Latina y el Caribe se ha visto gravemente afectada por la pandemia de COVID-19, tanto desde el punto de vista sanitario como desde una perspectiva económica. Cinco de las 10 economías de mercados emergentes y en desarrollo con la mayor tasa de fallecimientos per cápita a causa de dicha enfermedad están situados en la región.
Se calcula que la economía regional se contrajo un 6,9 % el año pasado debido a que los hogares y las empresas exhibieron una conducta de aversión al riesgo y las medidas para controlar la pandemia limitaron las actividades en el sector formal. El empleo formal, las horas trabajadas y los ingresos laborales han disminuido marcadamente.
Las mujeres y los jóvenes, que tienen un alto nivel de participación en los sectores más perturbados por la pandemia, como los hoteles, los restaurantes y los servicios personales, se han visto afectados de manera desproporcionada por la pérdida de empleos, al igual que los hogares de bajos ingresos. La disminución de los ingresos ha contribuido a la inseguridad alimentaria, que se ha visto exacerbada por la inflación de precios de los alimentos en algunos países. El volumen de bienes exportados desde la región cayó un 8 % interanual en los primeros tres trimestres del año pasado, mientras que el ingreso de turistas se detuvo. Las economías del Caribe sufrieron los efectos más graves.
En algunos países de la región, los flujos de remesas aumentaron a un ritmo más lento que en el pasado. Perspectivas: Se espera que la actividad económica regional crezca un 3,7 % en 2021, a medida que se flexibilicen las iniciativas para mitigar la pandemia, se distribuyan vacunas, se estabilicen los precios de los principales productos básicos y mejoren las condiciones externas. No obstante, el repunte será muy débil y se produce después de una década de crecimiento lento.
En un escenario negativo, en el que se retrase la distribución de las vacunas, con efectos económicos secundarios, el crecimiento podría ser aún menor, del 1,9 %. En Brasil, se prevé que el aumento de la confianza de los consumidores y las condiciones crediticias benignas respaldarán un repunte del consumo y la inversión privados, que impulsará el crecimiento al 3 % en 2021.
El sector privado se recuperará más lentamente que el industrial debido a la persistencia de un cierto grado de aversión al riesgo entre los consumidores. La proyección de una recuperación en México se basa principalmente en una mejora de las exportaciones a medida que repunta la economía estadounidense y la incertidumbre comercial se disipa tras la entrada en vigor del acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá a mediados de 2020.
Se prevé que, este año, el crecimiento se recuperará y llegará al 3,7 %. Según las previsiones, la economía de Argentina crecerá un 4,9 % en 2021, dado que la flexibilización de las medidas de mitigación de la pandemia y la disminución de la incertidumbre en torno a la reestructuración de la deuda respaldarán el consumo y la inversión privados.
En Colombia, se prevé que el crecimiento aumentará al 4,9 %, respaldado por la demanda interna. En América Central, se espera una recuperación del crecimiento, al 3,6 %, este año, con el respaldo de un mayor ingreso de remesas y una demanda de exportación más sólida, así como la reconstrucción después de dos huracanes.
En el Caribe, se prevé un repunte del crecimiento, al 4,5 %, impulsado por una recuperación parcial del turismo.
El ritmo de actividad podría disminuir por varios factores, entre ellos, la imposibilidad de contener la pandemia, problemas relacionados con la deuda y el financiamiento externo, el resurgimiento de tensiones sociales, daños económicos ocasionados por la pandemia cuya gravedad no se previó, y perturbaciones relacionadas con el cambio climático y los desastres naturales.
El deterioro de la confianza de los inversionistas es un grave riesgo para las perspectivas económicas. Si bien el estímulo fiscal ha sido necesario para amortiguar el golpe de la pandemia, el espacio fiscal se ha utilizado en gran medida y la deuda pública ha aumentado marcadamente. La capacidad crediticia se ha reducido en toda la región. La combinación de una arraigada desigualdad de oportunidades, la percepción negativa de la eficacia de los Gobiernos y el aumento de la pobreza podría reavivar los conflictos sociales
El Banco Mundial ajustó el porcentaje de rebote de la economía para 2021 y calculó que solo podría recuperarse un 4,9%, de acuerdo a la última actualización de sus proyecciones globales. En el reporte anterior, el organismo había estimado un crecimiento de 5,5% para la Argentina.
“Se prevé que la economía de Argentina crezca un 4,9 por ciento este año, lo que sería la primera tasa de crecimiento positiva en cuatro años. Se espera que la relajación de las medidas de mitigación de la pandemia y la desaparición de la incertidumbre en torno a la reciente reestructuración de la deuda respalden el consumo y la inversión privados. A medida que el consumo se ralentiza, el crecimiento se proyecta que se suavizará al 1,9 por ciento en 2022″, explicó el Banco Mundial.
El 2020 habría terminado, para el organismo, con un desplome de la actividad económica equivalente al 10,6% del PBI, lo que la ubica entre las mayores caídas entre los mercados emergentes. “Las disrupciones económicas en muchos mercados emergentes fueron peores de lo esperado, lo que dio como resultado un predominio de rebajas de calificación, incluso en grandes economías como Argentina, India, México y Tailandia”, explicó la entidad.
Por otra parte, consideró que “los bancos nacionales, que estaban bien capitalizados al comienzo de la pandemia, no han mostrado signos de estrés sistémico. Sin embargo, las monedas siguen siendo notablemente más débiles que hace un año, particularmente para Argentina y Brasil”, explicó el organismo internacional.
La Argentina será uno de los siete países de América Latina y el Caribe que tendrán un nivel de derrumbe económico de dos cifras por la pandemia. Comparte ese grupo con Belice (-20%), Santa Lucía (-18%), Surinam (-13), Perú y Granada (-12%) y Dominica (-10%).
Y entre las economías emergentes o en desarrollo, Argentina marcaría el ritmo de desplome más pronunciado de ese consorcio de naciones. Por detrás quedaron India (-9,6%), México (-9%), Sudáfrica (-7,8%) y Tailandia (-6,5%).
FRANCISCA GUERRERO/La Tercera
Diez de los países con más casos de coronavirus per cápita a nivel global se encuentran en América Latina. El dato lo recalca el Banco Mundial en su último informe, donde asegura que la región es una de las que se ha visto más afectada por la pandemia, tanto a nivel sanitario como económico, lo que lleva a la estimación de una contracción de 6,9% para el año pasado, seguido de un rebote de 3,7% en el presente ejercicio.
Las cifras, afortunadamente, son más auspiciosas a nivel nacional. En un informe donde actualiza sus perspectivas globales, el organismo multilateral decidió mantener las proyecciones para Chile, anticipando una contracción de 6,3% para 2020 y un repunte de 4,2% en 2021.
Se trata de un desempeño que en el presente ejercicio no sobresale particularmente a la hora de las comparaciones con las principales economías regionales. Si bien supera a la expansión de 3% que se prevé para Brasil, el gigante sudamericano sufriría en 2020 de una caída del PIB inferior a la nacional, de 4,5%.
En tanto, el rebote que experimentarán Perú, Argentina y Colombia, de 7,6%, 6,9% y 4,9%, si bien superan ampliamente a las perspectivas nacionales, esto obedece al derrumbe económico de grandes proporciones que les antecede. Los peruanos verán un derrumbe de 12%; los argentinos de 20,3% y los colombianos de 7,5% en su producto interno bruto de 2020. Con todo, a nivel latinoamericano es México el que se lleva la peor parte, con una baja de 9% seguido de un limitado repunte de 3% en el presente ejercicio.
En el BM recalca que para 2021 “los riesgos para las perspectivas se ponderan a la baja”, esto debido a que “la actividad podría verse frenada por la falta de control de la pandemia, las tensiones relacionadas con la deuda y el financiamiento externo, el resurgimiento del malestar social, un daño económico más profundo de lo esperado por la pandemia y los trastornos relacionados con el cambio climático y los desastres naturales”.
En tanto, a nivel mundial si bien la institución mejora las perspectivas para 2020, de una baja de 5,2% a una 4,3%, las empeora levemente para 2021 desde 4,2% a 4%. “La incipiente recuperación fue apoyada inicialmente por una flexibilización parcial de los estrictos bloqueos. Sin embargo, se han reintroducido varias medidas restrictivas, ya que COVID-19 ha continuado extendiéndose por todo el mundo”, destaca el reporte.
Si bien en la institución reconocer la relevancia del desarrollo de las vacunas, recalcan que hasta que estás “se distribuyan ampliamente, las estrategias de contención eficaces para limitar la propagación del COVID-19 siguen siendo críticas”.
Con todo, cabe destacar que las dos mayores economías mundiales sortean más o menos bien la crisis. Estados Unidos anotará una caída de 3,6% en 2020, para luego repuntar con un crecimiento de 3,5% este año. Por su parte, China es una de las pocas economías globales que logra mantenerse en terreno positivo, con alzas de 2% en 2020 y 7,9% en 2021.