El 2020 terminará con una caída mucho menor al 12% que se había proyectado
PABLO WENDE
En los últimos meses del 2020 la economía está sorprendiendo para bien, con una evolución que está por encima de lo que venían esperando la mayoría de los analistas. Este repunte deja además un importante “arrastre estadístico” para el año próximo, que tiene un piso de mejora del 4 por ciento. Pero el rebote podría ser bastante mayor si la actividad continúa con su apertura gradual tras la cuarentena y cierto impulso que podría brindar el año electoral.
Los números que se van conociendo del último trimestre apuntan a esa dirección. Por un lado, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de octubre mostró una recuperación de 1,9% respecto a septiembre, aunque todavía está 7,4% abajo del mismo mes del año anterior.
Hay muchos factores que llevan a pensar en que un repunte más sólido de lo esperado es posible. Sin embargo, se trata de un rebote luego de la caída récord que generó el cierre total de la economía por la pandemia. Para el crecimiento genuino aún falta mucho
Noviembre estaría marcando una aceleración de esa tendencia. Según el Indice General de Actividad (IGA) que elabora el estudio de Orlando Ferreres, el mes terminó 2,6% por encima del nivel registrado en octubre. Es decir que el rebote va tomando más fuerza y en diciembre se estaría manteniendo la misma dirección.
El economista Fausto Spotorno explicó que “en 2021 la recuperación podría ubicarse entre 6 y 7 por ciento. Es cierto que la inflación será muy alta, pero ya en los últimos años nos acostumbramos a niveles cercanos al 45 y 50 por ciento”. En caso de cumplirse, estaría por encima de lo proyectado en el Presupuesto 2021 que elaboró el ministro de Economía, Martín Guzmán, y que ya fue aprobada por el Congreso. Allí se realizan los cálculos en base a una actividad que repunta 5,5 por ciento.
Si así se da no se trataría de un nuevo período de crecimiento luego de diez años de estancamiento. En realidad se estaría ante una recuperación luego de la caída récord que sufrió la economía por los efectos de la pandemia y una estricta cuarentena que hizo derrumbar la actividad casi 20% en abril de este año.
Por otra parte, tanto la caída como la recuperación serán algo más favorables de lo que se venía proyectando. Organismos internacionales y distintos estudios venían haciendo mención a una caída del PBI superior al 12% y una mejora en 2021 en torno al 4,5 por ciento. Ahora las nuevas estimaciones marcan una caída del Producto que en realidad estará más cerca del 10%, mientras que el repunte podría llegar al 7 por ciento. Así, , al final del año próximo la economía igual seguiría sin terminar de recuperar los niveles pre pandemia.
Econviews también tiene una proyección relativamente optimista para el 2021. Estima una elevada inflación, en torno al 54%, un tipo de cambio financiero cercano a $210, mientras que el PBI tendría un repunte del 6% luego de una caída de 10,7% en 2020. Andrés Borenstein, director de la consultora, indica que “la brecha cambiaria caería levemente a niveles del 60%, frente al 75% de este año”. Es decir que el 2021 sería un período de menor sobresalto que el actual.
Se estaría ante una recuperación luego de la caída récord que sufrió la economía por los efectos de la pandemia y una estricta cuarentena que hizo derrumbar la actividad casi 20% en abril de este año
Pero la reactivación incipiente no impacta en todos los sectores por igual. Según el IGA, los principales sectores que muestran una mejora más notoria son servicios públicos (se consumió mucho más electricidad y gas que el año pasado porque las familias pasaron más tiempo en el hogar), bancos (beneficiados por el aumento de depósitos en pesos en medio del cepo) y la industria manufacturera.
El salto de casi 50% del precio de la soja a lo largo de 2020, hasta superar los USD 450 la tonelada, no se puede dejar de mencionar en el análisis. Por supuesto después habrá que ponderar hasta qué punto se liquidan esos USD 5.000 millones adicionales que podría dejar la cosecha. Pero lo que es seguro es que impulsarán la producción agropecuaria, que fue una de las pocas que salió prácticamente ilesa de la pandemia este año.
Claro que esta proyección relativamente positiva sobre lo que podría suceder con la economía depende también de otros factores que deben incluirse en el análisis. Uno de ellos es el peligro latente de un nuevo rebrote de covid-19 que obligue a cierres parciales de distintos sectores de la actividad. Esto es lo que está ocurriendo en varios países europeos y también en los Estados Unidos, por ejemplo comercios y restaurantes, mientras que el turismo tampoco llega a repuntar.
Otro de los hitos del 2021 es la negociación y eventual acuerdo con el FMI. La expectativa es que el arreglo proyecte mayor disciplina fiscal y lentamente permita recuperar la confianza de los inversores. En caso contrario, la recuperación prevista podría verse alterada y terminar siendo menor.