Al cierre de la jornada en Wall Street, las acciones de la empresa de Elon Musk cayeron hasta los US$ 649
Las acciones del fabricante de autos eléctricos Tesla se hundieron 6,5% en su debut en el S&P 500 este lunes (21/12), retrocediendo desde niveles récord, en una sesión marcada por las preocupaciones sobre una nueva cepa de coronavirus de rápida propagación en Reino Unido.
Las acciones de Tesla retrocedieron US$ 45,14 a u$s649,86. En su primer día en el S&P 500, el papel fue uno de los mayores obstáculos para el índice de referencia, que bajó un 0,4% luego de caer más de 1% más temprano.
Tesla, encabezada por el multimillonario Elon Musk, se convirtió en la más valiosa que ha sido admitida en el principal índice de referencia de Wall Street, y representó una ponderación del 1,7% en el índice.
Las acciones habían subido un 70% desde mediados de noviembre, cuando se anunció el debut de Tesla en el S&P 500, y se han disparado aproximadamente un 700% en lo que va de 2020.
El papel subió un 6% el viernes en un día de operaciones frenéticas antes de su entrada en el S&P 500.
La incorporación de Tesla al S&P 500 llevó a los fondos de seguimiento de índices a comprar u$s90.300 millones en acciones al final de la sesión del viernes para que sus carteras reflejaran el índice, según el analista de S&P Dow Jones Indices Howard Silverblatt.
"Todas las compras se realizaron el viernes", dijo Keith Temperton, operador de Forte Securities. "Las noticias están, la pregunta ahora es qué sigue".
Silverblatt dijo que por cada movimiento de Tesla de u$s11,11, el S&P 500 cambia 1 punto, mientras que la relación precio/ganancias del S&P en 2021 aumentará de u$s22,3 a u$s22,6.
El aumento de las acciones de Tesla, con sede en California, ha llevado su valor de mercado a alrededor de u$s630.000 millones, lo que la convierte en la sexta compañía estadounidense más valiosa que cotiza en bolsa.
Tesla es por lejos la acción más negociada por valor en Wall Street, con un valor promedio de u$s18.000 millones de sus acciones intercambiadas en cada sesión durante los últimos 12 meses, superando fácilmente a Apple, que está en segundo lugar, según datos de Refinitiv.
Aproximadamente una quinta parte de las acciones de Tesla están en manos de Musk, su CEO.
Bloomberg
Era prácticamente inevitable que el mayor rival de Tesla no fuera una compañía automotriz. Apple Inc. es la némesis perfecta y podría enseñarle a su primo de California una o dos cosas sobre confiabilidad y entrega.
Durante años, se ha especulado que Apple se uniría a la carrera de los vehículos eléctricos, con equipos formados y desarrollo en curso. Sin embargo, el programa también parecía carecer de enfoque, lo que llevó a recortes de empleos y cambios de dirección. Ahora, hay un renovado rumor de que un automóvil de la marca Apple podría estar en desarrollo, y la acelerada programación está tomando por sorpresa hasta a los fanáticos de la compañía.
Apple pidió a proveedores del sector automotriz, incluida la empresa Hota Industrial Manufacturing Co. de Taiwán, que aumentaran la producción de piezas antes de su lanzamiento en septiembre próximo, informó Economic Daily News, con sede en Taipei. Reuters dice que Apple tiene programado entregar vehículos autónomos en 2024 y que la tecnología de la batería será el ingrediente secreto.
Después de haber tenido planes para desarrollar vehículos eléctricos durante la mayor parte de una década, el resurgimiento de los rumores de Apple Car ocurre en un momento peculiar. Una razón sería una reorganización del liderazgo dentro de la compañía, como lo describió Bloomberg News a principios de este mes.
El jefe de inteligencia artificial, John Giannandrea, se hará cargo de la unidad de automóviles autónomos, una indicación de que Apple considera que el software y los sistemas son el ingrediente clave. Anteriormente, el esfuerzo estaba encabezado por Bob Mansfield, vicepresidente de ingeniería de hardware.
Hay otro evento que pasó prácticamente desapercibido fuera del ámbito de los vehículos eléctricos: Foxconn Technology Group está ingresando a la industria de los automóviles. Es la misma compañía que no solo ensambla su iPhone, sino que también le proporciona numerosos componentes menos significativos.
Foxconn anunció sus planes en enero y dio a conocer en octubre su propia plataforma abierta para vehículos. La compañía dice que comenzará a enviar su primer kit de desarrollo de vehículos eléctricos en abril, lo que permitirá a cualquier desarrollador construir un automóvil sobre este chasis y sistema eléctrico.
Entonces, después de años de escuchar muy poco de Cupertino, de repente tenemos a Apple cambiando los planes para su vehículo de un jefe de hardware a un líder de inteligencia artificial; a su principal socio de fabricación que presenta una plataforma modular; y diversos informes de noticias de proveedores que hablan sobre el lanzamiento inminente de un producto.
Déjeme ser claro. He cubierto a Foxconn durante casi 20 años, sin embargo, no tengo información en este momento de que la compañía taiwanesa haya sido contratada para fabricar automóviles para Apple. Para ser sincero, creo que su relación interdependiente no es saludable: Foxconn obtiene más de la mitad de sus ingresos de ese único cliente, mientras que los iPhones no podrían funcionar sin ese proveedor clave.
Pero sí parecen estar sincronizadas en una cosa: en esta nueva era, la marca de un vehículo y la producción pueden, y probablemente deberían, estar divididas. El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, está en desacuerdo con vehemencia y lo cito.
“Los automóviles son muy complejos en comparación con los teléfonos o los relojes inteligentes”, dijo Musk a Handelsblatt en 2015. “No se puede simplemente acudir a un proveedor como Foxconn y decirle: “Hazme un auto”.
Creo que su percepción subestima la relación compleja y cercana entre Apple y toda su cadena de suministro. El director ejecutivo, Tim Cook, no solo envía por fax una orden a Shenzhen y espera que el equipo de Foxconn junte algunas piezas y se las envíe a su puerta. Los bits del iPhone de hoy se estaban diseñando hace cinco años, y es probable que las discusiones sobre la fabricación estén en curso dos años antes del lanzamiento. Y los teléfonos inteligentes son increíblemente sofisticados, lo que hace más difícil su fabricación debido a su pequeño tamaño, el estrecho margen de tolerancia, y el gran volumen y rápido aumento de la producción.
Una cosa que Cook puede hacer mejor que Musk es entregar un producto consistente y de alta calidad a tiempo. Lo que impide que Tesla aumente su valor de mercado de US$616.000 millones no es la demanda de sus vehículos eléctricos, sino la incapacidad para fabricarlos.
Musk dijo recientemente que Tesla tiene “el problema de clase alta de que la demanda es bastante mayor que la producción este trimestre”. Eso podría tomarse como una jactancia, pero no debería serlo. En efecto, Musk está admitiendo que está dejando dinero sobre la mesa. La clara implicación: Tesla podría ser bueno para diseñar, pero tiene dificultades para fabricar vehículos eléctricos.
Hace dos décadas, el fundador y entonces director ejecutivo de Apple, Steve Jobs, reconoció que la fortaleza de la empresa no estaba en la fabricación de computadores Mac, sino en su diseño y comercialización. Dell Inc., HP Inc., Sony Corp. y docenas de otras compañías del sector de la tecnología llegaron a la misma conclusión. Con los autos es diferente, diría el conocido refrán, y no se puede externalizar su producción. Sin embargo, líderes mundiales como BMW AG han recurrido a empresas como Magna Steyr para el ensamblaje.
Musk se imagina a sí mismo como el hombre que revolucionó la industria automotriz con un modelo de negocio de venta directa de vehículos completamente eléctricos. Los inversionistas parecen pensar que eso hace que Tesla sea la novena compañía más valiosa del mundo. Pero tal vez la próxima verdadera innovación en autos lo deje atrás mientras se aferra a la fantasía de que la marca de un automóvil también debería ser su fabricante.
Tim Cook parece listo para demostrar que está equivocado. Esta pelea se ganará en la fábrica.