Conmemoración del descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia hace 113 años
La historia del petróleo en la Argentina comenzó cuando apareció el primer yacimiento de hidrocarburos en Comodoro Rivadavia el 13 de diciembre de 1907.
A comienzos del siglo XX, Comodoro Rivadavia era un pequeño pueblo en el Golfo San Jorge —que en esa época era territorio nacional—, habitado por apenas 50 familias. Apenas fue notificado del descubrimiento, el presidente de la Nación José Figueroa Alcorta decretó «una reserva fiscal de 5 leguas a todo rumbo, tomando como centro el de la población de Comodoro Rivadavia» para proteger los recursos de petróleo encontrados en aquel lejano territorio
Quince años después, Hipólito Yrigoyen fundó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), primera empresa encargada de la extracción y tratamiento del petróleo. Marcelo Torcuato de Alvear designó al general e ingeniero Enrique Mosconi presidente de YPF.
La economía argentina de principios del siglo XX se basaba en la rentabilidad de las empresas agropecuarias, por lo tanto, los servicios públicos y la energía se pensaban en función de esa estructura agroexportadora.
En aquel momento, la principal fuente de energía era el carbón, que se utilizaba para el ferrocarril, en la industria y para generar electricidad. En 1907, el uso del petróleo era mínimo en la Argentina, pero ya en esa época comenzaba a comprenderse su valor estratégico y a avizorarse su desarrollo futuro.
El general Enrique Mosconi fue quien mejor entendió los nuevos escenarios que abría el petróleo e impulsó, en 1922 la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la primera empresa petrolera nacional integrada verticalmente dedicada a la explotación, el refino y la comercialización.
Actualmente, el petróleo es un recurso fundamental de las sociedades y resulta imprescindible para la dinámica de nuestra civilización. Participa con el 35% en la matriz energética mundial, pero lo más significativo es que el 95% del transporte se mueve con derivados de este hidrocarburo. El gas, por su parte, ocupa el segundo lugar en el ranking, con el 23%, y su disponibilidad es fundamental para la industria, los hogares y la generación eléctrica.
En la Argentina, la matriz energética está conformada por el 51% de gas y el 35% de petróleo, por lo que resulta fundamental la explotación de estos recursos para sostener nuestro desarrollo económico y social, según informa el sitio Educ.ar.
La producción argentina se divide en cinco grandes cuencas: la mayor de todas es la neuquina (provincias de Neuquén, algo de Río Negro y Mendoza), seguida en segundo lugar por la de San Jorge (provincias de Chubut y norte de Santa Cruz, con centro histórico en Comodoro Rivadavia).
El gas natural llegó desde la Patagonia a la capital argentina en 1949 con la inauguración del gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires, en tiempos de su puesta en servicio considerado uno de los más largos del mundo, ubicó a Argentina entre los primeros países en acceder al consumo masivo de gas natural, extendido posteriormente hasta Tierra del Fuego.
Durante las cuatro décadas siguientes se construyeron otros tres gasoductos troncales que transportan el gas de los yacimientos de las cuencas Noroeste y Neuquina, en la que se descubrieron importantes reservas gasíferas a partir de 1977.
También se desarrolló una amplia red de media y baja presión que transportan el gas desde las cuencas productoras y lo distribuyen en los mayores centros consumidores y exportarlo a países limítrofes desde 1997.
La evolución de esta obra y otras tantas permitió el aprovechamiento de las grandes reservas de gas natural, que hasta la construcción del primer gasoducto, se venteaban y sentó las bases para el desarrollo de la utilización masiva de éste recurso energético, detalló El Surenio.
En momentos donde estamos ante el gran desafío de desarrollar el gran potencial que nos ofrece la formación “Vaca Muerta”, es oportuno recordar nuestra historia y el gran potencial humano que poseemos, y entender que con voluntad de trabajo y espíritu emprendedor, todos los desafíos son posibles.