El régimen de producción esperado es de 170.000 a 200.000 toneladas de cobre, 230.000 onzas de oro y 900.000 onzas de plata
GUSTAVO BAZZAN
La compañía Lundin pide ciertas concesiones: además de garantías de seguridad jurídica, quiere que se la exima de pagar retenciones por los primeros años de producción. La construcción podría iniciarse en 2022.
En medio de la pesada incertidumbre sobre el futuro económico, que se traduce en una alarmante caída de inversiones privadas, y donde el ingreso de divisas desde el extranjero se reduce a la mínima expresión, el Gobierno está definiendo en estos días si acepta ciertas condiciones para que se ponga en marcha un mega proyecto minero.
Se trata del que tiene en carpeta la minera canadiense Lundin, que involucra el desembolso de al menos 3.000 millones de dólares para poner en funcionamiento una explotación que permita la extracción de cobre -y en menor medida oro y plata- en la provincia de San Juan, puntualmente en el departamento de Iglesias, al norte de la provincia, en los yacimientos Josemaría y Filo del Sol, muy cerca de la mina de Veladero, propiedad de Barrick.
Ubicación de los yacimientos Filo del Sol y José María, en el departamento de Iglesias, al norte de la provincia de San Juan.
La producción de cobre en Argentina prácticamente cesó desde que se agotó el ciclo de Minera La Alumbrera. En Lundin creen estar en condiciones de iniciar una nueva era en la producción de ese metal, hoy muy demandado por la revolución tecnológica y la era de las energías limpias.
El cobre, como el resto de las materias primas, está atravesando una ola alcista en la cotización. El viernes, en la Bolsa de Metales de Londres cotizaba 7.759 dólares la tonelada, el valor máximo desde marzo de 2013.
Este rally de precios favorece a las mineras porque tienen mucha liquidez propia en sus cuentas bancarias. Si a eso se suma que hay financiamiento baratísimo por las bajas tasas de interés globales, se concluye que un mismo proyecto es más factible hoy que, por ejemplo, dos o tres años atrás. En otras palabras, se descongelan los proyectos que hasta hoy eran de alto riesgo. Para los casos de los yacimientos de Josemaría y Filo del Sol, está comprobado que el metal está en la montaña, solo hace falta que las condiciones financieras e impositivas se alineen.
Lundin está ultimando detalles para presentar la factibilidad del proyecto, tanto en términos económicos como ambientales. La intención de la minera es poder empezar la construcción de las obras en la segunda mitad de 2022.
Hoy Lundin opera yacimientos en Brasil, Chile, Portugal, Suecia y Estados Unidos. Se dedica sobre todo a la producción de cobre, zinc, oro y níquel.
En el sector minero, que siguen con atención la evolución de este trámite, afirman que el gobierno de San Juan está “empujando” junto a la secretaría de Minería para que el Poder Ejecutivo Nacional acepte algunas de las condiciones que pide Lundin.
Más allá de la estabilidad del marco jurídico y tributario, lo que la empresa Lundin le va a pedir al Gobierno es que la exima de retenciones al menos por los primeros años de producción. “Lundin hace el proyecto de factibilidad económica con parámetros comunes a cualquier proyecto y seguramente le cierra, pero cuando le incorpora a la ecuación las retenciones o ciertos impuestos locales, el panorama cambia” dicen en el sector.
La minera buscará impulsar la aprobación de su proyecto tomando en cuenta las nuevas ideas que están manejando las autoridades del sector, que buscan amoldar las normativas a las necesidades de cada desarrollo minero. “La idea es mirar cada proyecto en particular, es un trabajo conjunto con el Gobierno nacional, la provincia y la empresa, para identificar variables de factibilidad y que se pueda encontrar un punto intermedio entre lo que necesita la empresa y lo que puede ceder el Gobierno” dice un empresario minero.
En el sector ven a la provincia en sintonía con la secretaría de Minería de la Nación, llevando argumentos a las autoridades económicas para que acepten las concesiones que pide Lundin.
El secretario de Minería de la Nación, Alberto Hensel -que fue ministro de Minería de San Juan hasta diciembre del año pasado- le confirmó a Clarín el avance del proyecto. “Lundin presentó la factibilidad en un informe económico que suministraron al mercado. Luego viene la etapa de la presentación del informe de impacto ambiental de exploración explotación y producción para el año que viene. Y si todo sale bien podrían empezar la construcción en 2022. La primera etapa llevaría cinco años y la creación de 4.000 empleos directos”.
Hensel calcula que el desarrollo de la mina de cobre permitiría duplicar las exportaciones de San Juan. “Es la provincia que tiene la mayor oferta cuprífera de Argentina porque las empresas han explorado mucho y aprovecharon que la provincia ha mantenido las reglas del juego”.
El régimen de producción esperado es de 170.000 a 200.000 toneladas de cobre fino por año, unas 230.000 onzas de oro y 900.000 onzas de plata.
Sobre los pedidos de Lundin, Hensel señala: ”Hemos puesto un programa de promoción, que estudia proyecto por proyecto. La idea es analizar cada caso desde tres perspectivas: la del accionista, la de la provincia y la del Estado. La estabilidad fiscal sigue vigente y la vamos a mantener. No hay idea de modificarla. Las regalías están fijadas en el 3% en boca de mina.” Sobre las retenciones, por ahora no hay definición.
Y respecto a la brecha cambiaria, en el sector consideran que es un problema para los proyectos que hoy están en producción. Pero tal vez, es lo que desean, deje de serlo para el año 2025 o 2026, cuando se calcula que podrían producirse las primeras exportaciones de Lundin.
Una de las características que ofrece San Juan es que se considera la posibilidad de que las empresas adelanten inversiones para hacer infraestructura (rutas, caminos secundarios, hospitales, etc) que pueden descontar de impuestos. Es un ejemplo que se tomó de Perú, donde los proyectos se inician con desembolsos para inversión social en la zona de influencia.
El sector minero considera que, dadas las necesidades de atraer inversión directa extranjera, el caso Lundin será tomado como “testigo” de lo que el Gobierno quiera hacer con el sector.