CARLOS PAGNI
La pregunta surge porque Guzmán mandó el presupuesto al Congreso y la oficina presupuestaria emitió un informe sobre todos los artículos que se incluyeron en la Cámara. Una responsabilidad de Sergio Massa.
De esos artículos hay algunos donde es evidente que hay fenomenales negocios, y otros tienen que ver con intereses de Massa y su familia. ¿Sabrá Guzmán esto? ¿Lo sabrá Fernández? Y la pregunta más importante: ¿Lo sabe Cristina, que es quien esta semana tiene que tratar el Presupuesto en el Senado?
El artículo 95 es nuevo y no estaba en el presupuesto de Guzmán. Lo puso Massa. Allí se aumenta en 0,5% el impuesto sobre seguros del automotor para crear un fondo de 1500 millones de pesos que lo va a manejar la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (Cnrt), que controla Ramón José Arteaga, un platense de Massa, del Frente Renovador.
Massa armó un fondo con un impuesto que va a pagar usted si paga el impuesto del auto, y no lo va a manejar la Superintendencia de Seguros, sino que lo va a manejar la comisión de Transporte que maneja alguien allegado a él. Va a haber otro impuesto del 3% sobre las primas de todos los demás seguros salvo los de vida, que lo va a administrar la Superintendencia de Seguros.
El Artículo 96, también nuevo, plantea que las tasas que pagan las empresas de transporte de carga y colectivos van a ser administradas por esa Comisión de Regulación de Transporte. Otro fondo que se arma Massa para administrar a través de sus allegados.
El artículo 97 indica que a cualquier empresa que tenga un 80% de participación del Estado se le bajará el impuesto al cheque. Pasan a pagar 2,5 por mil. Entre esas empresas está Aerolíneas y Aysa, la compañía que maneja Malena Galmarini de Massa. Pero para Aysa hay un regalo especial: todo lo que sea impuesto a la importación de bienes que no se ofrecen aquí, todo lo que sean tasas portuarias o aeroportuarias no los tendría que pagar más. Claro, esto implica menos ingresos para el Estado. La relación entre Sergio y Malena Massa la pagamos nosotros.
Sin embargo, hay novedades mucho más importantes. A los electrónicos, se les sube el impuesto interno de 0 a 6%. Macri los había bajado a 0. Esto no es de Guzmán. No sabemos es si es de Fernández. Tampoco sabemos si está enterado Gerardo Morales, que, como está muy alineado con el Gobierno, votó en contra de su propio bloque, a favor de este presupuesto. Morales es un viejo socio político de Massa.
Usted va a pagar ahora por cualquier electrónico 6% más por el impuesto que puso Massa. Pero hay otro detalle clave. Si uno se comprara un celular importado, el impuesto pasaría de 0,5% a 17%. Se le aumenta el 300% a ese impuesto al importado. Quiere decir, que a los empresarios que hacen su negocio de importar piezas y ensamblar todo tipo de electrónicos en Tierra del Fuego se les ofrece una protección de 11 puntos con respecto a sus competidores internacionales. Qué curioso que el día antes de que se apruebe esto Nicolás Caputo, hermano de la vida de Macri, comprara Brightstar, una de las grandes empresas que le faltaba a él completar para ser el mayor ensamblador de celulares del país.
Gran negocio para Caputo que compra y después recibe esta ventaja. Va a ser delicioso ver a Cristina Kirchner aprobarle un negocio de esta naturaleza a Caputo en el Senado. Otro gran beneficiario es Rubén Cherñajovsky, otro gran ensamblador que fue el principal recaudador de la campaña de Daniel Scioli cuando enfrentó a Macri. Fenomenal negocio, entonces, que le armó Massa a la industria de electrónicos de Tierra del Fuego. Es un negocio que había desmontado Macri, a pesar de que su socio sea hoy el principal productor de teléfonos celulares en la Argentina con una enorme protección respecto de cualquier competencia extranjera.
Artículo 118: lo llaman artículo Cristóbal o artículo Ranucci, porque se establece un impuesto del 5% sobre las apuestas y se agregan todo tipo de apuestas. Gustavo Ranucci es otro empresario del juego que parece tener un protector político muy importante.
Si la empresa tiene inversiones genuinas en el país, supongamos que la empresa invirtió en un gran salón de juegos en Rosario o en el Hipódromo de Palermo, en vez de un 5% tendrá que pagar 2,5%. Es decir, la mitad. Si la empresa es extranjera, va a pasar a pagar un 10%, y si está radicada en un paraíso fiscal 15%. A las empresas nacionales se les garantiza un mercado, se les ofrece una ventaja extraordinaria en un momento en que en CABA y en la provincia de Buenos Aires están compitiendo en una licitación por el juego online. Horacio Rodríguez Larreta acaba de entregar las apuestas on line a las empresas que ya dominan las apuestas presenciales. En alguna medida, la licitación se armó en la Cámara de Diputados.
Lo interesante es que el 5% de lo que se recauda va a Arsat, la empresa que tiene que ver con satélites y gran tendido de fibra óptica, dirigida por un señor muy prestigioso, Néstor Tognetti. El vicepresidente es un hombre de La Cámpora, Guillermo Rus. Pero parece que el que maneja todo ahí dentro se llama Facundo Leal, Facundo "Leal a José Luis Manzano" sería el apellido completo. Otro amigo de Massa. Ese es el que va a armar la caja del 5% de este impuesto nuevo, que se acaba de aprobar. ¿Sabrá Cristina todo esto? Habrá que ver qué pasa en el Senado.
Parece haber ahora algo nuevo en la Argentina, el costo Massa, que lo pagamos entre todos con artículos que él agrega en el presupuesto. ¿Sabrá Máximo Kirchner, que es su socio en el Congreso? No sabemos. Mientras tanto, Massa está armando una especie de gabinete dentro de la Cámara de Diputados. A la oficina de control presupuestario le va a agregar una de Salud y una de Ciencia y Tecnología. De a poco se va armando su gabinete, como si hubiera una especie de gobierno parlamentario con un presupuesto propio. Hasta hoy, la pregunta por quién manda se debatía entre Cristina o Alberto. Ahora a la incógnita se le agrega la figura de Sergio Massa.