La provincia atraviesa una situación hídrica compleja. Dos expertos hablan del tema y mencionan los sistemas automáticos que podrían controlar el uso del agua y frenar la problemática.

El pronóstico para el nuevo ciclo hídrico 2020-2021 en San Juan es poco alentador. En la provincia hay un 265 hm3 disponible de reservas, el 46% de lo que había el año pasado, y las cifras ya se ven reflejadas en los tres embalses (Ullum, Punta Negra y Caracoles), donde hay menos de la mitad de agua si se lo compara a la temporada pasada. La situación es tan grave que del 70% del agua que se dedicaba para riego, ahora sólo será el 50%. La decisión se tomó para resguardar principalmente el consumo humano y de la industria. 

Maximiliano Batistella, director del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, explicó en un especial que transmitió Canal 13 este jueves que en San Juan el 70% del total del agua se utiliza para el riego y el otro 30% para el consumo y la industria. La complejidad está en ese 70%, ya que las reservas no son las mismas que el año pasado. "La problemática es bastante importante y es un gran desafío para los habitantes de esta provincia. En términos teóricos hoy el agua que hay disponible para riego, si consideramos la eficiencia del uso del agua en los sistemas tradicionales de riego, es alrededor del 50%", explicó el ingeniero. 

Es cierto que hay tecnologías, como el riego presurizado, que podrían alcanzar el 95% de agua que se necesita para el riego. Sin embargo esto no ha sido efectivo en cultivos como el olivo y vid. "La eficacia ronda entre el 50% y el 60%. ¿Qué quiere decir esto? Que el 100% del agua que destinamos para riego, solo el 50% lo están utilizando en cultivos. Por lo tanto, desde el punto de vista teórico, podríamos cultivar el doble de lo que estamos cultivando ahora en un contexto de crisis hídrica o utilizar la mitad del agua que usamos hoy para el riego", agregó Batistella. 

Ahora hay otro punto importante. La eficiencia de la distribución del uso del agua. Desde el INTA, mediante los estudios realizados por profesionales, llegaron a la conclusión que muchas veces ofrecen agua a los agricultores cuando no necesariamente la necesitan. "Si pudiésemos pararnos en otro paradigma y poder distribuir el agua de acuerdo a la demanda de los cultivos, podríamos hacer mucho más eficiente el uso de los recursos", sostuvo el director del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

En este contexto el ingeniero Oscar Dolling, de la Universidad Nacional de San Juan, habló de sistemas automáticos para el control del riego como solución. Sobre todo si a la provincia le quedan varios años de sequía. ¿De qué se trata? Es un sistema de compuertas automáticas de distribución de agua de riego, mecanismo que es muy utilizado en Australia.

"Significa introducir en el sistema elementos de control que permiten regular y controlar el caudal en el interior de los canales principales. De tal forma de colocar varias compuertas para generar embalses que logren una entrega en menor tiempo y más oportuna a la demanda de los regantes. Porque si nosotros hacemos un corte en San Emiliano, estos cortes terminan repercutiendo en los agricultores de más aguas abajo", explicó. 

La otra alternativa para mejorar la distribución del agua a los agropecuarios es instalar paneles solares y realizar un sistema de control automático, con telemedición, para actuar desde la compuerta del agricultor, a través de la compuertas de los canales, hasta la compuerta de San Emiliano y Dique de Ullum. "Es posible. Se lo hemos planteado al Gobierno y lo está analizando. Entiendo que es una de las alternativas viables, incluso más económica que hacer embalses en el interior de la finca", apuntó Dolling.

Esta última propuesta, según el experto, le permitirá al celador controlar que el sistema funcione perfectamente bien y no exista problemas de conexión. Con este sistema se podría ahorrar un 25% o 30% de pérdidas en distribución.