La opinión de la Comisión Directiva del Colegio Profesional de Geólogos del Chubut sobre el desarollo de la minería en la provincia
A través de un documento, la Comisión Directiva del Colegio Profesional de Geólogos del Chubut expuso una serie de reflexiones en relación a la actividad minera y a su potencial desarrollo en el ámbito del territorio provincial.
El documento de la Comisión Directiva del Colegio Profesional de Geólogos del Chubut
Es un hecho asumido que la minería metalífera no forma parte del bagaje cultural de la sociedad chubutense, por lo que resulta entendible que no goce de una aceptación social generalizada. Desde hace unos añoslos geólogos, como uno de los colectivos profesionales que intervienen de manera activa dentro de la industria, asistimos con perplejidad a un auge de opiniones de los adeptos a la idea de que no es posible llevar a cabo desarrollo minero alguno, sin que ello conlleve la generación de daños ambientales irreparables.
Para sostener este discurso, se ha recurrido a una mirada simplificadora y reduccionista de la actividad, en la que los aspectos que suelen ser excepcionales se magnifican e identifican como parte de una práctica normal. Con este accionar, las plataformas que se oponen a la minería, buscan establecer estereotipos que no son correctos, apelando a una visión sesgada de la industria. Vale señalar al respecto, que las afirmaciones con pretensiones categóricas y absolutistas, que no dejan lugar a los matices y que carecen de toda rigurosidad científica en sus afirmaciones, no nos acercan a la verdadera dimensión del debate, sino que por el contrario, lo que provocan es desviar la atención y no aportar luz sobre aspectos reales que requieren ser tratados y discutidos.Por estas razones, muchos de los proyectos mineros suelen tener una fuerte resistencia social, ante el miedo que despierta en cualquier individuo, sentir amenazadas su salud y su calidad vida. En este sentido, las geociencias, desprovistas de límites políticos e ideológicos, tienen mucho que decir, ya que son la base de conocimiento que nos asiste para dirimir situaciones en las cuales se ponen en juego cuestiones fundamentales, como son los recursos naturales y la explotación segura de los mismos.
La industria minera involucra un conjunto de procesos complejos cuya explicación detallada no sería posible abordar en esta nota. Ello no implica que se quieran pasar por alto una serie de cuestionamientos reales o negar incidentes ambientales que han sido documentos y reconocidos a lo largo de la extensa historia de la actividad. Resultaría igualmente injusto equiparar el impacto que causa la minería actual, con el provocado por la actividad desarrollada en décadas pasadas, cuando la industria no asumía como parte vital de sus procedimientos la protección del ambiente y en donde no existía un marco regulatorio ambiental acorde. Fue así que, al igual que sucedió con la actividad petrolera, la minería ha tenido que readaptarse a los cambios culturales y a nuevas exigencias ambientales, a través de transformaciones que dieron lugar a la incorporación de normativas, procedimientos certificados y tecnologías orientadas a alcanzar los estándares de operación requeridos.
En términos generales, entendemos que existe una manifiesta carencia de divulgación y conocimiento de lo que significa la minería en nuestra vida cotidiana y su importancia en el desarrollo económico, configurando la minería metalífera específicamente, una actividad insustituible y esencial para la vida moderna. Hoy, sin los metales, sería imposible nuestra vida tal como la conocemos, no contaríamos con dispositivos de comunicación electrónica, medios de transporte, ni capacidad para generar energía en el volumen demandado por la sociedad. Invitamos a quienes lean estas líneas a detenerse un momento y observar en su entorno los objetos que los rodean, seguramente no encontrarán casi ninguno que no proceda de forma directa o indirecta de la minería. Los minerales representan, en sí mismos, el eslabón inicial dentro de una cadena de valor en la que por medio de una serie de procesos industriales de permanente innovación, se puede disponer de infinidad de productos de utilización masiva.
De cara al futuro, la lucha contra el cambio climático que busca atenuar las consecuencias del calentamiento global, demanda una respuesta minera. Para llevar adelante la transición energética, que implica la disminución del consumo de energías fósiles y la reducción de gases de efecto invernadero, es necesario garantizar el suministro de materias primas críticas para la producción de energías verdes. Litio, cobre, cobalto, grafito, hierro, entre otros minerales, son necesarios para la fabricación de placas solares, molinos eólicos y automóviles eléctricos. Solo algunos datos servirán para tomar real dimensión de la demanda requerida por el sector. Por ejemplo, para la fabricación de un automóvil eléctrico se necesita una media de 75 kg de cobre, tres veces más que los requeridos para un automóvil convencional, mientras que para fabricar un aerogenerador (dependiendo de la tecnología que utilice y su capacidad de generación) se necesitan 4 toneladas de cobre, 3 toneladas de aluminio, 340 toneladas de hierro y una cantidad variable de tierras raras, zinc, molibdeno, junto a otros metales.
Debe quedar en claro que los riesgos y los impactos generados por los proyectos mineros pueden ser identificados y mensurados, para lo cual existen rigurosos procedimientos y métodos de estudio en los que interviene un equipo multidisciplinar de profesionales. Sobre la base de la magnitud de los impactos proyectados se valorará si es posible asumirlos, mitigarlos o revertirlos y cuál es el modo en que estos pueden ser controlados. El abordaje de cada emprendimiento minero, respaldado por argumentos técnico/científicos que detallen su relación costo-beneficio social, ambiental y económico, permitirá dictaminar su viabilidad.
El estado cumple un rol fundamental ya que, como en toda actividad legal y regulada, se necesita la participación activa de los organismos de control. Esto nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer el staff profesional que forma parte de las áreas de incumbencia minera y ambiental provincial. Como ya se puntualizara, la minería no está exenta de complejidades y desafíos técnicos, por lo que no hay lugar para la toma de atajos, realizar acciones improvisadas o recurrir a ideas simplificadoras que apunten a un horizonte de corto plazo o peor aún, de inmediatez.
Desde nuestra óptica la prioridad de la política ambiental minera provincial, debería perseguir un conjunto de objetivos que estén basados en la economía circular, aplicando criterios técnico-ambientales rigurosos que permitan desarrollar la actividad contemplando el consumo eficiente del agua, la minimización de la huella ambiental, la protección de los ecosistemas y la educación ambiental. Desde lo social, el impacto positivo se deberá traducir en el fomento del empleo de mano de obra local y provincial, tanto en lo referido a las vinculaciones de personal en forma directa o a través del desarrollo de pymes proveedoras de servicios e insumos.
Por tratarse de un tema que trasciende el interés particular de nuestra institución, invitamos a las autoridades de la Delegación Regional del Servicio Geológico Minero Argentino, sede Comodoro Rivadavia, a que se sumen al compromiso que demanda la participación de una de las voces autorizadas en la investigación de recursos minerales, por ser el principal responsable de generar información geológica-minera, territorial, tecnológica y ambiental a nivel país. Del mismo modo, hacemos extensiva la invitación al Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud de la UNPSJB a pronunciarse y manifestar su visión científica frente a un debate que atraviesa a la sociedad en su conjunto.
El Colegio Profesional de Geólogos del Chubut considera técnicamente viable la mineríametalífera en el ámbito de nuestro territorio provincial, siempre que ello implique evaluar su factibilidadcaso por caso, implementando las máximas garantías y estándares ambientales y sometiéndola a los másrigurosos controles por parte del Estado, a través de personal competente ampliamente cualificado.