Los productores alegan algunos impactos específicos sobre el cambo del impuesto a la riqueza y destacan que el banco cooperativo presidido por el legislador tiene beneficios tributarios que no se reflejan en menores tasas y costos
El impacto del impuesto a la riqueza desató una ola de cuestionamientos provenientes del sector agropecuario sobre su principal impulsor, el diputado oficialista Carlos Heller, que además tuvo una réplica negativa sobre el Banco Credicoop, la entidad cooperativa de la que Heller fue fundador en los años 80 y es presidente desde 2005.
El campo tiene a la presión impositiva como uno de sus principales reclamos frente al gobierno, con las retenciones a las exportaciones como uno de sus puntos más críticos. La aparición en escena del proyecto de Heller, con el abierto apoyo de Máximo Kirchner, revivió el clima de tensión con el kirchnerismo, nunca aplacado del todo luego del histórico conflicto de 2008.
El proyecto, que ya obtuvo dictamen por la Cámara de Diputados, incluye a todos aquellas personas físicas cuyos activos superen los $200 millones. En el agro alegan que muchos pequeños productores, e incluso contratistas, quedarán incluidos por el elevado valor de la maquinaria agrícola. Con ello, crecerá aún más una presión fiscal que consideran inviable.
“No se toma en consideración el patrimonio de la persona sino solamente los activos, ya que el pasivo aún pudiera corresponderle al activo que se grava no se puede considerar. Además, no existe un mínimo no imponible sino un mínimo no gravado, provocando esto que la persona que supere con su patrimonio en $1 los $200 millones pagará sobre el total y no sobre el excedente”, señaló la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) en una carta a los legisladores de su zona, pidiendo el rechazo al proyecto.
Otro aspecto puntual del proyecto de Heller que critican los productores es que no hace distinciones entre bienes de carácter suntuario o tenencias financieras, con otros inmuebles que tienen una finalidad productiva, como puede ser una parcela rural. Por ello, muchos inmuebles rurales que gozan de exenciones en la normativa del impuesto a los bienes personales, quedarán alcanzados por el impuesto a la riqueza.
Las quejas contra el tributo impulsado por Heller fueron transformándose en las últimas horas en el inicio de un pequeño boicot hacia el banco que preside. De ese modo, aparecieron entidades agropecuarias que exhortaron a sus asociados a cerrar las cuentas en el banco Credicoop y dejar de hacer negocios con la entidad, cuya impronta siempre ha estado destinada a financiar las pequeñas y medianas empresas, en base a su origen cooperativo.
“El diputado Carlos Heller siempre ha demostrado ser un permanente detractor de la producción rural”, dicen las agrupaciones rurales, entre ellas la Sociedad Rural de San Pedro, Sociedad Rural de Rojas, Sociedad Rural de Baradero, Asociación de Productores de Areco, Asociación de Productores Rurales de Arrecifes y la Asociación de Productores Agropecuarios de Carmen de Areco.
Los productores aseguran que su campaña para que el sector deje de operar con el Credicoop “es una manera activa y legal de expresar nuestro rechazo ante un nuevo impuesto que alcanzará también a pequeños productores y contratistas debido a los altos valores de la maquinaria agrícola y agravará aún mas la presión fiscal ya insoportable”.
También adhirió al boicot la Sociedad Rural de Reconquista, en Santa Fe, algo esperable dado que se trata de la zona de influencia de Vicentin, donde reina un clima adverso al gobierno.
Más allá del efecto concreto que pueda tener la pirotecnia de los repudios sobre la actividad del banco, lo cierto es que el rechazo llegó también a las redes sociales y a las cadenas de mensajes de Whatsapp. En una ellas, que llegó a Infobae, se ironiza con el carácter cooperativo del banco presidido por Heller: “Banco Credicoop, el banco que no paga impuestos como nosotros, ¡pero el Presidente quiere aumentar los tuyos!”
La referencia tiene origen en que por tratarse de una entidad cooperativa -y por ende, sin fines de lucro- el Credicoop goza de algunos beneficios tributarios que no están presentes en el resto del sistema financiero. No obstante eso, los costos y las tasas de interés que cobran a sus clientes, alegan los productores agropecuarios, no son diferentes a las de los bancos internacionales o la banca estatal.
La ley del impuesto a las Ganancias, en su artículo 20, establece una exención a “las utilidades de las sociedades cooperativas de cualquier naturaleza y las que bajo cualquier denominación (retorno, interés accionario, etc.), distribuyen las cooperativas de consumo entre sus socios.” Otro tanto ocurre con las mutuales, que al igual que las cooperativas forman el núcleo de la clientela del Credicoop.