Rodolfo Micone, un ingeniero que venía del área privada, asumió como director de Minería en 2010, y dejó la función pública como Ministro de Minería en 2020. Tras completar una década al frente del sector y presidir el máximo organismo minero nacional, mano a mano con Contexto Minero, realiza un análisis a fondo del sector productivo que genera mayores esperanzas en Catamarca.
¿Alguna vez se imaginó, cuando recién se iniciaba en el área pública, que iba a completar una trayectoria tan importante? Comenzó como director y terminó como ministro, atravesando cuatro gestiones con tres gobernadores distintos, una marca sin precedentes en el área pública de Catamarca.
Yo creo que ha sido una experiencia muy buena. Cuando ingresé como director para mí era algo totalmente nuevo, yo venía de la parte privada, y traía una impronta de ese sector privado, buscando implementar mecanismos para ser más productivo dentro del Estado. Pero son dos realidades distintas lo privado y lo público, por lo que empecé a estudiar, a adaptarme ya trabajar mucho.
En su momento, como director, sólo estaba viendo canteras, organizaba algunas cuestiones que tenían que ver con el desarrollo de la dirección; pero cuando asumí como secretario en la gestión de Lucía Corpacci, ella marcó un cambio muy importante. Allí hubo un punto de inflexión muy grande, porque se plantea la minería como política de Estado, una minería con desarrollo, de cara a la gente, que tenga visibilidad, que se conozca qué se hace con los recursos, que se sepa qué recursos tiene la Provincia para ponerlos en valor. Una minería que tenga trascendencia a nivel mundial, porque nosotros teníamos una Minera Alumbrera que hacíamos conocidos, pero no pasábamos de eso. Éramos conocidos como esos discos de The Beatles, pero no desarrollábamos ningún músico acá.
En base a todo eso, también ha sido muy importante identificar y desarrollar el factor humano en la Secretaría, y con eso hemos trabajado: pudimos poner en valor varias áreas internas para poder llevar adelante este proyecto.
Lo primero que hicimos fueron auditorías internas para ver cómo estaba la Provincia en sus recursos, si tenía mapas metalíferos, no metalíferos, cuál era la estructura interna. Hemos empezado a trabajar sobre lo que se venía, algo muy importante como el cierre de mina de Minera Alumbrera. En eso fuimos pioneros y realmente tenemos el orgullo de haber realizado la primera resolución a nivel país, y hemos podido mantener con trabajo extra y particulares en nuevos proyectos que se han ido generando, el solapamiento del cierre de la mina Alumbrera.
Hoy hay una garantía expuesta por Minera Alumbrera para el cierre de minas en el país, no sé si hay antecedentes de algo así.
Lo que hicimos fue identificar las falencias que eran justamente que no teníamos los recursos, no teníamos metros perforados, no teníamos capacidades, no nos estábamos proyectando al mundo. Sobre toda esa situación le hicimos un informe a la Gobernadora. Ella lo evaluó y nos dijo que trabajáramos con una premisa: contemplar Estado, comunidad y empresa. Y bajo ese triángulo empezamos a actuar.
Con las comunidades implementamos en los departamentos mineros los centros de control mineroambiental, para que la comunidad tuviera la posibilidad de ver cómo se desarrollaba la minería, y se les brindó a todos la oportunidad que pregunten, y también de que hicieran catarsis, porque no personas sido escuchados. Había que atender y escuchar sus planteos y necesidades.
A las empresas se les hizo entender que no estaban solas y que había una estructura de Gobierno para el desarrollo a la cual debían acoplarse y no dar vueltas solas por todos lados. Se describe que la responsabilidad social, la mano de obra, la contratación de servicios, las mismas regalías, todo debe resolverse con una mirada local.
Y desde el Estado el rol fue trabajar para ayudar, y acoplar lo que necesita la comunidad con la empresa. Porque la comunidad en su momento, y aun hoy lo dice, quiere un Estado que sea auditor, controlador, un Estado presente y que acompañe.
Todo eso nos ha llevado también, puertas adentro, a ver los estándares de trabajo y las capacidades que teníamos, y cómo teníamos que resolverlo. En ese camino hemos ido trabajando, y hemos podido lograr muchos objetivos en cuanto al desarrollo minero, al desarrollo de comunidades, de conocimiento y de proyectos que hoy están en etapa de factibilidad, muy importantes para la Provincia.
En un momento se avanzó con la creación de una empresa estatal minera, para que Catamarca pudiera sentarse en la mesa como un socio más. ¿Ese proyecto funcionó como se esperaba o no?
Yo creo que funcionó y funciona. El Estado en sí, desde la política minera, tiene que generar espacios para que se desarrolle la minería y la Provincia no tenía en su momento un brazo ejecutor de esa política minera.
En la minería todo demanda años, tiene sus tiempos, y yo creo que la finalidad de CAMYEN es muy importante porque puede tomar proyectos. Hoy es dueña de Cerro Atajo, de Filo de las Vicuñas, ha participado en licitaciones muy importantes de áreas de reserva en la Provincia, es la única empresa en el país que tiene una mina funcionando… es una empresa que hay que seguir alimentándola desde el punto de vista de la estructura, para que tenga potencial geológico, productivo y de asociación.
Que no sea una empresa minera que venga a explotar un yacimiento, sino a ayudar a resolver cuestiones que tengan que ver con el desarrollo minero en determinadas áreas de la Provincia. Creo que esa es la finalidad de CAMYEN, es muy buena la idea original, y más allá de que tiene Minas Capillitas, cuenta con muchas posibilidades y un gran potencial. Claro que tiene que tener su estructura como cualquier otra empresa.
La Gobernadora Lucía Corpacci siempre decía que los trabajos en minería se tenían que hacer, pero sabiendo que los frutos se iban a ver diez o veinte años más tarde. En la década en que estuvo usted, ¿qué proyectos pudieron ver cristalizados y cuales quedaron pendientes para que la cosecha la hagan otros?
Creo que a nosotros nos tocó el overol, el casco y las botas para ir al campo… la minería tiene muchas etapas, y creo que nos tocó una de las más duras, que fue justamente esto de reorganizarnos, tratar de identificar los recursos, y lo que sí logramos casi en la mitad de la gestión, es incrementar los metros de perforaciones, las áreas de reservas, como se incrementaron yacimientos, empresas de servicios y empresas mineras trabajando en la Provincia. Con eso pudimos generar proyectos como Tres Quebradas (Tinogasta), la ampliación de Livent, Galaxy, el proyecto que se trabajó en Cerro Atajo, se abrió Bajo El Durazno.
Tuvimos mucha actividad y mucho movimiento minero en la Provincia a partir de haber puesto en valor recursos y abrir políticas claras de minería, con desarrollo, participación, inclusión, con servicios y mano de obra local. Eso las empresas lo vieron, además acompañado del desarrollo del litio y de los metales.
Ese conjunto de logros llevó a ubicar a Catamarca, hace dos años, primera en el ranking mundial para inversiones en el país, algo que no es producto de la casualidad, sino el resultado de un trabajo de muchos años, con cuidado de medio ambiente, estabilidad jurídica y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la minería.
Hoy la Provincia tiene un alto potencial, pero como decíamos todo lleva sus tiempos, lleva años, y no sé si lo vamos a llegar a ver nosotros, pero deseo que en la gestión de Raúl Jalil se pueda seguir desarrollando y ver no solo uno sino varios proyectos en funcionamiento.
Hay que tener en claro que eso no depende de la firma del Gobernador o de un ministro, sino de todo un contexto económico global y regional también.
Al ejercer la presidencia del Consejo Federal de Minería (COFEMI), usted pudo conocer la realidad de otras provincias. ¿Cómo se ubica hoy Catamarca? Porque antes estaba muy lejos, por ejemplo, de San Juan, lejos de algunas provincias del Sur con sus hidrocarburos y en una suerte de competencia con Salta y Jujuy…
Yo tuve la suerte de integrar el Consejo Federal y de presidirlo durante cuatro años, función que me dio la posibilidad de conocer la realidad de cada una de las provincias. Hay algunas que tienen restricciones a la minería, otras que se dedican solamente a lo metalífero, otras que no tienen minería pero trabajan lo no metalífero, y otras como Catamarca que tienen actividad metalífera y no metalífera también.
En esa mesa hemos logrado unir pensamientos, acuerdos, ideas con una sola dirección, que era el desarrollo de la minería en el país. Y en eso sobresalían Catamarca, como San Juan, Santa Cruz, Jujuy y Salta, quizás los distritos con mayor peso por sus yacimientos y porque están pegadas a la Cordillera.
Quizás Santa Cruz tiene ventaja sobre las demás porque tiene nueve plantas funcionando con casi 8.000 empleados, porque ha tenido un desarrollo muy importante. Pero en los casos de San Juan, Catamarca o Jujuy, influyó la mirada de los gobernadores sobre cómo querían desarrollar la minería. Porque uno puede estar sentado en la mesa del COFEMI, pero si no tiene respaldo político no es bueno.
Hoy creo que casi todas las provincias estamos en un nivel similar de desarrollo, y Catamarca ha equiparado a San Juan y Santa Cruz en estos últimos años, porque tenemos proyectos factibilizados, metros perforados, empresas de servicios y una política clara en minería. Precisamente si pasamos a ser primeros como atractivo para inversión, quiere decir que nos destacamos un poco más que las otras provincias.
Pero no hay una que esté muy por encima de las otras, todas tienen perspectivas parecidas de trabajo, y siempre influye mucho el apoyo y la decisión de cada gobernador.
Con razón o no, en el imaginario popular se instaló fuertemente hace muchos años, la idea de que el porcentaje que le toca a la Provincia por regalía es extremadamente bajo. Comparado con otros lugares del mundo, ¿es correcto lo que recibe Catamarca? Y si no lo es, existe ¿alguna posibilidad real de gestionar una mejora en el Congreso de la Nación?
En el mundo hay escenarios muy distintos. Si uno va a Canadá, Australia, Chile o Perú mismo, los márgenes de regal y cargas impositivas son mucho más bajos que en nuestro país. Hay regalías móviles, sistemas de porcentajes de ganancias o utilidades. En nuestro país creo que primero hay que trabajar para ver cómo vamos a desarrollar la minería, poner en funcionamiento los proyectos, dejarlos que funcionen. Y las regalías son en definitiva sólo una parte de todo lo que aporta y genera la minería, quizás superadas por muchos otros beneficios. Hay que ver los servicios, la mano de obra, la parte impositiva, y todo el efecto multiplicador.
A partir del Acuerdo Federal Minero, que firmaron los gobernadores, se trató de mejorar la situación de todas las provincias, de cambiar ese concepto del bocamina por facturación. El acuerdo de un porcentaje de regalías, de responsabilidad social y de fideicomiso sobre facturación. Se lo puede llegar a mejorar seguramente, pero nosotros en la Provincia ya cambiamos ese concepto, y los proyectos que pueden llegar a la Provincia no van a tener el parámetro de bocamina, sino la facturación.
Pero insisto en que si se hace una planilla de costos y beneficios, las regalías son parte de un porcentaje que puede ser inferior, equiparado o superado por todo lo otro que genera la minería.
Usted debe haber hablado con muchos militantes ambientalistas y debe conocer su discurso, incluso de los más opositores. Pero luego de haber estado tantos años en el sector privado y público, cuando escucha aquello de que “vienen, se llevan la riqueza y dejan los pozos…”. ¿Siente que es una falacia o hay algo de cierto en que Catamarca pierde recursos con cada explotación?
Esa pregunta tiene dos respuestas. Como primera respuesta puedo decir que sí, por sentido común, mucha gente cree y piensa eso porque no se le hizo ver otra cosa. Hemos tenido proyectos importantes en la provincia y el país, y es cierto que la gente que tiene mi edad o un poco más no ha podido ver un desarrollo local o regional a partir de la minería. Por eso decía al principio que las empresas no pueden andar solas, las comunidades no pueden andar solas, y el Estado tampoco: los tres tienen que trabajar en conjunto para ver cómo se pueden desarrollar.
La segunda respuesta es que hoy cambió ese concepto, con los fideicomisos, las obras, la infraestructura, la regalía de, que tiene un sentido y tiene que tener una finalidad; porque hay que trabajar sobre un plan de infraestructura regional donde todos están involucrados, la empresa, el Estado provincial, la municipalidad, la comunidad. Ahí se debe definir cada cuestión, si es el uso del agua, por qué y para qué; el aprovechamiento para la agricultura si va a servir para la región, para una comunidad, para las empresas. Hay que pensar en la competitividad de los productos, en el desarrollo del turismo, en los caminos, en la comunicación. Y hay que trabajar en la conectividad, en la salida hacia el Pacífico, caminos, energía, gas, todo lo que hace falta para entrada y salida de insumos,
Eso es en lo macro, y en lo micro hay que ver un plan de desarrollo como se planteó en el Gobierno de Lucía, que tenía como ejes Salud, Educación e Infraestructura. Es decir que para que no se repitan las decepciones hay que armar un plan, porque quien maneja el desarrollo de la infraestructura es el Estado. La empresa no puede hacer un hospital, por ejemplo, sin que el Estado intervenga porque no sabe si estarán los recursos para mantenerlo. Como tampoco puede hacer una escuela o un camino por su cuenta; si la idea no está en la cabeza del Gobierno.
Creo que en eso se trabajó bastante bien, que se ha mejorado mucho y hoy se sigue con esa línea de trabajo.
Por eso, muchas veces me hacen esa pregunta, y yo respondo que Catamarca ha cambiado esa realidad. Y que cambió la política de servicios, de mano de obra local, de infraestructura; porque se está pensando en hacer diques, escuelas, hospitales, obras para el turismo. Y eso la gente lo tiene que ver. Pero para que lo vean los proyectos tienen que funcionar.
A la gente que está en contra de la minería porque piensa que vienen, se llevan todo y dejan el pozo, hay que demostrarle con hechos que no es así. Y permitirles que sean parte de un proyecto que funciona.
En eso también tienen que ver los tiempos. Si un proyecto está factibilizado pero no produce y no está ganando, tampoco va a poder mostrar en esa etapa obras de infraestructura para la comunidad; distinto a lo que sucedió con Alumbrera, que se asentó y se ocupó de su propia infraestructura, sin haber desarrollado la región.
¿Hubo inexperiencia de la Provincia?
No sé si inexperiencia. Nos ha faltado capacidad de ingeniería, un proyecto de desarrollo. Ojo que no éramos mineros, de pronto nos hicimos mineros y en ese punto es entendible. Pero eso lo puedo aceptar como una falencia el primer o segundo año, no cuando pasaron veinte años.
¿Qué expectativa le genera el litio? Por allí se lo sobredimensiona hablando del "oro blanco", pero aquí no se hace una gran tarea de valor agregado y todo se limita a la extracción y transporte. ¿Qué potencial real tiene para Catamarca en cuanto a los beneficios que puede traer?
El litio es un material muy estratégico a nivel mundial, tiene muchas aplicaciones y mucha aceptación. En Catamarca tenemos la dicha de tener cobre, oro y también litio (entre otros minerales) que es muy requerido para baterías y otras industrias como la farmacéutica, medicinal, construcción, automotriz y se ha puesto a la vanguardia como elemento clave para las energías limpias .
Pero hay que entender que Asia, Estados Unidos, Alemania, concentran las mayores fábricas para darle el valor agregado a este mineral.
Particularmente en nuestra provincia llegamos a producir unas 18 ó 19 mil toneladas de carbonato de litio con Livent. Lo que tenemos que lograr es poner en funcionamiento Tres Quebradas, Galaxy y que se amplíe Livent y que surja algún proyecto más que está en el medio. Ante ese escenario podemos llegar a las 100 mil ó 110 mil toneladas de carbonato de litio y ser muy competitivos.
Hablamos de valor agregado, pero con el solo hecho de sacar la salmuera y obtener el carbonato ya hay una línea de valor agregado que se genera acá. Y ahí ya hay beneficios que se están quedando en la provincia, con mano de obra y todo lo que genera ese desarrollo.
Pero no nos quedemos en las baterías, el litio tiene muchas otras aplicaciones que se pueden generar en sus moléculas, que son las aleaciones, las grasas, productos para farmacias, pinturas, etc.que también se pueden trabajar, pero requiere una infraestructura y un proyecto que tendrá que reunir a los ministerios de Industria, Minería, a la Unión Industrial, laboratorios y otros actores. Y a partir de allí buscar un nivel país inversores para empresas que quieran desarrollar ese campo y se radiquen en Catamarca.
Es decir que primero tenemos que ser productores, generar espacios para empresas que quieran invertir, y por último que las grandes empresas internacionales que usan nuestra materia prima, tengan interés en venir y desarrollar ese valor agregado en Catamarca.
De todas maneras, debemos siempre leer el contexto internacional en términos económicos y para dónde la inversión, más aún en tiempos de pospandemia donde las energías renovables será uno de los ejes que se planteará el mundo y es una oportunidad para los países que tienen estas materias primas como el litio, por ello debemos mostrarnos con seguridad jurídica, confiabilidad y previsibilidad hacia el inversor.
De todos estos años de gestión, ¿qué es lo que le genera mayor orgullo haber logrado?
Considero que hemos construido y fortalecido un muy buen equipo de trabajo, un equipo técnico que puso toda su capacidad, y una conducción política muy fuerte, sin el cual no podríamos haber avanzado. El recurso humano es fundamental si queremos serios y pensar una minería que sea transversal al desarrollo productivo de la provincia. Hemos invertido mucho en profesionalizar el organismo minero, era necesario hacerlo, pero el Estado debe analizar la manera que ese personal trabaje motivado y que vea en el Estado la oportunidad de crecer. Muchos técnicos y profesionales vinculados a la minería son requeridos diariamente por la parte privada y es un gran desafío retenerlos. Mucho emigran y es personal altamente calificado y ese profesionalismo lo adquirieron en el Estado.
También debo destacar que Catamarca se posicionó nuevamente en las mesas de inversión del mundo, como así también a nivel nacional y provincial. Hemos mantenido una política de promoción minera que no contará qué hace Catamarca con la minería y otras producciones económicas locales.
También rescato el trabajo que hicimos en poner en valor los recursos y generar áreas de reservas que antes estaban en manos de la especulación minera. Esto nos obtuvieron una mirada superadora de la actividad minera.
Me siento orgulloso de haber sido parte de esta transformación que tuvo la minería y el haber integrado un equipo de trabajo con Lucía y Raúl.
Otro orgullo es haber representado a mi provincia en la presidencia del Consejo Federal Minero (COFEMIN). Nunca se había dado un hecho de estas características, siendo Catamarca una provincia minera por excelencia.
En ese espacio, junto a mis pares de otras provincias, pudimos, discutir, analizar, dialogar, consensuar, por ejemplo el con el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA), con diputados, senadores, hemos visitado casi todas las provincias y regionalizado con un diálogo muy importante.
¿Y qué frustración le queda?
No sé si frustración, pero uno ha trabajado mucho para el desarrollo de Agua Rica, de Galaxy, de Livent, de todos los proyectos… y no ha gustado que algún proyecto se concretara durante nuestra gestión. Pero creo que están todas las condiciones dadas para que esos proyectos se pongan en marcha. Hemos puesto todo para que así sea y nos hubiera gustado que arrancara Agua Rica, que Galaxy hubiera empezado con la construcción de su planta, pero reitero, la minería tiene sus tiempos, sus costos y no dependía de nosotros.
La última: ¿Agua Rica, por su magnitud, puede cambiar la realidad de la Provincia?
Seguramente que sí, no por su magnitud, sino porque ahora tenemos mucho conocimiento empírico, aprendizaje, experiencia, muchos profesionales, empresas de servicios capacitadas, otra mirada desde la política, otra mirada de lo que es el desarrollo de infraestructura. Creo que hay otra concepción de la minería, y por eso considero que Agua Rica puede ser un proyecto muy importante y el despegue para otros proyectos a nivel país. Hoy tenemos una madurez muy importante porque hemos trabajado sobre eso en los últimos diez años. En este contexto, para que los proyectos como Agua Rica y otros comiencen a ponerse en marcha, debemos superar ya algunas discusiones, no solo en Catamarca sino en el país. La minería es una oportunidad para el desarrollo de nuestras comunidades y hoy más que nunca la actividad fue declarada esencial,