La industria hidrocarburífera venía con algunos inconvenientes a los que se sumó la pandemia por Covid-19, y aunque muchas actividades debieron ser paralizadas junto con el personal, la producción en la cuenca del golfo San Jorge continuó su curso.
El ingeniero en petróleo Marcelo Hirschfeldt comentó a Crónica que “la pandemia generó a nivel global una desaceleración de la economía”; explicó acerca de la situación previa a la pandemia y cómo afectó el aislamiento social a la cuenca.
De todos modos afirmó: “La ventaja es que las mayores reservas de petróleo convencional están en la cuenca del golfo San Jorge, la mayoría en Chubut. Esto implica que en el corto o mediano plazo –dentro de 20 años– va a haber una actividad sostenida”.
Con respecto al precio del petróleo, señaló que “ya veníamos con inconvenientes, con una baja muy importante al inicio del año, con una situación inestable de precio por problemas que había en Medio Oriente, Rusia y Estados Unidos”. Asimismo señaló que “hace muchos años que el precio del petróleo es impredecible por muchos factores. Cada vez es más compleja la situación y esto hace que sea inestable el mercado petrolero”.
En este marco señaló que el precio del barril había empezado a remontar cuando se declaró la pandemia y como consecuencia del aislamiento “bajó la demanda porque básicamente se paró el transporte mundial y la economía; sin duda que no hubo país que no haya sido afectado”. Además señaló que otra consecuencia es la falta de previsión e incertidumbre, ya que no se sabe cuándo va a terminar y por lo tanto no se puede planificar a futuro.
En cuanto a la situación en la cuenca del golfo San Jorge, Hirschfeldt comentó que “previo a la pandemia ya veníamos con un escenario complejo” con empresas que venían aplicando una política de ajuste y algunos conflictos sindicales en Santa Cruz.
“Hay una crisis que viene desde mucho antes que son las estructuras de costos de las empresas y la imposibilidad de pagar salarios, la pandemia viene a sumar más caos a la situación de muchas empresas y PyMEs locales que en los últimos años vienen tratando de acomodarse. Venimos de crisis en crisis, de años de inestabilidad” advirtió.
De todos modos, sostiene que durante la pandemia la producción local no fue afectada, los pozos siguen produciendo dado que se ha invertido mucho en tecnología y automatización. Pero sí el aislamiento paralizó la perforación de pozos, que es la actividad que genera trabajo en las empresas de servicios que cuenta con miles de trabajadores.
“La producción como tal no se vio afectada en el corto plazo, pero hay que recordar que la producción de petróleo y gas está muy asociada a la cantidad de pozos que hagas a lo largo del año. Los yacimientos de clina, por una cuestión natural, van perdiendo energía. Entonces, ¿cómo se mantiene la producción? perforando más pozos y a su vez inyectando agua para los proyectos de recuperación secundaria. En definitiva, mantenés la producción a través de los planes de desarrollo. Eso sí se vio afectado” señaló.
En este marco explico que “si no perforas pozos tenés mucha gente parada en las casas, gente que está cobrando y gente que no, o están cobrando menos. Quizás cuando esto se reactive va a quedar gente afuera. Si no perforás no necesitás servicios ni mano de obra ni mantenimiento. La perforación es lo que más genera servicios en la cuenca”.
Otra de las consecuencias de la pandemia fue que las empresas comenzaron a achicar su estructura de costos, lo que implicó reducir el recurso humano otorgando jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios; además de la disminución de precios y renegociación de contratos a corto plazo. También sucedió algo inédito: muchas empresas bajaron el salario a sus empleados otorgándoles obligatoriamente licencias sin goce de haberes.
En cuanto al lado positivo, Hirschfeldt considera que es una buena oportunidad para reorganizar el personal, ya que muchos comenzaron con tareas home office y las empresas han funcionado bien con este sistema. “Esto se va a ver implicado en los costos; ya no tenés que llevar mil personas al yacimiento. Sin duda que esto va a traer una reorganización en la forma de trabajar” consideró y agregó que “estamos transitando un cambio que es irreversible”.
Marcelo Hirschfeldt se refirió a las políticas energéticas nacionales, considera que son inestables y que el gobierno debería disponer de un plan estratégico en este sentido.
En mayo el gobierno fijó el precio del barril criollo de petróleo a U$S 45 a través del decreto N°488. Esto permitió que las principales firmas productoras de hidrocarburos comiencen a exportar, las ventas provocaron el ingreso de divisas y una incipiente reactivación del sector. “El barril criollo puede permitir cierta previsibilidad en términos de precios” señaló Hirschfeldt pero consideró que “no deja de ser un paliativo”.
En este sentido, opinó que: “continuamente venimos año tras año con idas y vueltas con el tema de fijar precios para el petróleo y el gas, pero esto está asociado a otro tema que tiene que ver con el Gobierno, más allá de los partidos; como país no somos previsibles. Entonces fijan el barril criollo, mañana no les conviene y lo sacan, ahora sacaron un incentivo al gas en Vaca Muerta, y así continuamente” con lo cual sentenció que “las gestiones de gobierno relacionadas a la estrategia energética ha sido a los volantazos”.
Con respecto a las consecuencias de la pandemia en la industria, afirmó que: “si en condiciones normales como país no teníamos una estrategia energética, en este ámbito cuesta bastante, porque se suma una incertidumbre que es global”.
El ingeniero en petróleo recordó que una actividad petrolera sólida mueve la economía regional que además de Comodoro incluye otras localidades como Caleta Olivia y Sarmiento. “A nivel provincial aporta a las arcas provinciales, lamentablemente tenemos una provincia fundida que no le alcanzó con tener las mayores reservas de petróleo del país y seguimos endeudados. Y a nivel país, se busca autoabastecernos de hidrocarburos y no tener que depender de terceros, la soberanía energética” explicó.
En este marco señaló que “lo mejor que nos puede pasar es que en la industria haya una cierta estabilidad más allá de las condiciones externas, eso implica que se pueda seguir perforando y produciendo”. Asimismo agregó que “en la medida que el país siga parado no hay consumo de combustible, las refinerías tienen sobrestock, y las empresas integradas también pueden llegar a tener un sobrestock de petróleo. Cuando el país empiece a moverse creo que también la economía ligada a la industria petrolera del golfo San Jorge tiene que entrar en un ciclo de cierta estabilidad” concluyó.