RUBEN LASAGNO
YCRT, el yacimiento de carbón de Río Turbio, el día 1º emitió un comunicado a través de la Gerencia General de Explotación y Subgerencias, hacia todo el personal de la planta informando que “por medidas preventivas respecto del COVID-19, se suspenden todas las actividades a partir de la fecha (hoy 01/08/2020) y hasta el 9 de agosto, debiendo garantizar guardias mínimas y tareas esenciales, dando cumplimiento al plan COVID 19”.
El efecto cuarentena viene a consolidar una realidad del yacimiento de carbón de Río Turbio: la empresa está “parada” desde hace exactamente un año. El 11 de agosto de 2019, cuando se realizaron las elecciones PASO, las cuales Mauricio Macri perdió ante la coalición peronista, los sindicatos de YCRT le plantaron a la entonces intervención nacional representada por el radical Omar Zeidán, un brutal paro de actividades que se prolongó hasta mediados de febrero, fecha en la cual el nuevo gobierno nacional decidió nombrar un nuevo interventor, que fue Aníbal Fernández.
Llamativamente, el gobierno nacional ha considerado a la minería en general como “Actividad esencial”, pero YCRT, que también es un yacimiento y el único de carbón más importante del país, no fue incluido en esta denominación. Uno entonces debería preguntarse ¿Por qué?. Y la respuesta no es para nada buena.
Si el yacimiento estuviera en manos de un privado, es casi seguro que el gobierno nacional lo hubiera incluido dentro de la actividad esencial de la minería nacional; de ninguna manera se quedaría sin las regalías que produciría mes a mes, tal como sucede con las empresas mineras extranjeras que explotan oro y planta. Sin embargo, al ser del Estado, el gobierno no tiene ningún reparo en excluirlo de las excepciones, dando una muestra más de que en realidad el único leit motiv de la existencia de YCRT es la utilización política, el uso de la empresa como “caja”,el sostenimiento de un ghetto político partidario que en combinación y complicidad con los gremios que actúan dentro del yacimiento, constituyen una enorme actividad ociosa con cargo a todos los argentinos.
Cuando alguno sale a rebatir posiciones de quienes critican la improductividad de YCRT, niegan que el yacimiento “este parado” y han llegado a confundir a la gente relacionándolo con una “actividad esencial”, cuando ésta empresa, como otras del Estado, fueron excluidas de tal condición y lo único “esencial” dentro del yacimiento, además de cobrar los salarios sin ningún tipo de recortes, son aquellas labores que no se pueden interrumpir como es el mantenimiento de maquinarias, equipos e instalaciones, especialmente en interior de mina donde el personal debe cuidar que las galerías no se inunden, se debe controlar el gas metano, las temperaturas de los frentes largos, etc, aún cuando se llevan a cabo medidas de fuerza o se atraviesan conflictos sindicales dentro de la empresa.
De acuerdo a datos de la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública) – Dirección Pública Fiscal en el Rubro Transferencias de Carácter Económico a Empresas Publicas, Fondos Fiduciarios y Sector Privado al mes de Junio/2020, en un informe de 25 páginas donde se enumeran datos económicos y financieros de todas ellas a nivel nacional, aparece YCRT y describe claramente que hasta el 30/06/ 2020 los gastos del yacimiento en los primeros 6 meses de la nueva gestión insumieron 3.040 millones de pesos al Estado nacional, habiendo sido ejecutado hasta el 30/06/20 en un 85%.
En la próxima columna se muestra el interanual, es decir, la comparación entre los mismos 6 meses de enero a junio2019, a los 6 meses entre enero junio del 2020.
En este caso el informe deja constancia que hubo un crecimiento presupuestario de 1.907,6 millones de pesos más que en el mismo periodo del año anterior, lo cual equivale a un aumento del 168,5% respecto del primer semestre de 2019.
Y finalmente la variación presupuestaria salarial, entre los primeros seis meses de 2019 y los seis primeros meses de 2020 fue del 105,7% más y la masa salarial que en se pagaba en ese momento de alrededor de 230 o 240 millones de pesos por mes, en los primeros 6 meses de este año se incrementó hasta los 540 millones de pesos.
Como se ve, YCRT no produce nada más que un inmenso gasto para las arcas del Estado nacional, que solo se puede entender en el marco de un sostenimiento político e interesado de un sistema claramente improductivo, mientras desde la gerencia y la Intervención se sigue mintiendo a la opinión pública, estirando los tiempos y prometiendo una producción de la cual está muy lejos de lograr YCRT y mucho menos, de terminar la usina termoeléctrica, la cual solo podrá culminar si (como está en los planes del gobierno) le entregan la concesión a los chinos, únicos capacitados económicamente para llevar la obra a cabo, debido al enorme compromiso financiero que existe de parte de Argentina con el país asiático.
Precisamente por la falta de actividad e incumplimiento de las labores básicas, esas que dentro de YCRT son “esenciales”, es que se les congeló la Planta Depuradora y por razones similares luego se puso fuera de servicio (también por congelamiento) la usina de 21Mw, como OPI lo informó estas últimas semanas.
Mientras todo esto ocurre puertas para adentro, hacia afuera la empresa promete lo que (como siempre) está sostenido por los hilos del relato. Nada de todo lo ocurrido en medio de este crudo invierno en YCRT es casualidad; ha sido causalidad de la inacción y falta de un plan para sostener una empresa que debiera estar lanzada a un futuro productivo y no seguir siendo una carga para todo los argentinos, que no ven retribuidos sus esfuerzos.