Expertos avizoran el fin del ciclo de los hidrocarburos e incluso anticipan que dejará de ser el motor de la economía boliviana, como sucedió en los últimos años. De forma paralela señalan que es urgente que YPFB se apresure en suscribir nuevos contratos con el mercado de Brasil.
“El sector de los hidrocarburos dejará de ser el motor de la economía como fue en los últimos años e incluso puede registrar una desaceleración en el Producto Interno Bruto (PIB) de un 3% en este año”, anticipó el exministro de Hidrocarburos Mauricio Medinacelli, que participó de un webinar “Análisis de los contratos de exportación de gas natural y su proyección para el futuro de Bolivia”, organizado por la Gobernación de Santa Cruz.
El experto anticipó que a consecuencia del coronavirus los precios del gas del último trimestre van a caer. De forma paralela, los envíos de gas a Argentina y Brasil son menores a los que fueron contratados originalmente.
Dijo que de no haber tenido estas repercusiones, este año Bolivia podía haber percibido alrededor de 4.200 millones de dólares, que era un escenario ideal. Pero con un escenario con restricción de volumen con no más de 55 millones de metros cúbicos día (MMmcd), cuando debía estar por encima de 70 MMmcd, se podía haber esperado ingresos de unos 2.800 millones de dólares.
No obstante, con la Covid la demanda del energético de parte de los mercados han caído al igual que los precios, por tanto, las exportaciones descienden y con ese panorama se puede esperar recursos de alrededor de 1.600 millones de dólares por la exportación de gas natural.
“Entonces, el impacto sobre las regalías e IDH será un 60% menos, es decir que si para este año preveían recibir 100, sólo tendrán 40 de ingreso, por tanto el impacto del Covid llegará a la economía boliviana con fuerza y estresará más las finanzas públicas, que ya estaba en caída”, concluyó Medinacelli.
Entretanto, el secretario de Energía e Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, Jorge Franco, dijo que Bolivia no es nada con sus reservas de nueve trillones de pies cúbicos (TCF) comparado con lo que tiene Argentina con 500 TCF y Brasil, 800 TCF.
“Esta situación preocupa a la Gobernación de Santa Cruz, somos un país dependiente de los hidrocarburos. Si hablamos en tiempo, podemos calcular que Brasil en 2028 tendrá una producción disponible versus su consumo, eso significa que en ese año el vecino país ya no requerirá del combustible boliviano. Son ocho años que tenemos que ver realmente cómo vamos a trabajar”, indicó.
Enfatizó que en los últimos 14 años las reservas de gas no han aumentado porque no se ha encontrado nuevos campos, el último fue Incahuasi en 2004.
Por tanto, Franco remarcó que se requieren acciones inmediatas y que las autoridades del sector no pueden estar ocupadas en otras actividades ni esperar que pasen las elecciones generales.
Para el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos, el gran desafío que tiene YPFB y para el cual le queda muy poco tiempo, es saber en qué queda el contrato con Argentina, una vez finalizada la cuarta adenda a fines de este año, Bolivia podrá saber cuánto de gas le queda para negociar con otros mercados de Brasil.
“En el caso de Brasil, con la apertura del mercado se están dando diferentes contratos a los que Bolivia estaba acostumbrado, como los 20 o 30 MMmcd, ahora hay una serie de nuevos mercados y que no están vinculados a los precios del petróleo, sino a otros marcadores como el Henry Hub e incluso puede que se vincule al precio del metanol o la úrea”, evalúo.
Ante ese panorama explicó que cada uno de estos mercados que se presentan tiene la opción de comprar no sólo gas boliviano, sino gas del Presal, GNL e incluso ahora se suman los proyectos mini GNL, que son una competencia.