El sentimiento alcista en el espacio de los metales preciosos llevará los precios del oro a sus máximos históricos, de acuerdo con Citigroup, que ve el movimiento ascendente como "solo una cuestión de tiempo".
"Los precios nominales del oro ya han publicado nuevos récords en todos los demás G-10 y en las principales monedas de los mercados emergentes este año", dijeron analistas de Citigroup en un informe. "Es solo cuestión de tiempo para nuevos [máximos en términos de USD]".
El precio récord para superar es de alrededor de $ 1,920, que se alcanzó en 2011. Al momento de escribir, los futuros de oro de agosto se cotizaban cerca de los máximos de nueve años de $ 1,840.80, un aumento del 1.29% en el día.
Citi proyecta oro para alcanzar sus máximos históricos en los próximos seis a nueve meses, según el informe. Además de eso, los analistas ven una probabilidad del 30% de que el metal amarillo supere los $ 2,000 por onza en los próximos tres a cinco meses.
Los factores que impulsan el oro al alza son políticas monetarias laxas, bajos rendimientos reales y una mayor asignación al oro.
La creciente demanda de refugio seguro también continuará elevando los precios de la plata, agregaron los analistas, proyectando que el metal precioso aumente a $ 25 en los próximos seis a doce meses e incluso posiblemente llegue a $ 30 en un escenario alcista.
Al momento de escribir, la plata de septiembre subió casi un 7% en el día y cotizaba a $ 21.540 la onza.
El martes, el mercado se centra en un posible acuerdo entre los líderes de la Unión Europea para un paquete de estímulo masivo que se ocupe de las consecuencias económicas relacionadas con el coronavirus. Los mercados son optimistas de que el fondo de recuperación de 750 mil millones de euros ($ 857.33 mil millones) y su presupuesto relacionado de 1.1 trillones de euros para 2021-2027 ayudará a la economía de la UE a recuperarse después de la pandemia de COVID-19.
En los Estados Unidos, los inversores están observando cuidadosamente sus propias conversaciones de estímulo. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y otros jugadores clave, se reunirán el martes en la Casa Blanca. Se espera que los republicanos propongan un paquete de rescate de $ 1 billón, que es mucho menos que la propuesta demócrata de $ 3,5 billones.
Ámbito
DIONISIO BOSCH
Cuando más golpeados están, los “bolseros de alma”, incluso lo tradicionalmente prudentes, más arriesgan -lo suyo y lo ajeno- buscando cobrar venganza de sus errores. Así van cerrando su mirada a una inversión del 100% que les signifique la gloria o la extinción definitiva. Aquí es donde está parado hoy nuestro mercado
Uno de los axiomas clásicos de las finanzas es que el oro -esa “reliquia arcaica” para muchos analistas- no debe ser considerado como una inversión sino como reserva de valor, especialmente en tiempos de bajas generalizadas de los demás activos financieros o cuando enfrenamos un panorama inflacionario, ya que no genera nada (no hay dividendos ni intereses) y tenemos gastos (el costo de custodia).
Frente a esto y dejando de lado la cuestión del contenido informativo que pueden conllevar los precios del oro, no deja de ser interesante que, a pesar del notorio rally en las acciones de los últimos años, desde el 20 de junio de 2017 el rendimiento promedio diario del oro ha sido superior al del S&P 500 (0,0471% a 0,0454%) con una menor volatilidad (Desv.Std. 1,1215 a 1,404%) y una mejor relación riesgo retorno (Sharpe 0,019 a 0,014; Sortino 0,027 a 0,015).Claramente esto no ha sido por una cuestión de cobertura. Con una extensión de más de cuatro años, no pareciera ser una cuestión “circunstancial”.
La idea del oro solo como una alternativa de refugio, más que de inversión, viene dada por la bajísima correlación que muestra con otros activos y por sus pobres rendimientos históricos. Por ejemplo, quien hubiese adquirido una onza de oro el 19 de julio de 1920 (100 años atrás) hoy estaría ganando 8.667%, pero si compraba “un índice Dow” la ganancia seria de 29.466% (la inflación en el período fue del 1.820%). Si nos vamos más atrás, al 29/5/1896 -cuando aparece el índice DJ Industrial- ganaría 8.667% con el oro y 65.546% con las acciones. Yendo aún más atrás, digamos a 1879, el oro le dejaría 8.667%... también.
La realidad es que en los últimos siglos el precio del oro ha estado casi siempre controlado por los estados. El 30 de diciembre de 1717 sir Isaac Newton aconsejó al Gobierno británico fijar el precio del oro en £3,25, valor en que continuó hasta el inicio de la Primer Guerra Mundial en 1814. En 1792 el gobierno norteamericano lo fijó en u$s19,75, lo elevó a u$s20,67 en 1879 y finalmente Roosevelt lo incrementó a u$s35 en 1934, tras prohibir el año previo la tenencia de oro por particulares. El 17 de marzo de 1968, cuando el acuerdo de Bretton Woods empezó a “crujir”, los principales bancos centrales del mundo -cuyas monedas eran convertibles a dólares, a su vez convertibles en oro- instrumentaron un sistema dual (“two tier”) con un precio oficial para el oro monetario y otro libre para el metal en cuanto commodity. Esto no frenó las presiones sobre las reservas norteamericanas y el 13 de agosto de 1971 el presidente Richard Nixon anunció lo que se suponía una medida provisoria y no lo fue: la suspensión de la convertibilidad del dólar por oro o cualquier otra reserva.
Si bien el golpe final lo dio Gerald Ford el 31 diciembre de 1974, anulando las prohibiciones de Roosevelt (quedó una), es a partir de marzo de 1968 que podemos considerar que el precio del oro pasó a estar determinado libremente por las fuerzas del mercado y que podemos evaluar su comportamiento frente al de otros activos financieros.
Ahora el panorama cambia diametralmente. Nuestra colocación en oro nos deja en estos poco más de 52 años un rendimiento de 4.676% (7,7% anual) frente al 3.303% del S&P 500 (7% anual; no incluimos dividendos, gastos e impuestos) y el 235% del Indice General de la Bolsa porteña (2,4% al año, en dólares libres). Si bien el oro pareciera ser más “riesgoso” que las acciones (Desv.Std mensual 5,96% a 3,74%), lo que sería esperable dado su mayor rendimiento (promedio 0,79% a 0,66%), aun así, parecería haber sido una mejor alternativa de inversión (ratio Sortino 0,219 a 0,210) que los papeles de riesgo.
Claramente esto nos obliga a repensar el paradigma clásico de considerar al oro únicamente como un refugio para situaciones extremas y comenzar a mirarlo como una alternativa de inversión real, sensiblemente superior a la de muchas otras y en particular a la de nuestro mercado de capitales (en tanto y en cuanto los Estados no intenten nuevamente fijar su precio).