Con la mitad de dióxido de carbono y un 40% menos de agua
La energía eléctrica se transformó en un recurso esencial en la vida de los seres humanos. Sin eso, servicios fundamentales como establecimientos médicos, educativos o empresariales pueden ver afectado su normal funcionamiento.
Según datos aportados por el Banco Mundial, cerca de 1000 millones de personas en el mundo viven sin electricidad y cientos de millones más viven con un suministro insuficiente o poco confiable. Además, aproximadamente 3000 millones de personas utilizan combustibles contaminantes como leña u otra biomasa para calefaccionar sus viviendas, lo que trae polución del aire en grandes espacios abiertos y cerrados, que a su vez pueden redundar en impactos en la salud.
En los últimos años, la búsqueda de energías más eficientes y con menor impacto en el medioambiente está a la orden del día. El Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía -CACME-, plantea un escenario que tienda al equilibrio respetando el objetivo fundamental de lograr un balance de tres pilares: seguridad energética, equidad energética y menor impacto ambiental.
Las centrales termoeléctricas cumplen un rol fundamental en la generación de este importante recurso. El CACME establece que para modernizar este tipo de plantas es fundamental instalar ciclos combinados. Dentro de este contexto, existen centrales que comenzaron la transformación hacia este tipo de tecnología, como la Central Termoeléctrica Genelba Plus en Marcos Paz, en Buenos Aires.
Una central de ciclo abierto es una planta que produce energía eléctrica con un generador accionado por una turbina de combustión, que utiliza al gas natural como combustible principal. Una central de ciclo combinado produce energía con ese mismo proceso, pero adicionalmente aprovecha los gases de escape de la combustión para calentar agua en una caldera de recuperación que produce vapor aprovechable para accionar una segunda turbina. Esta segunda turbina, de vapor, puede accionar el mismo generador que la de gas u otro distinto.
La central termoeléctrica Genelba está ubicada en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires y pertenece a Pampa Energía. El trabajo de Techint Ingeniería y Construcción consistió en la instalación de dos calderas de recuperación de gases, un turbogenerador a gas adicional, un turbogenerador a vapor, el sistema de captación y de tratamiento de agua, torre de enfriamiento y la interconexión con el nodo de distribución de Ezeiza.
Con la finalización de la obra, que comenzó a finales del 2017, la planta entregará 380 MW adicionales de potencia a la red nacional. En el pico de obra, trabajaron más de 1500 personas de forma simultánea y, durante su ejecución, se montaron más de 8500 toneladas de equipos mecánicos y más de 260.000 metros de cables eléctricos y de instrumentación.
Las centrales de ciclo combinado producen electricidad a partir de la combustión de este material, en generadores que crean vapor de agua. Ese vapor es enviado a una turbina que impulsa un generador eléctrico para producir electricidad. El vapor de salida de la turbina de vapor se refrigera, por condensación se convierte en agua y finalmente se devuelve al generador de vapor para recomenzar el proceso.
Mientras que en las centrales convencionales, a carbón, solo se obtiene el 45% de la energía interna del combustible utilizado, en una central de ciclo combinado, a gas, se obtiene el 60% de la energía que tiene el gas.
En cuanto al impacto ambiental, las centrales de ciclo combinado emiten un 50% menos de dióxido de carbono que las plantas en base a carbón, no emiten dióxido de azufre ni cenizas y necesitan un 40% menos de aporte de agua al condensador.