El consumo de energía del sector bordeaba el 90% el 16 de junio, lo cual evidencia la recuperación de la minería a gran escala
El sector minero de Perú está convencido de que la reactivación de la economía nacional tras la crisis del covid-19 llegará aparejada del impulso de esta área.
La demanda de productos mineros peruanos y la recuperación de precios que se ha comenzado a ver en las últimas semanas configuran el momento propicio para incrementar la producción e incentivar al sector minero, acortando los plazos para obtener licencias y permisos, pues, en caso contrario, podrían postergarse proyectos que no tengan resultados tangibles en el corto plazo, dijo a BNamericas el presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Víctor Gobitz.
“Si lográramos generar incentivos de tiempo, con el concepto de silencio administrativo, y si se puede establecer un crecimiento de la industria del orden de 10%, estaríamos hablando de niveles equivalente al desarrollo de otro [proyecto de cobre de US$5.300mn] Quellaveco”, añade.
Si bien por efectos de las restricciones establecidas en Perú para frenar el avance del covid-19 las mineras mantuvieron por más de dos meses solo operaciones críticas, que las llevaría a enfrentar pérdidas en producción por alrededor de US$5.000mn, el consumo de energía del sector bordeaba el 90% el 16 de junio, lo cual evidencia la recuperación de la minería a gran escala, que en julio debería alcanzar su nivel normal de producción, según Gobitz, quien también es presidente ejecutivo del productor local de metales preciosos Buenaventura.
Para una recuperación plena de todo el sector minero, incluida la pequeña y mediana minería, así como la minería artesanal, Gobitz cree que habrá que esperar hasta 2021.
Un sistema de licencias y permisos más expeditos con aprobaciones rápidas mediante el denominado silencio administrativo para que los trámites burocráticos no entraben proyectos y darle prioridad a proyectos mineros como el de US$1.400mn Tía María son algunos de los planteamientos para reactivar la economía de la mano de la minería que presenta Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú y presidente ejecutivo del productor local de metales preciosos Buenaventura.
Pese a los efectos de la pandemia del covid-19 en Perú, cuya economía experimentó en abril una caída histórica de 40,5% en términos interanuales y que el presidente Martín Vizcarra comparó con los efectos de la Guerra del Pacífico que enfrentó al país con Chile, Gobitz ve el futuro de la minería con optimismo debido a la privilegiada geología del país, entre otros aspectos claves para el negocio minero.
Bajo este escenario, Gobitz conversa con BNamericas sobre la situación actual y los retos de la minería en Perú.
Esta es la segunda parte de la entrevista con Víctor Gobitz. Para acceder a la primera haga click aquí.
¿A qué proyectos el gobierno debería prestar atención para que puedan salir adelante en lo que resta del año?
Es evidente que Tía María es el primero en el que debe enfocarse, pero además hay proyectos que en su momento estuvieron muy maduros y que obviamente van a requerir actualizar la información técnica y financiera como Minas Conga, Galeno, Michiquillay, Río Blanco y Quilish, todos en el norte de Perú.
Son proyectos que en su momento estuvieron muy maduros, en el nivel que ya alcanzó Tía María, pero tuvieron problemas sociales y se detuvieron.
También tenemos que lograr también que Quellaveco y Mina Justa se restablezcan a plena capacidad de construcción.
¿En qué aspectos debería enfocarse el gobierno para que la minería ayude a reactivar la economía?
El país necesita crecer para generar empleo y debe enfocarse en toda la oferta exportadora que tiene fortalezas como la de los sectores agroindustrial, textil, pesquero, forestal-maderero y, obviamente, el sector minero.
Hay que impulsar estos sectores, simplificar los trámites sin cambiar los estándares.
En la agroindustria hay dos proyectos de riego muy importantes: Chavimochic 3, en el norte, y Majes Siguas [II], en el sur, que son claves para ampliar la frontera de exportación.
Obviamente en la industria minera hablamos de niveles de inversión de miles de millones de dólares y debe haber un respaldo político para proyectos de gran dimensión, como el caso de Tía María, que además de producir cobre posibilitará una mejor infraestructura pública para el entorno y habrá mejores ingresos para la población local.
Queremos dar un mensaje a la comunidad nacional e internacional: hay que mirar la crisis como una oportunidad. Como se dice en el fútbol, la pelota está para patear el penal y no hay arquero.
¿Cómo se logra incentivar al sector minero para que no postergue inversiones?
Se requiere un sistema de licencias y permisos más expeditos.
Hemos estado hablando en las últimas semanas sobre el silencio administrativo positivo, que quiere decir que sin cambiar ningún estándar laboral o ambiental las empresas puedan presentar proyectos de expansión o modernización y, si en un período corto el Estado o los organismos de fiscalización no se pronuncian, se aprueba.
Podría haber la oportunidad de que las empresas mineras amplíen su capacidad de producción en diversas minas bajo un mecanismo de aprobaciones rápidas.
Poniéndolo en contexto: Perú produce 2,5 millones de toneladas de cobre al año y somos su segundo productor a nivel mundial. Si lográramos generar incentivos de tiempo, con el concepto de silencio administrativo, y si se puede establecer un crecimiento de la industria del orden de 10%, estaríamos hablando de niveles equivalente al desarrollo de otro Quellaveco. De esa magnitud son los cambios que se pueden lograr con un cambio en el enfoque de los permisos.
¿Cuánto demora en promedio la obtención de permisos para proyectos?
Depende de cada proyecto. Por ejemplo, si uno habla de una modernización o expansión se requieren seis a ocho meses.
Siguiendo la lógica del negocio, si uno sabe que las postergaciones van a impactar en términos de empleo, hay que buscar la forma de incentivar a la industria, más aún tomando la demanda creciente de los metales que Perú produce.
El cobre, la plata, el estaño, el mineral de hierro, el zinc y todos los minerales que Perú produce tienen demanda y los precios han comenzado a recuperarse. Hay que aprovechar esa situación para dar impulso, incrementar la producción e incentivar al sector minero acortando los plazos para obtener licencias y permisos
Todo el mundo está golpeado por la pandemia, pero ¿qué puede ofrecer Perú ahora para captar mayor inversión extranjera para el sector minero, sobre todo para exploración?
Somos un país con una geología excepcional, tenemos mano de obra calificada, gente que conoce el negocio, centros de formación, proveedores de bienes y servicios y contratistas especializados. Tenemos todo un ecosistema que permite hacer y desarrollar el negocio minero.
¿Por qué no se logra sacar adelante los proyectos mineros importantes?
Tenemos organizaciones políticas demasiado fraccionadas, no solo en el Parlamento sino también a nivel local, y eso genera caudillos locales que no tienen una visión de largo plazo ni una visión integral del país; este es un desafío que tenemos como país.
Mientras haya personas que estén pensando en la siguiente elección y en su popularidad tenemos un problema serio.
En el largo plazo tenemos que trabajar para que nuestro sistema político sea más maduro, para tener pocos partidos políticos y que sean más responsables con el país.
Soy optimista de que en la próxima elección [en 2021] tengamos un gobierno que tenga más respaldo político en todo el territorio peruano para que pueda tomar decisiones trascendentes para el país.
¿Cree que la minería peruana puede volver a recuperar el auge que tuvo hace 20 años?
Creo que sí. Como le decía, Perú tiene un potencial de crecimiento muy importante, tenemos una ubicación geográfica excepcional porque somos un hub natural de acceso tanto a Estados Unidos como a China. Tenemos, luego de Chile, las reservas más importantes de cobre y, después de México, las segundas mayores reservas de plata. Tenemos una serie de ventajas y posibilidades que me hacen mantener optimista sobre la recuperación de Perú y la actividad minera.
A causa de las restricciones por el covid-19, las mineras que operan en Perú mantuvieron por más de dos meses solo actividades críticas en sus operaciones, pero, a partir de mayo, la minería a gran escala comenzó una reactivación progresiva.
En diálogo con BNamericas, Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Perú y presidente ejecutivo del productor local de metales preciosos Buenaventura, estima que la pérdida de producción del sector minero podría ser de unos US$5.000mn, por lo que el principal objetivo de las mineras es por ahora lograr recuperar los niveles de producción que tenían antes de la pandemia.
¿Cómo está en este momento el sector minero peruano?
En la fase 1 de reactivación, que se inició en mayo, se autorizó el reinicio de la gran minería. A esta pertenecen todas las operaciones con capacidad mayor que 5.000t/d y fundamentalmente toda la minería de cobre y una parte importante de la producción de oro.
En la fase 1 básicamente se reinició la minería del cobre, y se estima que a fines de junio o inicios de julio estará recuperada su capacidad de producción.
¿Ya retomaron las operaciones todas las empresas grandes o falta alguna?
Todas han reiniciado sus operaciones, pero este es un proceso progresivo de producción porque hemos tenido un período importante de suspensión de operaciones.
He tenido la oportunidad de ver un reporte de consumo de energía del sector minero al día 16 de junio que dice que ya estamos al 90%, lo cual confirma que paulatinamente se está recuperando el nivel de producción minera.
¿Qué se puede esperar de la fase 2 del plan de reactivación que partió en junio?
Básicamente es el pase para el reinicio de la mediana y pequeña minería y de la minería artesanal.
Fundamentalmente son operaciones subterráneas, operaciones más intensivas de mano de obra; por lo tanto, vamos a ver una recuperación un poquito más lenta que la minería de tajo abierto.
Si uno ve el comportamiento del virus, se encuentra con zonas en que los niveles de contagio son muy bajos como en las áreas altoandinas. Hay lugares como Cajamarca que tienen un nivel muy bajo de contagios, pero hay regiones vecinas como Lambayeque, La Libertad o Piura que presentan niveles muy altos de contagio, y hay una parte importante de la fuerza laboral que viene de estas regiones.
En la minería que es más intensiva en mano de obra vamos a ver que la posibilidad de regresar a la capacidad de producción previa puede tomar un poco más de tiempo porque tener la fuerza laboral completa depende del origen de residencia de los trabajadores.
¿Cuánto afectaron económicamente los más de dos meses de confinamiento y paralización al sector minero?
En números gruesos estamos hablando más de US$5.000mn en pérdida de producción. Es importante decir que durante el período de cuarentena la industria logró realizar trabajos esenciales, que han permitido mantener la operatividad de las minas, lo cual es muy importante, pues en las minas subterráneas, si no se hace sostenimiento, los túneles pueden colapsar. También hay que drenar permanentemente la mina para que no se inunde, hay que tratar esas aguas para no impactar el ambiente, hay que hacer siempre trabajos de estabilización en algunos taludes. Se ha mantenido una serie de trabajos para no perder la operatividad de los negocios y eso ha ayudado a que los procesos de reinicio sean bastante más cortos.
No hay que perder de vista que hay más de 60 días perdidos, tiempo que no se recupera y eso ha tenido un impacto financiero muy importante en todas las empresas.
¿Esa recuperación del nivel de producción se verá para fines de año o antes?
Va a ser antes porque tenemos la necesidad de que la salud financiera de las compañías mejore. Yo estimaría que la gran minería debería estar alcanzando su plena capacidad en el mes de julio, pues es más intensiva en equipos y menos en mano de obra, que puede aún estar impactada por el virus.
En la mediana y pequeña minería y la minería artesanal va a tomar más tiempo y podríamos hablar de agosto para retomar los niveles de producción.
¿Cuándo se podría ver ya la reactivación plena del sector minero?
Yo la veo más hacia el año 2021 porque la prioridad es reforzar la salud financiera que se ha perdido. Todos hemos perdido mucho dinero en este período y la forma de recuperarlo es vía mayor producción.
Además de los planes de producción, las empresas tienen planes a largo plazo vinculados a la exploración, modernización y eventualmente a la expansión. Son proyectos con desembolsos de caja para financiar proyectos de larga vida que no tienen resultados tangibles en el corto plazo. Aquellos proyectos de modernización o expansión que se pueden postergar se aplazarán en 2020 porque todos estamos impactados financieramente por la cuarentena.
¿Podría citar algún ejemplo?
Yo prefiero dejarlo en general, pero ahí va la propuesta: si el gobierno entiende la lógica con la cual se manejan los negocios, una manera de incentivar para que no haya postergaciones que puedan impactar en el empleo sería generar incentivos para que las mineras, a la par que recuperan su nivel de producción, logren tomar el riesgo de continuar con los proyectos.
¿A qué tipo de incentivos se refiere?
Impulsos para incrementar la producción, facilitando y acortando los plazos para obtener licencias y permisos. Esa es una discusión que tiene que darse porque es la manera de generar empleo y de incentivar a la industria y a la economía general del país.
¿Cuál es el peso que tiene en este momento la minería a gran escala dentro de todo el sector minero?
En la gran minería se emplean aproximadamente 68.000-70.000 personas, con eso me refiero a los que trabajan en las minas, que son los que hacen el trabajo productivo directo.
Todo el sector minero tiene una fuerza laboral de 210.000 personas, es decir, la gran minería emplea alrededor de un tercio de la fuerza laboral del sector, mientras que la pequeña y mediana minería emplea los restantes dos tercios.