La geopolítica influye fuertemente en quién se beneficia más de las ventas o de los precios favorables
Después de años de cifras de crecimiento impresionantes, el mercado mundial del gas ha sido golpeado por una tormenta perfecta. Dos inviernos suaves consecutivos en el hemisferio norte, almacenamientos relativamente llenos y el brote del nuevo Coronavirus están deprimiendo la demanda y los precios. El insaciable apetito de China, sin embargo, es un punto positivo para los productores de energía, ya que el país está captando cargas baratas.
El temprano brote del nuevo Coronavirus y la recuperación económica de China han aumentado las importaciones de energía. Los precios ultra bajos son una oportunidad para ampliar las reservas estratégicas de petróleo del país asiático. Además, la demanda de gas natural también ha sido fuerte a pesar de la reactivación temporal de la industria nacional del carbón de China para impulsar la recuperación económica. Los productores de gas natural licuado tienen grandes esperanzas en la capacidad y la voluntad de Beijing de absorber parte del exceso de energía que flota en los océanos del mundo.
La geografía de China favorece el abastecimiento de gas natural por múltiples rutas. La proximidad de países ricos en recursos, como los de la región de Asia central, ha dado lugar al desarrollo de una amplia infraestructura de gasoductos. Estos activos tienen la ventaja de ser relativamente baratos para cada unidad de energía transportada. Sin embargo, el carácter fijo de los gasoductos significa que los productores y los consumidores están vinculados entre sí durante toda la vida útil de la infraestructura. Por lo tanto, los contratos inflexibles a largo plazo son la norma.
Las importaciones de GNL, por el contrario, gozan de una gran flexibilidad cuando los contratos spot son más comunes. Sin embargo, los precios más altos en comparación con el gas por gasoducto significan que los compradores suelen considerar el GNL como una segunda opción en un mercado muy desarrollado como el de China. Sin embargo, las épocas inusuales conducen a resultados inusuales.
El descenso sin precedentes del mercado mundial del GNL ha hecho bajar los precios de manera significativa. Los productores de Asia central, por el contrario, no tienen litoral y, por lo tanto, están relativamente aislados de las grandes oscilaciones de los precios. Además, Beijing emitió una declaración de fuerza mayor y redujo las importaciones de Asia central, aunque los compradores tienen obligaciones contractuales. En cambio, parte del gas ha sido sustituido por el GNL debido a la diferencia de precios favorable. Los proveedores han utilizado tácticas agresivas para colocar su producto en el lugar correcto, lo que se ve favorecido por los precios ultra bajos y la naturaleza flexible de los camiones de GNL.
La depresión de los precios de la energía es devastadora para los productores de energía. El mercado actual, sin embargo, es un momento raro para que los compradores aprovechen la situación favorable. Aunque es más difícil y más caro almacenar grandes cantidades de GNL durante un período prolongado en comparación con el petróleo, los compradores chinos están almacenando cargas.
Antes de la pandemia mundial, se esperaba que China ocupara el lugar del Japón como el mayor importador de GNL del mundo alrededor de 2025. La continua caída económica del Japón y la reactivación económica de China han acelerado esa previsión hasta 2022. Según Carlos Torres Díaz, Jefe de Investigación de Mercados de Gas y Electricidad de Rystad, “con la expansión de la capacidad de regasificación de China este año y la recuperación acelerada existe el riesgo de un aumento de las importaciones a partir de este año”.
El mercado mundial del petróleo y el gas no está dominado únicamente por factores económicos. Mientras que la oferta y la demanda fijan el precio correcto, la geopolítica influye fuertemente en quién se beneficia más de las ventas o de los precios favorables. Tras décadas de crecimiento económico vertiginoso, China se ha convertido en el mayor importador de petróleo y gas natural del mundo. Esto le da al país un tremendo poder en el escenario internacional.
Aunque se está gestando una nueva guerra fría entre los EE.UU. y China, la importación de GNL estadounidense ha aumentado constantemente desde el levantamiento de las medidas contra el coronavirus en marzo. Tradicionalmente, Qatar y Australia han sido las mayores fuentes de GNL para la China continental. Los problemas políticos de Canberra con Beijing podrían ser la causa de la caída de la cuota de mercado en mayo.
Al mismo tiempo, otros exportadores han puesto sus ojos en el lucrativo mercado chino. Moscú tiene grandes esperanzas en su sector del GNL, con el presidente Putin de Rusia declarando que su país puede y se convertirá en el mayor productor del mundo.
Novatek de Rusia ha establecido un nuevo récord con su decisión de que su buque de GNL a prueba de hielo zarpe hacia China desde la ciudad ártica de Sabetta. Normalmente, los barcos sólo viajan a Asia durante el período de verano, pero el primer cargamento de este año está dos meses adelantado. El calentamiento global y los modernos rompehielos están abriendo vías marítimas que están cubiertas de hielo. Para continuar esta tendencia, los astilleros rusos Rosatom y Zvezda han firmado un contrato para el rompehielos nuclear más grande del mundo que entrará en funcionamiento en 2027. Los nuevos barcos abrirán la ruta oriental hacia China en el Ártico durante todo el año.
Hay suficiente gas natural en el mundo para 52 años basado en el nivel de consumo actual y excluyendo las reservas no probadas. Esto significa que la mayoría de los productores se enfrentan a una carrera contrarreloj para extraer y vender tanto como sea posible antes de que los combustibles fósiles sean eliminados permanentemente. Por lo tanto, es de esperar que la influencia de los compradores chinos aumente, ya que el país mantendrá su posición como el comprador más importante del mundo en el futuro previsible.
