Los ingresos aumentaron un 4%, a US$ 692.000 millones.
Según el informe “Mine 2020” de PwC, las 40 principales compañías mineras de todo el mundo todavía están sobreponiéndose a la crisis generada por COVID-19, pero deberían aprovechar su relativa estabilidad para adoptar estrategias tendientes a mitigar los riesgos económicos y sociales.
Los pronósticos sugieren que las consecuencias que sufrirán las grandes mineras en las ganancias ante intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA) será leve (aproximadamente del 6%) y ello es consecuencia de un sólido rendimiento financiero en 2019, período en el que los ingresos aumentaron un 4% a US$ 692.000 millones y la capitalización de mercado se incrementó un 19% a US$ 898.000 millones (a pesar de que desde ese momento se redujo a US$ 752.000 millones, al 30 de abril de 2020). Por lo tanto, el informe permite considerar que el escenario de estas empresas es consistente, resiliente y con suficientes recursos para superar la incertidumbre económica generada por COVID-19.
Aun con esta perspectiva positiva también debe considerarse que las mineras tendrán que adaptarse a los impactos a largo plazo teniendo en cuenta la posibilidad de reducir el riesgo de las cadenas de suministro críticas e invertir más en las comunidades locales. Un cambio hacia la concentración regional de las cadenas de suministro en pos de transacciones más pequeñas en mercados locales, al igual que diferentes formas de interacción con la comunidad.
Leonardo Viglione, socio de PwC Argentina líder de la Industria Minera comenta, “Situaciones excepcionales como las que estamos viviendo claramente harán replantear las bases fundacionales de los negocios tal como los hemos conocido hasta el momento. Industrias como la minera cambiarán seguramente de manera que hace algún tiempo atrás creíamos impensada, pero los fundamentos de eficiencia, rentabilidad, adecuado uso de los recursos, sostenibilidad, licencia social y relaciones con las comunidades, se mantendrán y es en lo que la industria seguirá trabajando para su evolución futura”.
De acuerdo con el informe, la inversión de capital aumentó 11% a US$ 61.000 millones en el ejercicio 2019. PwC prevé que la inversión de capital se ralentizará en 2020, lo que liberará flujos de efectivo y dará a las mineras la posibilidad de pagar dividendos si decidieran hacerlo. A su vez, no se espera que se celebren muchas transacciones significativas debido al aumento en la incertidumbre económica y las limitaciones prácticas de las inspecciones y visitas en el lugar. Sin embargo, las condiciones actuales les facilitan a las principales compañías mineras la posibilidad de capitalizarse con adquisiciones más pequeñas en sus mercados locales.
El valor comercial de las transacciones significativas de oro alcanzó un total de US$ 19.200 millones en el ejercicio 2019. Probablemente, las transacciones de este sector no vuelvan a ser de la misma dimensión ni volumen que en años recientes.
En la actualidad, sólo el 12% de los CEOs de las compañías de minería y metales están extremadamente preocupados por la seguridad informática (menos que en el ejercicio 2018, donde esta variable era de 21%, y 14% en el ejercicio 2019). Sin embargo, “Mine 2020” señala que se cuadruplicó la cantidad de violaciones de seguridad informática denunciadas entre las compañías del sector durante un período similar.
Si bien el sondeo determinó que la mayoría de las grandes mineras avanzan en la dirección correcta respecto del informe de cuestiones de medio ambiente, sociales y de gobierno corporativo (ESG), algunas tienen un mejor desempeño que otras. Sólo 11 de las 40 principales (28%) establecen objetivos y compromisos públicos de ESG, presentan regularmente informes al respecto y relacionan el buen desempeño ejecutivo y gerencial con alcanzarlos.
"¿Cómo deberían unirse las mineras para asumir el manejo colectivo de ESG y aceptar la responsabilidad y transparencia necesarias que garantizarán que toman estas cuestiones con seriedad? Es un buen momento para que elaboren un estándar global común destacando los elementos que constituyen la actividad minera responsable y cómo informar su desempeño al respecto". Cuantas más compañías puedan demostrar que cumplen con las expectativas de los “stakeholders”, más se beneficiará el sector a través de una aprobación social sólida y la capacidad de atraer capital de mejor calidad", finaliza Leonardo Viglione.