BETY MÁRMOL
Allá por fines de diciembre escribí una nota que hablaba del agua como mercancía. El pueblo había ganado las calles embanderando el cuidado de un recurso que en Mendoza se desperdicia más de lo que se debe, obedeciendo obstinadamente a la sostenibilidad de un modelo económico fallido e hipócrita que rehúsa admitir la diversificación de la matriz productiva provincial.
Ahora otra vez el agua, pero no porque esté en “peligro” sino porque su aprovechamiento por parte de Mendoza asusta a otras provincias aliadas al Gobierno Nacional, a las que se las escucha sin un ápice de pensamiento crítico o, lo que sería peor, visualizando la posibilidad de siempre sabotear lo que signifique reparto de poder en un país que se pretende republicano y federal.
Portezuelo del Viento, en este contexto de crisis, promete ser probablemente la única megaobra de infraestructura que se realice en varios años. No es una obra nueva, desde hace cuarenta años se estudia la necesidad del aprovechamiento de las aguas del Río Grande, el más caudaloso de la Provincia.
Todo estaba listo, todo en el marco de la Ley; pero La Pampa levantó nuevamente la voz ante la Nación por el reclamo de las aguas que “Mendoza le quita”. Argumentan que la experiencia con el Atuel no fue buena y creen que con el Río Colorado, del cual el Río Grande es su principal afluente, va a pasar lo mismo.
Contribuyó a este fantasmita el hecho de que un funcionario mendocino de tercera línea (pero con mucho poder y contactos) andaba armando una consultora para asesorar a las empresas que pretendían participar de la obra pública. Un papelón que le salió barato al funcionario en cuestión porque sólo se le pidió la renuncia cuando debería habérsele iniciado un juicio. Ahora que no está en funciones puede seguir con la consultora. Un señor vinculado a Odebrecht y que hizo su parte en el tema Potasio Río Colorado. ¿Por qué no se lo investiga más? Porque puede salpicar al peronismo más que al radicalismo, aunque fue Subsecretario de Infraestructura de Martín Kerchner (ahora en el directorio de YPF). Sigo más adelante con esto.
La situación me recuerda algunas apreciaciones de mi abuelo cuando yo, siendo una púber, decía lo que iba a hacer cuando fuera grande. “Todo muy lindo pero primero tenés que estudiar, después trabajar para ganarte la vida y después pensar en que cuando yo me muera y tu papá se muera vos vas a tener una linda herencia para disfrutar”.
La Pampa, al lado de Mendoza, es una puberta en plena explosión hormonal. Mientras Mendoza fue fundada en 1561, La Pampa era parte de una masa de “Territorio Nacional” llena de aborígenes guerrilleros de todas las tribus, a los que recién Roca pudo amansar para que dejaran de invadir Buenos Aires para robar vacas y caballos. Para entonces, San Martín ya había cruzado los Andes por Mendoza, había liberado Chile y Perú; y la Confederación Argentina ya tenía hasta Constitución.
La Pampa tiene, según el último censo, poco menos de 400.000 habitantes en una extensión de 143.500 km2, que le da una densidad poblacional de 2,43 h/km2, ubicándola en la segunda menos poblada del país, atrás de Santa Cruz. Sus actividades económicas son variadas aunque principalmente se dedica a la industria agroganadera y textil. Aporta el PBI nacional poco más de 5.100 millones de pesos.
Mendoza es apenas más grande, con una superficie de 148.800; pero tiene una población de 1.886.000 habitantes, elevando la densidad poblacional a 12.26 h/km2 y colocándola en la quinta provincia más poblada del país. La actividad económica principal es el turismo y la industria petrolera, aunque hay un par de oasis agrícolas. El aporte mendocino al PBI es de casi 20.000 millones de pesos, representando el 3.7% del mismo.
La idea de estos datos no es entrar en comparaciones sobre quién necesita más el agua del Colorado pero el tema es más amplio. La represa Protezuelo del Viento no será la única sobre la cuenca.
El dique Casa de Piedra se encuentra kilómetros más abajo que el punto cuatripartito de límites interprovinciales que divide el Colorado en el los 38º de latitud sur y los 68º de longitud oeste. Casa de Piedra se encuentra en la localidad pampeana de Puelén. Kilómetros más abajo se encuentra Salto Andersen, una represa con central hidroeléctrica dentro del territorio de Río Negro. Sobre Neuquén se han realizado canalizaciones de agua del Colorado para ser aprovechada en la industria petrolera de Catriel y 25 de Mayo. También se realizó una importante obra consistente en un acueducto de 265 kms para llevar agua hasta Bahía Blanca y 16 poblaciones más y tienen un segundo acueducto desde Santa Rosa (su capital) hasta General Pico.
El Río Grande no es el único que abastece la cuenca del Colorado, sino que el Desaguadero le aporta un gran caudal. El punto de conexión del Colorado con el Desaguadero está en Curacó, La Pampa.
¿Cuánta más agua necesita La Pampa para escurrir entre sus humedales y filtrar para el riego agrícola? ¿Cuánta más agua necesitan beber las vacas? ¿No necesitan electricidad para la industria láctea y textil? ¿Cuántas obras de ingeniería hidroeléctrica ha planteado? ¿De cuánta mano de obra dispone para construir esas obras?
No sean hipócritas y dejen de usar el agua como excusa para negociar cuestiones políticas, haciendo del Atuel una alegoría fantasmagórica que no sólo permite el desarrollo de un oasis bastante productivo para su cuenca sino que Mendoza se ha encargado de optimizar, incluso, para abastecer de agua a poblaciones pampeanas de las que su gobierno apenas se ocupa.
Pasado el susto de la pandemia, ahora el tema son los recursos y pareciera que las otras cuatro provincias que forman parte de la cuenca se dieron cuenta de que la construcción de la represa Portezuelo del Viento no sólo dará trabajo a miles de familias mendocinas sino que Mendoza cobrará regalías por la distribución energética que la central aledaña volcará al Sistema Interconectado Nacional.
Mendoza sabe de agua y por eso la aprovecha. El agua no es de Mendoza, pero Mendoza la necesita y la cuida no sólo para sí sino para todo el país. La energía hidroeléctrica es limpia y renovable, en un mundo que está cambiando su perspectiva respecto del aprovechamiento de los recursos y el cuidado del medioambiente, el aporte de Mendoza a este proceso es vital con Portezuelo del Viento como obra estratégica.
La Pampa se queja en la Corte y pide a la Nación pero no propone nada porque de energía no sabe nada. Mendoza hace, no se queja y no pide. Resulta que hay que estar consultándole a la bebota de la cuenca lo que la abuela necesita hacer para que funcione el aire acondicionado en la Quinta de Olivos y no se caigan las sesiones virtuales del Congreso Nacional (alto antro de transa democrática y participativa en nombre del pueblo).
Asistimos a un momento en el que el primer mandatario nacional se esmera en decir que gobierna con los veinticuatro gobernadores, como si pudiera hacerlo sin ellos y respetar al mismo tiempo la Constitución Nacional.
El federalismo es el concepto que ha servido, desde la firma del Pacto de San Nicolás a la fecha, para justificar que el 30% de la población argentina se aglomere alrededor de un puerto en donde sólo se cobran impuestos por lo que entra y sale. Eso que sale se produce en el interior del país, que abastece también a ese conglomerado urbano que es siempre una bomba de tiempo en cuanto a estallidos sociales, punteros políticos, narcotráfico y ahora, pandemia.
Del otro lado, casi a la misma latitud se encuentra el principal paso internacional del país que conecta directamente el corredor bioceánico Aconcagua con el puerto de Valparaíso: Los Libertadores, espacio estratégico para el comercio de todo el cono sur americano.
Desde que Chile abrió su economía hacia el pacífico, Los Libertadores fue un paso obligado para la entrada de los productos asiáticos hacia el interior del país, Paraguay, Brasil y Uruguay. Mendoza cobró especial protagonismo para los objetivos del Mercosur. Pero a Mendoza no le queda mucho de lo que se cobra la Aduana en Libertadores, aunque el paso de transportistas y turistas ha consolidado el turismo y un fuerte puerto seco en materia de importaciones y exportaciones.
Que Mendoza y la Nación tengan el mismo color político favorece algunos acuerdos en materia comercial y de obra pública, aunque esos acuerdos a veces resulten “no positivos”. Cuando oficialismo y oposición se invierten en la Provincia y la Nación, los legisladores nacionales se confunden, no saben de qué lado tienen que estar y las operaciones políticas empiezan a hacer “agua” de un lado y del otro. El Congreso es el escenario de transacción y los legisladores más que representantes democráticos son títeres del gobernador o del vicepresidente. También puede pasar que algunos gobernadores sean títeres del gobierno nacional y los legisladores oficien de agentes del caos cirquero que entretiene a periodistas mercenarios que se codean con esa cerecita de la torta del poder.
¿Alguien quiere por favor pensar en los habitantes de Malargüe? Los han condenado a ser una comarca chivera, sin considerar la importancia estratégica de la industria petrolera. Mendoza cobra las regalías por el petróleo que se extrae en Malargüe y en la ciudad cabecera del departamento no tienen ni cloacas.
Será que si Malargüe repunta en San Rafael no queda nadie para trabajar las viñas de Don Bianchi y van a tener que compartir el turismo del oasis del Atuel con el del Pehuenche.
¿Ustedes imaginan en lo que se convertiría Malargüe con Portezuelo del Viento y lo que ya sería si la corrupción peronista no hubiera tirado por tierra la inversión de VALE en la mina de Potasio más grande de Sudamérica?
Malargüe tiene la potencialidad de convertirse, sin mucho esfuerzo, en el segundo polo poblacional y productivo de la Provincia, con industria, turismo, energía y paso internacional. Pero ahí están, sin posibilidades de levantar la cabeza porque el feudo sanrrafaelino rosquea para mantenerse como el “corazón del sur”.
San Rafael actualmente produce el 85% de la energía hidroeléctrica provincial, con ocho de las trece represas que hay en Mendoza. Con Portezuelo del Viento, Malargüe con una sola represa generará el 20% de la energía hidroeléctrica que San Rafael produce con ocho. La Provincia se volverá verdaderamente soberana en materia energética y además volcará el sobrante al Sistema Interconectado Nacional.
Mendoza es una potencia hidroeléctrica, por terrenos y por su deshielo. Impedir ese desarrollo por miserias políticas no sólo es injusto sino anticonstitucional, propio de patanes que gobiernan como patrones o patronas de estancia.
El gobierno nacional anunció el “salvataje” de una empresa nacional, para hacerse cargo de la deuda a los acreedores nacionales y evitar que miles de familias queden sin trabajo o, peor, que el mercado de granos se concentre o quede en manos de empresas extranjeras. “Soberanía alimentaria” es la bandera que levantan para que parezca patriótica la gesta. Esa bandera la enarbola una mendocina que nada tiene que ver con los recursos de Santa Fe pero que sirve a los intereses de un sector político que entiende al Estado como la madre de todos, una vaca Lola con una teta enorme de la que se prenden fundamentalmente los políticos y al resto del pueblo le llegan unas pocas gotas de la enorme billetera inflada por el Banco Central.
“Soberanía alimentaria” dice la mendocina sin hablar de que Mendoza tiene que importar aceitunas para fabricar aceite de oliva porque la industria inmobiliaria erradicó miles de hectáreas de olivares para construir barrios privados. Ella, desde la comodidad de uno de esos barrios maipucinos donde tiene su casa, habla de soberanía alimentaria. Vergüenza.
¿Qué hace la mendocina defendiendo derechos de los santafesinos y descuidando la defensa de los intereses de quienes la votaron (espero que ya por última vez)? Levanta la bandera de la soberanía alimentaria con una liviandad fenomenal y se olvida de la soberanía energética.
Quizás están ganando tiempo. ¿Para qué? Resulta que IMPSA compró el pliego para la licitación de Portezuelo. Allá por setiembre de 2014 el Estado Nacional hizo un “salvataje” de Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima para evitar la quiebra, pero no al estilo Vicentín sino de una manera mucho más laxa. ¿Por qué llegó IMPSA a esa situación? Porque en las licitaciones de las principales obras de infraestructura del país se benefició a las empresas chinas asociadas a Electroingeniería y Cristóbal López. A IMPSA le tocaba construir turbinas para los parques energéticos de la Patria Grande Bolivariana. ¿En qué consistió aquel “salvataje”? En otorgar subsidios de recuperación productiva (REPRO) y pagarle a los trabajadores una suma mensual de 2000 pesos (unos 500 dólares de entonces). ¿Por qué? Porque los principales deudores de IMPSA eran el gobierno venezolano y brasileño. Un escándalo que le explotaba en las manos a Cristina y Paco en plena campaña electoral.
Pienso, quizás me abruma la imaginación pero, ¿y si se está negociando la licitación para que la gane IMPSA? ¿Y si Vicentín fue la piedra fundamental para que, luego de darle a IMPSA la construcción de Portezuelo del Viento, se retome el temita del salvataje de 2014 y ahora hacer una intervención sobre la utilización de los subsidios Repro y las ganancias e inversiones de la empresa de la cual el Estado Nacional tiene el 30% de acciones? ¿Van a llamar a eso soberanía energética? Sería muy natural puesto que YPF, así como tiene un departamento de agro podría tener un departamento hidroeléctrico, luego tendrá uno de bioquímica y quizás hasta se ponen a fabricar barcos en La Rioja… No sé… la imaginación no tiene límites y estos muchachos y muchachas siempre están un paso adelante en la evolución de los negociados.
Quizo ser gobernadora, no le salió. Rosqueó que el peronismo mendocino le votara la modificación de la ley 7722 a Suárez, luego le dio la espalda cuando vio que la gente salió a la calle. Ahora anda salvando empresas por ahí y se hace la desentendida en este tema por demás caro a los intereses de Mendoza. Es legisladora nacional y, junto a varios buitres más de la democracia representativa, usan los recursos naturales como moneda extorsiva para negociar los acuerdos de la Nación con la Provincia según sea quién gobierna y los acuerdos bilaterales que ese otro tenga con otras potencias extranjeras.
Si Suárez consigue iniciar Portezuelo del Viento y darle trabajo directo e indirecto a 15.000 mendocinos, habrá logrado lo que ningún gobernador pudo desde Lafalla hasta acá. Por otro lado, el anterior gobernador está haciendo mucho ruido en el Congreso. Los peronistas mendocinos saben que si Cornejo no se amansa y a Suárez le sale la modificación de la Constitución y el inicio de Portezuelo del Viento, en Mendoza el peronismo va a seguir sin ganar elecciones por largo rato. Entonces una llamadita por teléfono a los compañeros del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO) les refresca la memoria a unos y a otros.
El dinero de Portezuelo del Viento no es una dádiva, no es un préstamo, no es del Gobernador ni de la piba de Godoy Cruz. Es dinero que se le debe a Mendoza por regalías mal liquidadas y una promoción industrial en provincias aledañas que afectó a la nuestra. Mendoza ganó un juicio y lo pretende cobrar para construir una represa, dar trabajo a su gente y energía al país, no para fugarlo en la bicicleta financiera y sostener el megaestado con los intereses del dólar blue y comprando deuda.
Se opusieron al desarrollo minero por el miedo a la contaminación del agua. Millones en la calle defendiendo un recurso que, en el 50%, se pierde por infiltración de riego y no levantan la voz para luchar por una represa que lo cuide y lo aproveche. Será que en Malargüe no hay viña, que no hay ciruelas, que no hay papas. Será que Malargüe está muy lejos. Hipócritas.
Argentina es el tercer mercado eléctrico de América Latina, después de Brasil y México. La matriz energética argentina se divide en un 67% de combustibles fósiles y un 27% en hidroléctica; el 10% restante es energía nuclear y otras sustentables. De este 10% de renovables, Mendoza produce el 50%.
Mendoza no es un oasis. Mendoza tiene agua porque se hicieron obras para canalizarla y utilizarla. Mendoza produce energía y va a la vanguardia de la energía renovable ampliando centrales como Valle Grande y Anchoris y pretendiendo ampliar su capacidad al 100% con Portezuelo del Viento.
En tiempos de crisis los recursos siempre son escasos. Nos encaminamos a las elecciones de medio término y la crisis económica hará tambalear las estructuras de poder. Suárez fue por la minería como alternativa al desarrollo de la matriz energética y casi lo linchan. Cedió porque la oposición le dio vuelta la cara ante el reclamo popular. Anabel Fernández siempre se mostró prominera, pero la necesidad de que la Ley de triple emergencia se aprobara en el congreso pudo más.
Ahora Suárez va por la modificación de la Constitución y curiosamente se vuelve atrás con la construcción de Portezuelo del Viento. De las cinco provincias de la cuenca la única que tiene un color político diferente al de la Nación es Mendoza.
¿Qué quieren las demás provincias? Claramente regalías energéticas porque agua no les falta. ¿Qué quieren en Buenos Aires? Quitarle poder a Suárez y callar a Cornejo. Sabotear Portezuelo es quitarle a Mendoza una fuente de trabajo crucial en este contexto de crisis, de aprovechamiento de recursos naturales renovables, de generación energética limpia y necesaria, y disminuir el importante lugar que ocupa Mendoza en el desarrollo de una nueva matriz productiva que vaya a la vanguardia de lo que necesita el país para su progreso: trabajo e industria.
Por un pedazo en la torta del poder ahora quieren “revisar” lo que ya se ha evaluado hace décadas. Esperemos que la Fiscalía de Estado no haga la gran Poncio Pilatos, como hizo con la reelección de los intendentes, y plantee cobrar ese dinero que la Nación le adeuda a Mendoza para algo diferente a construir Portezuelo del Viento; así se quedan tranquilitos los demás gobernadores peronistas y la piba sigue buscando empresas para “socorrer”. El dinero de Portezuelo del Viento es patrimonio de Mendoza y el aprovechamiento del agua del Río Grande no afecta a las demás provincias aunque beneficia mucho a Mendoza. Repartir la megasopa entre todos no es federalismo, es comunismo. Federalismo es que cada quien reciba en función de lo que produce y aporta al PBI total. Si La Pampa no produce más y no aporta más no es culpa de Mendoza. Pero sí es culpa de Mendoza que Malargüe siga siendo postergada.
Los mendocinos votamos y Mendoza ha demostrado no ser un feudo al mejor estilo de las principales provincias gobernadas por el peronismo. La Pachamama nos libre de ser la ejemplar Formosa que elogia el Presidente.
Mientras tanto, el 26 de junio se reúne el COIRCO convocado por Wado De Pedro, oooooootra vez. Ya está, el paquete está cerrado, la cosa está juzgada, el proceso licitatorio está abierto, las empresas han comprado el pliego por 100.000 dólares. Si van a negociar que no digan que se trata del agua, porque están negociando poder y usando al agua como mercancía de cambio, nuevamente.
Dan asco.