La minería representa alrededor del 10% del PIB
CAROLINA LEÓN
Nadie se salva del desplome de la economía debido al coronavirus, pero hay sectores productivos, como el comercio -con caída en las ventas minoristas de casi 50% en abril- que la están pasando definitivamente mal. En el otro extremo, la minería, pareciera por ahora resistir algo.
La minería, por ahora, es el único sector que entrega algo de optimismo, algo que comparte el gerente de estudios de la Sociedad Nacional de Minería, Álvaro Merino, quien advierte que el segundo semestre será más complejo.
“No cabe duda que el desempeño del sector minero será mejor que el resto de la economía”, expresó. Y si bien reconoció que ello contribuirá a morigerar el impacto de la caída que registrarán las actividades no mineras, encendió una alerta: “Debemos tener presente que la minería representa alrededor del 10% del PIB”.
Con relación a cómo cerrará el año, Merino destacó la manera en que el sector minero ha enfrentado la pandemia. “El PIB minero, en el primer trimestre ha crecido 5,1% y la producción minera, en enero-abril se ha expandido 3,1%, lo cual, por el momento, genera tranquilidad y un ánimo de moderado optimismo”. Sin embargo, acotó que el segundo semestre del presente año será más exigente en términos de producción.
“En ese periodo del año 2019, la producción de cobre, principal producto minero que explica el 90% del PIB sectorial, superó en 266.000 toneladas lo producido en la primera mitad del año pasado, por lo que proyectamos, en principio, una leve caída en la producción al término del presente año. De modo tal que esperamos una caída acotada del PIB minero el presente año”, explicó.
El secretario de Estado participó en la inauguración del Magíster en Derecho de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad Finis Terrae.
El ministro de Minería, Baldo Prokurica, participó junto al Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Terrae, Ignacio Covarrubias de la inauguración del Magíster en Derecho de los Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad Finis Terrae, instancia en la que abordó los desafíos que tiene la minería en materia de sustentabilidad.
Durante su charla magistral, el secretario de Estado destacó el contenido académico, asegurando que “al incluir el vínculo con la minería, permitirá a los alumnos conectarse con la realidad minera nacional y con las reales necesidades de este sector”.
En la oportunidad, el ministro Prokurica puntualizó en los avances que ha realizado la industria para convertirse en “una minería verde”, implementando medidas e iniciativas para hacer uso eficiente de la energía, fomentando la utilización de energías limpias, el uso eficiente de los recursos hídricos, la incorporación de la economía circular y minimizando los impactos ambientales en las comunidades.
En esa línea, la máxima autoridad del sector, explicó que para el periodo 2020-2022, el ministerio se focalizará en tres ejes fundamentales, siendo el área medioambiental, uno de los más relevantes. “Este pilar incluye el Plan Nacional de Depósitos de Relaves, el uso de energías renovables, la utilización de agua de mar y la modernización de nuestras fundiciones. A ello se suman el impulso al transporte eléctrico en la minería y el reciclaje de neumáticos”, detalló.
El secretario de Estado se refirió a la movilidad eléctrica, señalando que “es un aporte fundamental para cuidar el medioambiente y un actor clave para combatir el calentamiento global y reducir la huella de carbono”.
En ese sentido, añadió que “nuestro país juega un rol fundamental al contar con dos minerales que son esenciales para el desarrollo de la movilidad eléctrica. Me refiero al cobre y al litio. Es por esta realidad que como Gobierno estamos convencidos que Chile se puede transformar en el gran facilitador de los recursos minerales para las tecnologías y energías limpias del futuro”.
Hoy, Chile cuenta con las mayores reservas de cobre, las que alcanzan a un 23% y también posee el 51% de las reservas de litio del mundo, condición que posiciona al país como un destino de gran relevancia en cuanto a inversión en exploración y explotación de este metal.
Un análisis realizado por la Multigremial de Emprendedores, la contracción en las empresas de menor tamaño de servicios, gastronomía, hotelería y transporte, “probablemente duplicó a la que tuvieron las grandes compañías”. Según sostuvo Juan Pablo Swett, presidente de la entidad, la caída en el sector es cercana al 30% de la actividad económica de las mipymes en el mes de abril.
Si esto se complementa con los últimos datos que arrojó la última encuesta que realizó la Cámara Nacional de Comercio a sus socios -que fue respondida por 508 empresas de todo el país-, en el cuarto mes del año, las compañías reportaron en promedio una caída de 56% de las ventas, donde las micro y pequeñas fueron las más afectadas con una baja promedio de 60% mientras que las grandes y medianas reportaron una caída promedio de 43%.
El turístico también pasa por momentos complejos. De acuerdo a los datos entregados ayer por el INE, el alojamiento turístico se desplomó en abril, con una caída de 91,5% respecto al mismo período del año pasado.
La industria tampoco ha mostrado un mejor desempeño. De acuerdo al Índice de Producción Industrial, que informó el INE el pasado viernes, el indicador registró una caída de 3,8% acusó el Índice de Producción Industrial (IPI), comparado con igual mes de 2019.
En el caso de la producción manufacturera, la caída se explicó -principalmente- por la baja interanual de 2,7% en elaboración de productos alimenticios, “esto último, ocasionado, principalmente, por una menor elaboración de pan, debido a la reducción de la demanda desde servicios como restaurantes, casinos, banqueterías, catering y hoteles”, explicó el boletín del INE.
El último balance de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), evidenció que la cuarentena total implementada por la autoridad implicará la paralización de 757 proyectos habitacionales paralizados a nivel nacional (747 en la Región Metropolitana y 10 en otras regiones).
De acuerdo a la CChC, la paralización de éstas obras implica un costo total de US$ 46,35 millones a la semana, considerando tanto Santiago como regiones.
