Cuatro expertos en materia de hidrocarburos coincidieron en advertir que el sector está en los umbrales de la agonía por la mala gestión de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y plantearon analizar una urgente reforma institucional y dotar de nuevos instrumentos jurídicos para evitar que Bolivia enfrente problemas de abastecimiento a futuro. Sin embargo, descartan que el Gobierno transitorio pueda evitarlo y aconsejaron al nuevo Gobierno elaborar una hoja de ruta de trabajo.
Durante un conversatorio virtual, Hugo del Granado, Mauricio Medinaceli, Álvaro Ríos Roca y Francesco Zaratti observaron que el origen de este problema fueron los permanentes fracasos de los proyectos de exploración y el manejo político durante 14 años en YPFB. Del Granado dijo que Evo Morales recibió el país en un tiempo envidiable que ningún otro Gobierno lo tuvo, pero ahora el panorama es crítico porque Bolivia tiene reservas ajustadas, mercados deteriorados y baja producción debido a la política de estatismo a ultranza del MAS.
A esto se añade la política secante de YPFB sobre la inversión en exploraciones, en la que se ha invertido entre 3.000 a 4.000 millones de dólares con resultados menores que han hecho que las empresas petroleras no vengan a Bolivia, pese al potencial de 50 TCF que hay en diversas zonas, reseñó la agencia Erbol.
Por su parte, Ríos presentó un diagnóstico lapidario: “Lo que está pasando ahora es la estocada final para matar al toro. Si no hacemos un golpe de timón muy fuerte en el sector, en cinco años más vamos a tener que importar toda la gasolina y diésel; en siete años no vamos a tener una molécula de gas para exportar. Que Tarija se aliste a producir más vino y Chuquisaca para vender más sombreros y chocolates porque gas no va a haber”.
“El modelo está muerto, YPFB agoniza”, alertó al sugerir también cambios a Ley de Hidrocarburos porque con impuestos altos imposible atraer inversiones. Se necesitan también cambios en la Constitución porque su política nacionalista hizo mucho daño al sector al someterlo al arbitraje boliviano y a una justicia corrupta.
Sin embargo, consideró que todo este cuadro es producto de la propaganda de la falsa nacionalización y que el actual ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, en vez de mostrar el diagnóstico real, “nos hace creer que son las siete maravillas, que puede reavivar la Planta de Urea, que puede conseguir mercados y que la estabilidad económica está lograda”.
Zaratti sostuvo que la crisis es tan grave que necesita soluciones realistas y comparte la idea de cambiar la CPE, la Ley de Hidrocarburos y los decretos de nacionalización porque Bolivia tiene problemas de mercados, reservas y de exploración a los que el país debería abocarse.
Consideró que “el próximo Gobierno debe poner orden en el sector de hidrocarburos porque YPFB es un derrame de sangre, de dinero, a cambio de casi nada.
Medinaceli dijo que es necesario decir la verdad a la ciudadanía, que Bolivia es pobre, que no tiene otra alternativa que vivir de la renta del gas y “por eso nos tienen discutiendo que no se muera la gallina de los huevos de oro”.
Dijo que si bien los proyectos de exportación de litio, electricidad y minería son positivos, ninguno tiene el efecto multiplicador como los hidrocarburos que genera impuestos, energía, renta dignidad, plata a las universidades y divisas del país.
“Necesitamos un cuerpo político que tome decisiones. Si no se hace nada, el 2040 la producción de gas natural va a ser cero”, manifestó.