Superando al sector minero e inmobiliario
El lunes 18 de mayo Chile se convirtió en el primer país latinoamericano en entrar en sobregiro ecológico de acuerdo a los datos proporcionados por la Red Global de la Huella Ecológica. Evitar tener hijos, usar transporte público, reducir vuelos en avión, disminuir el desperdicio de alimentos y reducir el consumo de carne son las principales acciones que se pueden adoptar para revertir esta situación.
Aún no termina el otoño y Chile ya agotó todos los recursos naturales que tenía disponibles para 2020, según los datos de la Red Global de la Huella Ecológica (Global Footprint Network, GFN).
Esto implica que este lunes los chilenos y chilenas agotamos los recursos naturales del territorio nacional, disponibles para un año, y comenzamos a vivir de las reservas futuras.
Para realizar esta medición, la GNF analiza la huella ecológica de cada país y la compara con la biocapacidad global, la cual es de 1,63 hectáreas globales (gha) por persona. Según los últimos datos de GFN, la biocapacidad de Chile es de 3,5 hectáreas globales (gha) por persona y su huella ecológica es de 4,3 gha por persona, lo que arroja un déficit de 0,8 gha.
En 2020, el primer país en llegar al sobregiro fue Qatar (11 de febrero), el segundo Luxemburgo (16 de febrero) y el tercero Emiratos Árabes Unidos (7 de marzo). En cuarto lugar quedó Kuwait (10 de marzo) y quinto Estados Unidos (14 de marzo).
En contraparte, los últimos países en en acabar su cuota de recursos naturales serán Cuba, Nicaragua, Iraq, Ecuador e Indonesia, todos quienes lo harán durante el mes de diciembre de este 2020.
La huella ecológica se define como el total de superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas superficies.
Par su cálculo se considera la demanda por superficie para el cultivo, pastizales, bosques y áreas de pesca necesarias para la producción alimentos y extracción de recursos, incluyendo la superficie requerida para absorción de los residuos generados y el suelo que requiere la expansión de las ciudades y la infraestructura.
Según Global Footprint Network, para sostener el nivel de consumo de la humanidad de una manera sostenible, se necesitan 2,4 planetas Tierra y 1,2 países Chile.
La medida más personal y la de mayor impacto en la disminución de nuestra huella ecológica es no tener hijos. De acuerdo un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), y publicado en la revista Environmental Research Letters, el efecto de dejar de tener un hijo reduce las emisiones de CO2 casi en 60 tCO2. Esta estimación considera las emisiones futuras que habría provocado ese hijo, así como las de sus hijos y los hijos de estos.
El transporte es otra pieza clave, ya que es una de las principales actividades que contribuyen a la emisión de gases con efecto invernadero. Evitar los vuelos en avión, usar el transporte público, usar bicicletas, caminar y compartir el auto son algunas de las acciones que se pueden tomar.
Otro factor clave es reducir desperdicio de alimentos, planificar las compras y compostar los desechos orgánicos. Según cifras de FAO, alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se pierde y el 50% los residuos de una casa corresponde a desechos orgánicos. Asimismo, dejar la carne por las verduras evitaría la emisión de 0,8 toneladas de gases de efecto invernadero (tCO2) por persona y año.
La Tercera
FRANCISCA O'RYAN
La llegada del Covid-19 no ha sido un impedimento para la inversión de nuevos proyectos renovables, pues en el primer trimestre se ingresaron 101 iniciativas al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), que sumaron US$17.649 millones. En tanto, los proyectos mineros ingresados fueron 23 y los inmobiliarios 30, donde ambos sumaron una inversión de unos US$3.500 millones.
“Los proyectos de energías renovables, claves para luchar contra el cambio climático, representaron el 78% de la inversión ingresada a tramitación en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental durante el primer trimestre de este año. Esto es una buena noticia porque nos permite sentar las bases de una recuperación económica verde y generadora de empleos sustentables y de calidad”, señaló la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
Estos 101 proyectos generarán 17.013 empleos en su fase de construcción, superando a la minería e inmobiliario. Estos últimos dos, darán 1.590 y 2.091 respectivamente. Además, si se suma los trabajos estimados en la operación y luego, los necesarios para su cierre adecuado, la industria de las energías limpias totalizaría 25.245 nuevas plazas.
“La generación de empleos verdes será clave para la recuperación económica de nuestro país una vez que superemos la crisis sanitaria del coronavirus. Como Ministerio del Medio Ambiente, y gobierno, impulsaremos una reactivación sustentable, en la que transitemos hacia una economía baja en emisiones y resiliente al clima”, agregó Schmidt.
La creación de empleos del sector de energía renovables creció en más de siete veces si se le compara con igual periodo del año anterior.