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PANDEMIA
Tarifas congeladas y virus frenan inversiones eléctricas en Argentina
ENERNEWS/iProfesional

Los ingresos de ambas distribuidoras se derrumbaran en un 60% 

13/05/2020
Documentos especiales Mining Press y Enernews
CAMMESA: PROGRAMACIÓN ESTACIONAL PROVISORIA (MAYO-OCTUBRE 2020)

ANDRÉS SANGUINETI

Desde hace ya por lo menos un año, las tarifas del servicio de electricidad se mantienen sin cambios, por lo menos en el ámbito de las concesiones de Edesur y Edenor.

Ambas distribuidoras son controladas por el gobierno nacional y brindan servicios a cerca de seis millones de clientes distribuidos en la Capital Federal y una docena de partidos de la provincia de Buenos Aires.

Fue en abril del 2019 cuando el ex presidente Mauricio Macri dio a conocer un paquete de medidas con el cual intentaba reactivar la economía que se encontraba en plena decadencia, y a la vez contener la inflación que se había disparado a índices cercanos al 55% anual. Ese plan contemplaba una gran cantidad de definiciones entre las que se encontraba el congelamiento de las facturas de luz y gas hasta fines de ese año.

Sin embargo, cuando el Frente de Todos desembarcó en la Casa Rosada y Alberto Fernández se convirtió en el nuevo presidente de la Argentina, una de las primeras medidas que tomó su gobierno fue la de mantener sin cambios lo que las distribuidoras de electricidad y gas le cobran a sus clientes por mes.

En ese caso, el 19 de diciembre pasado se dio a conocer una resolución de la Secretaría de Energía que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo que impedía facturas con aumentos hasta junio próximo.

En ese momento, el coronavirus y sus nefastas consecuencias en la salud de la población y la economía del país no se encontraba en radar ni de funcionarios ni de empresarios.

Era una noticia todavía lejana, que se empezaba a comentar a partir de informaciones parciales que llegaban de una desconocida ciudad de China donde un nuevo virus había empezado a atacar a parte de su población.

Sin embargo, la velocidad de contagio de la enfermedad fue tal que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró como pandemia a mediados de marzo pasado y la Argentina debió aplicar estrictas medidas de aislamiento para combatir el avance del virus.

 

Medidas que también afectaron las operaciones de distribuidoras como Edesur y Edenor, ya que se les prohibió cortar el suministro a clientes morosos y se las obligó a factura el consumo en empresas y hogares casi "a ojo", al estar su personal imposibilitado de cumplir con la tarea de revisar los medidores cada 30 días.

Inversiones en revisión

 

Este escenario hizo que los ingresos de ambas distribuidoras se derrumbaran en un 60% durante los primeros meses de cepo sanitario, por falta de pago de sus clientes.

El impacto fue tan grande que las empresas publicaron una solicitada bajo el título de "Vos que podés, pagá la luz", para pedirle a sus clientes que cumplan con el pago de las facturas de este servicio público producto de los innumerables problemas económicos que está causando el aislamiento obligatorio para combatir la pandemia.

El sector se enfrentó entonces a un fuerte incremento en la mora y la falta de pago de las facturas de la electricidad en una cifra que en interior del país superó el 70% y a la que se le deben sumar los sectores que podrán abonar las facturas luego del vencimiento gracias a otro decreto presidencial que permite el uso de esta opción a beneficiarios de la tarifa social, jubilados y a las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Un combo de factores que llevó a las empresas de este sector a tener que recortar sus inversiones planeadas para este año de manera importante más allá de que los resultados del primer trimestre de este año sean diferentes para Edesur y Edenor.

El congelamiento tarifario obligó a Edenor y Edesur a una revisión de su plan de inversiones
El congelamiento tarifario obligó a Edenor y Edesur a una revisión de su plan de inversiones

 

En el caso de la distribuidora propiedad del grupo italiano Enel que brinda servicios a 2,3 millones de clientes, entre enero y marzo pasados perdió $120 millones, una cifra que contrasta con ganancias por $847 millones de igual período del 2019 y con los $1.732 millones que acumuló durante todo el año pasado.

 

Una cifra que la colocó nuevamente en una complicada e inestable situación financiera potenciada por el efecto que sobre sus operaciones causan las medidas impuestas por el Gobierno para combatir el Covid-19.

De hecho, ya el año pasado el grupo Enel desembolsó a modo de préstamo cerca de $8.000 millones para que Edesur cumpla con el plan de inversiones ya que no lo podía hacer con ingresos propios.

En el caso de Edenor, se acaban de conocer los datos de su primer balance trimestral de este año que, a diferencia de Edesur, arrojó una ganancia de $720 millones que representa un incremento del 271% contra los $194 millones que también ganó en igual período del 2019.

Las razones se basan principalmente en el efecto de las sanciones impuestas por el Estado nacional y en los menores cargos financieros y por el impuesto a las ganancias que registró la distribuidora propiedad de Pampa Energía, grupo que dirige el empresario Marcelo Mindlin.

Pero más allá de los resultados disímiles en estos primeros tres meses del 2020, ambas distribuidoras reflejan el mismo congelamiento de sus ingresos, la disminución de la demanda de energía y los efectos generados por la pandemia por coronavirus.

Y si bien sus ejecutivos aseguran haber podido sostener la mejora en los niveles de calidad de del servicio, las dos debieron reducir casi en un 50% los montos comprometidos para encarar nuevas inversiones durante este año.

Las eléctricas, con números preocupantes

 

En el caso de Edesur, destinó $1.541 millones en ese período contra los $3.025 millones del primer trimestre del año pasado, mostrando una reducción del 49% entre ambos trimestres.

 

Mientras que Edenor pasó de los $3.056 millones del 2019 a los $1.373 millones de este año, lo cual marca una baja del 55%.

Las razones esgrimidas por las dos compañías se basan en la necesidad de elegir el destino de los fondos a cuidar sus cajas y sostener sus operaciones durante lo que resta del año. Y fueron modificadas hacia la baja principalmente como consecuencia del retraso en la actualización de los ingresos y la falta de previsibilidad hacia el futuro debido al congelamiento tarifario dispuesto por el Gobierno.

De todos modos, en ambas empresas se aclara que pudieron mantener los estándares de calidad con menos fondos gracias a las inversiones que vinieron ejecutando en los últimos años y que han permitido mejoras en la calidad de sus servicios y una fuerte reducción de la duración y frecuencia de los cortes.

Los balances de las eléctricas reflejan el impacto de la emergencia sanitaria
Los balances de las eléctricas reflejan el impacto de la emergencia sanitaria

 

En el caso de Edenor, en su informe a la Bolsa de Comercio porteña, la distribuidora advierte sobre la necesidad de encontrar, a la brevedad posible, una solución que encauce el cumplimiento de sus obligaciones y derechos "dentro del marco regulatorio aplicable, asegurando la sustentabilidad del servicio público concesionado".

Entre sus principales indicadores financieros, la empresa muestra una caída de ingresos del 13,1%, "producto principalmente del congelamiento tarifario, parcialmente compensada por un incremento en el volumen de ventas del 3,7%".

Su EBIT Ajustado también disminuyó, según la empresa reflejando el impacto del congelamiento tarifario en un contexto de altos índices de inflación e incremento de los costos operativos y a pesar de los esfuerzos de la sociedad por ser más eficiente en el uso de los recursos.

También muestra un aumento en las pérdidas de energía del 20,11% en comparación con 18,5% de igual periodo del 2019 así como una suba del robo de energía por parte de sus clientes.

Igual escenario había reflejado Edesur en su comunicado a la Bolsa porteña de la semana pasada, cuando evidenció ingresos que registraron una disminución del 23% respecto del primer trimestre del 2019, Llegaron a $14.557 millones contra $18.830 millones de enero a marzo del año pasado.

En igual sentido, su resultado operativo (EBIT) empeoró en línea con la disminución del Ebitda, mientras que la baja en el resultado del período se explica fundamentalmente por la pérdida operativa registrada.


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