Arabia Saudita anunció que reducirá la producción de petróleo al nivel más bajo en 18 años, al tiempo que trata de impulsar la recuperación de un crisis energética que ha devastado las finanzas del reino.
Solo unas horas después de presentar una serie de dramáticas medidas de austeridad, Arabia Saudita dijo que reduciría la producción de petróleo en otro millón de barriles por día, además de lo que ya acordó con los aliados de la OPEP. Los futuros del petróleo subieron, y Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos también hicieron recortes adicionales.
“Tenemos que estar a la vanguardia”, dijo el ministro de Petróleo saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman a Bloomberg News en una entrevista telefónica el lunes. “Los recortes voluntarios acelerarán aún más el proceso de reequilibrio”.
Es una señal de la urgencia que hay en Riad de estabilizar el mercado del petróleo, al tiempo que los bajísimos precios obligan al reino a imponer recortes de gastos profundos y a triplicar el impuesto al valor agregado. La medida también marca el último paso de la retirada de Arabia Saudita de la guerra de precios que se inició en marzo, cuando comenzó a inundar el mercado con crudo barato después de que fracasaran las conversaciones con los aliados de la OPEP+.
Los recortes se producen días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablara por teléfono con el rey Salman. La Casa Blanca dijo que ambos líderes habían llegado a un acuerdo “sobre la importancia de la estabilidad en los mercados mundiales de energía”.
Trump ha presionado repetidamente a Arabia Saudita, Rusia y otros países de la OPEP+ para que reduzcan la producción en un esfuerzo por salvar a la industria petrolera estadounidense. Para algunos, los recortes llegan demasiado tarde: un gran número de petroleros que zarparon hace semanas con crudo saudí están a punto de llegar a las costas de EE.UU., exacerbando el exceso.
Riad tiene como objetivo bombear poco menos de 7,5 millones de barriles por día en junio, en comparación con un objetivo oficial —según el acuerdo más reciente de la OPEP+— de poco menos de 8,5 millones por día. Si Arabia Saudita cumple su promesa, su producción caerá al nivel más bajo desde mediados de 2002, según datos compilados por Bloomberg.
El recorte es particularmente simbólico, ya que lleva la producción de Arabia Saudita a menos de 8 millones de barriles por día, visto por muchos consultores y operadores como una línea que no se iba a cruzar debido al impacto que tiene en los ingresos del petróleo.
Pero cuando el desplome del precio del petróleo obliga a tomar medidas de austeridad por un valor aproximado de US$27.000 millones, las opciones del reino se están agotando.
El príncipe Abdulaziz dijo que ha estado observando algunas señales de una mayor demanda de petróleo, particularmente de gasolina, ya que a medida que los ciudadanos salen de las cuarentenas han optado por conducir solos en sus automóviles, en lugar de usar el transporte público.
Además de apuntar a una producción mucho menor en junio, Riad también le pidió al productor estatal de petróleo, Saudi Aramco, que reduzca la producción en mayo “con el consentimiento de sus clientes”.
Si bien Aramco puede reducir la producción, es probable que cualquier recorte sea relativamente pequeño, ya que la compañía petrolera estatal acuerda los niveles de envío con las refinerías con semanas de anticipación.
El príncipe Abdulaziz, quien dijo que los peores escenarios de demanda no se habían materializado, alentó a otros productores a unirse a sus propios recortes voluntarios.
Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos siguieron el ejemplo saudí y anunciaron recortes de 80.000 y 100.000 barriles por día y respectivamente.
El País
ÁNGELES ESPINOSA
Arabia Saudí ha anunciado que va a triplicar el IVA hasta el 15% a partir del 1 de julio y reducir la paga de los funcionarios desde el mes que viene. Dichas medidas de austeridad, publicadas al amanecer tras la oración que marca la reanudación del ayuno de Ramadán, buscan paliar la crisis causada por el doble choque de la pandemia de covid-19 y el colapso de los precios del petróleo. El parón económico ya ha reducido los ingresos de los saudíes y también afecta a los planes de desarrollo del príncipe Mohamed Bin Salmán, heredero y gobernante de hecho del reino.
“Estas medidas son dolorosas, pero necesarias para mantener la estabilidad financiera y económica a medio y largo plazo (…) y para superar la crisis sin precedentes del coronavirus con el menor daño posible”, explica el ministro de Finanzas, Mohamed al Jadaan, en un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias, SPA.
El ministro de Finanzas de Arabia Saudí, Mohamed al Jadaan, durante una entrevista el año pasado.Hadeel Al Sayegh / Reuters
El texto precisa que a partir del 1 de junio se va a suprimir el complemento de 1.000 riales (250 euros) que cobraban mensualmente los funcionarios en concepto de “coste de vida” y que desde el 1 de julio, el IVA va a subir al 15% desde el 5% fijado cuando se introdujo en enero de 2018. Con el ahorro y la nueva recaudación, el Gobierno espera obtener 100.000 millones de riales (unos 25.000 millones de euros) en el año en curso, y dedicarlos al sistema sanitario y a apoyar a las empresas. A partir del año que viene, contribuirá a las cuentas nacionales, aún dependientes del petróleo.
Ambas medidas van a resultar sin duda poco populares, en especial, cuando la población afronta menores ingresos por el recorte de sueldos y los negocios tienen problemas para sobrevivir a causa del parón económico. Un millón y medio de saudíes trabajan en el sector público, cuyos salarios suponen casi la mitad del presupuesto. El malestar generado hace tres años cuando el Gobierno les retiró sus pluses, redujo los subsidios a la energía e introdujo del IVA, llevó al rey Salmán a ordenar el complemento mensual que ahora se elimina.
La subida del IVA es además un arma de doble filo. Aunque puede generar un aumento del 5%, del PIB, también corre el riesgo de afectar significativamente al consumo a corto plazo, advierte la empresa de calificación de riesgos Moody’s. Por su parte, el Ministerio de Energía también ha anunciado un nuevo recorte de producción de un millón de barriles diarios a partir de junio para intentar sostener los precios. La medida se suma a la reducción ya acordada en abril con los principales productores mundiales.
El mayor exportador de petróleo ha visto como sus entradas caían en picado por el impacto de la pandemia que ha paralizado el transporte mundial y rebajado a mínimos históricos la demanda y el precio de los hidrocarburos. El pasado trimestre, Arabia Saudí registró un déficit presupuestario de 9.000 millones de dólares (8.320 millones de euros). Aunque su bajo nivel de deuda y a sus reservas de divisas le dan un colchón temporal, el mes pasado ya anunció una primera reducción del gasto público en un 5% y que estaba dispuesto a subir su techo de deuda del actual 30% hasta el 50%.
El ministro de Finanzas advirtió la semana pasada de la severidad de la crisis y de que para superarla se iban a requerir “medidas estrictas y dolorosas”. “El recorte de gasto que hemos realizado hasta ahora no es suficiente y las finanzas públicas van a necesitar más control; el viaje que tenemos por delante es largo”, dijo en una entrevista televisada. “Debemos reducir los gastos presupuestarios de forma radical”, subrayó, antes de añadir que algunos proyectos tendrían que ralentizarse.
Todo el mundo pensó en los grandes planes anunciados en el marco de la Visión 2030 con los que el príncipe heredero busca reducir la dependencia del petróleo que tiene Arabia Saudí. En un momento en que toca apretarse el cinturón, resulta difícil ver de dónde van a salir los 500.000 millones de dólares en que está presupuestada la ciudad futurista Neom o la financiación para varios desarrollos turísticos del mar Rojo. Sin embargo, dos días después, el fondo soberano encargado de esos megaproyectos, el Public Investment Fund (PIF), daba a entender que los planes continuaban con un tuit en el que decía que “servirán para apoyar el futuro crecimiento de la economía saudí”.
MBS, como se conoce al poderoso heredero, aún no se ha pronunciado en público sobre la crisis. En 2017, durante una entrevista al poco de su designación, dijo que tomaría medidas de austeridad si el precio del barril de crudo caía por debajo de los 30 dólares, lo que ya es un hecho desde marzo. El objetivo de sus reformas era precisamente proteger al reino de esos altibajos, pero el gasto gubernamental alimentado por los petrodólares sigue siendo el principal impulsor de la actividad económica. Además, el parón global por la pandemia ha congelado la apuesta de Riad por el ocio y el turismo como motores de desarrollo.
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