FEDERICO ARINGOLI Y ANDREA DURÁN
Gas y Petróleo del Neuquén (GyP), la petrolera provincial, completó su retiro de un emblemático yacimiento para su historia en Vaca Muerta: Aguada Federal. Vendió el 10% de participación y la titularidad de la concesión no convencional, con vencimiento en 2033, a sus socias, la operadora alemana Wintershall DEA y la norteamericana ConocoPhillips. El gobierno aprobó la operación.
El 1 de octubre de 2013 el exministro de Energía, Guillermo Coco, junto al titular de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, y el director de GyP, Gustavo Nagel, sonreían para la foto luego de que la operadora provincial, creada para suceder a Hidenesa y enfocada en los no convencionales, debutara con la primera fractura hidráulica. Al día siguiente el acto sería encabezado por el exgobernador Jorge Sapag.
La operación fue contratada a especialistas de Halliburton y EOG. El área ya era un desprendimiento de Aguada Del Chañar, donde GyP estaba asociada con la exEnarsa, y apenas una semana antes, en Kassel, Alemania, GyP y Wintershall habían sellado una UTE (50-50) para invertir 115 millones de dólares en seis pozos.
Para ingresar, la firma extranjera pagó 30 millones de dólares. Dos años después volvió a desembolsar otros 30 millones de dólares para llevar su participación al 90%. Por entonces GyP utilizaba el método de asociación conocido como “carry”, que se traduce como acarreo: paga su participación con parte de lo que produzca.
En 2019 Whintershall consiguió como socio al gigante norteamericano ConocoPhillips a quien vendió la mitad de su participación con lo que el esquema quedó 45-45-10. Incluso anunció un posible pase a desarrollo masivo del área, pero en marzo pasado confirmó recortes a su inversión global y el plan quedó en análisis.
Hasta ayer no se habían informado las condiciones ni el monto de la operación. El movimiento fue convalidado a través del Decreto 0511/20 publicado el viernes pasado. En los extensos considerandos se deja constancia del cumplimiento de los compromisos asumidos por las firmas.
La transacción puede representar, si es que no tiene deudas, ingresos frescos en dólares para la firma provincial en momentos donde la industria petrolera sufre una profunda crisis. El Estado neuquino también puede ilusionarse al ser el único accionista.