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MERCADOS
Barril retrocede por tensión USA-China ¿Fin de una era?
ENERNEWS/Diarios

El Brent se repliega hasta los US$ 25 y el WTI cae a mínimos de US$ 18

04/05/2020

Las subidas superiores incluso al 20% durante la semana pasada dan lugar a un correctivo que se acerca por momentos al 10% en el barril tipo West Texas, de referencia en EEUU. Su precio se hunde hasta los 18 dólares ante el temor que genera el repunte de la tensión entre EEUU y China.

La remontada del precio del crudo se trunca con las crecientes tensiones entre EEUU y China como principal obstáculo. El tono más duro en las acusaciones de la Casa Blanca a China sobre el origen del coronavirus pone sobre la mesa un resurgir de las disputas comerciales. La guerra de aranceles se convirtió en uno de los principales factores bajistas en la cotización del petróleo en 2019

Las dos potencias firmaron una tregua comercial justo antes del estallido de la crisis desatada por el coronavirus, y esta tregua se ve amenazada ahora por el clima de hostilidad de la Casa Blanca hacia China. En pleno año electoral en EEUU, y con la economía estadounidense dañada por los efectos del coronavirus, los inversores temen que Donald Trump relance su ofensiva comercial contra China.

Una nueva oleada de aranceles debilitaría el comercio justo en un momento en el que la economía mundial intenta recuperarse del efecto devastador provocado por la crisis del coronavirus. Sus efectos podrían extenderse al mercado del petróleo en forma de una recuperación más lenta de la demanda de crudo.

Los operadores del mercado del petróleo recogen parte de las plusvalías obtenidas durante la semana pasada, cuando los planes de desescalada en Europa y EEUU aceleraron la remontada del precio del crudo.

El barril de Brent, de referencia en Europa, corta la subida del 23% acumulada la semana pasada. En sus caídas se repliega hasta los 25 dólares.

Los descensos vuelven a ser mucho más pronunciados en la cotización del barril tipo West Texas, de referencia en EEUU. El rally del 17% de la semana pasada da lugar a caídas que se acercan por momentos al 10%. Su precio vuelve a alejarse de la barrera de los 20 dólares, y en sus mínimos cae hasta los 18 dólares.

A pesar del correctivo de hoy, su cotización se aleja de los precios negativos con los que llegó a cotizar el barril tipo West Texas coincidiendo con el vencimiento de los contratos para entrega en mayo.

Las caídas se moderan con la entrada en vigor de los recortes de producción aprobados por la denominada OPEP+ (los países de la OPEP más aliados como Rusia). En su acuerdo para adoptar un recorte histórico de producción establecieron aplicar este descenso a partir del 1 de mayo. Al margen de la OPEP+, y como consecuencia del desplome de la demanda, las dos mayores petroleras de EEUU, Exxon y Chevron, plantean recortes conjuntos de unos 800.000 barriles al día

Experto: Factores que provocan volatilidad

El petróleo ha caído presa de una volatilidad de precios insólita en su historia. Un atípico escenario que es fruto de la conjunción de varios factores característicos e intrínsecos de esta materia prima. José Antonio Pérez, responsable de formación del Instituto BME, explica cuáles son y cómo afectan a su cotización.

La primera de las circunstancias que marcan la evolución del crudo de forma diferencial frente a otras materias primas está en la forma en la que se construye su oferta. Pérez recuerda que “se trata de un mercado muy peculiar”, ya que los países de la OPEP son los que modulan la oferta mundial, que “no se forma de manera natural, sino que en cierto modo está distorsionada”.

 

Por la parte de la demanda, el experto del Instituto BME recuerda que la situación actual es “excepcional”. En este sentido, remarca que “los aviones no surcan nuestros cielos, apenas hay coches en las carreteras” y que el incremento del gasto publico al que tienen que hacer frente las economías para enfrentar el coronavirus minan el consumo petrolero a escala mundial.

Sobre este punto, comenta que lo que más marca la evolución del precio del crudo es el ritmo de actividad económica. Aquí encuentra otra diferencia con los mercados de renta variable y renta fija, “donde lo que se descuenta son expectativas a futuro o sobre los tipos de interés”, explica.

 
 
 
 
 

En cualquier caso, reconoce que, “aunque haya muchos comentarios sobre las nuevas formas de energía, las economías siguen siendo dependientes del petróleo”. Insiste: “Probablemente en menor medida que antes, pero siguen siendo dependientes del petróleo”.

Pérez también señala que el impacto de la evolución del crudo en el mercado bursátil es “muy breve”. No obstante, señala que el efecto es más prolongado y profundo en los sectores más vinculados a esta materia prima como las aerolíneas y las propias petroleras y refinerías, publicó Invertia.

¿Puede volver a precios negativos?

Los Gobiernos ya han comenzado a mostrar sus cartas de cara a la desescalada en los confinamientos instaurados para combatir la expansión del Covid-19. En esta semana, el mercado de petróleo ha sido uno de los grandes beneficiados. El barril de West Texas Intermediate de entrega en junio, que cerró el lunes en los 12,78 dólares, finaliza la semana en 19,78 dólares la unidad, un 54,77% por encima. El Brent ha experimentado un repunte del 32,01% en este mismo periodo, que lo ha llevado a los 26,39 dólares por barril.

Petróleo West Texas

Todavía con el recuerdo de la histórica entrada del precio en negativo que el petróleo protagonizó el pasado día 20 de abril, cabe preguntarse si este rebote resistirá o, si bien, es flor de un día y los precios negativos pueden regresar una vez más. Pedro del Pozo, director de inversiones de Mutualidad de la Abogacía, ahonda en las razones que provocaron el anterior colapso desgranando que el mercado de petróleo tiene dos componentes diferenciados. Por un lado, los operadores comerciales que compran el petróleo porque lo van a necesitar para su actividad y, por el otro, operadores no comerciales que pretenden especular con el mercado.

“Lo que vimos en esos días es que las posiciones no comerciales, las especulativas, se vieron en la necesidad absoluta de tener que deshacerse de ese contrato de derivados para evitar una entrega física en un lugar en el que probablemente no podían pagar los costes que lleva acarreado. Para el tenedor de ese derivado, salía mejor venderlo a pérdida que asumir los costes de la entrega física”, explica.

Además de la especulación, la falta de espacio para almacenar el petróleo fue clave a la hora de provocar el precio en negativo. Los expertos de Goldman Sachs alertan de que para mediados de mayo, el almacenamiento mundial de crudo puede alcanzar su capacidad límite. De producirse, esto volverá a poner bajo presión el contrato de West Texas de entrega en junio que expira el día 19 de mayo. Desde Citigroup, señalan que incluso con la demanda recuperándose, la capacidad de almacenamiento seguirá cerca de niveles límites.

“Si no llega una reactivación económica en el muy corto plazo y si no hay más recortes de producción por parte de la OPEP+ es posible que veamos otra vez el crudo por debajo de 0”, opina Giorgio Semenzato, consejero delegado de Finizens. Axel Botte, estratega de Ostrum AM, gestora de Natixis, destaca que se calcula que la demanda de petróleo se hundirá en entre 25 y 35 millones de barriles de petróleo al día en abril y mayo. A finales de 2019, el mundo consumía unos 100 millones de barriles cada día.

Con estas cifras, el recorte de 9,7 millones de barriles diarios en la producción de la OPEP+ que ha entrado en vigor este viernes poco puede hacer. Si bien la OPEP+ acordó con otros países como Estados Unidos y Canadá dejar de extraer hasta 20 millones de barriles, los expertos dudan de que se alcance esa cota y estiman que el recorte total rondará 15 millones de barriles.

El golpe en la industria

En medio de estar turbulencias, algunas petroleras han presentado sus resultados del primer trimestre. El sector está herido de gravedad, y por aquel entonces, el precio ni siquiera había llegado a entrar en negativo.

El consejero delegado de BP, Bernard Looney, calificó el entorno de mercado de “brutal” tras presentar unas cuentas en las que su compañía mostró cómo sus beneficios se hundieron hasta 791 millones de dólares frente a los 2.400 millones de dólares que ganó en el mismo periodo del año anterior. En China, Sinopec y Petrochina, los dos gigantes estatales del oro negro, entraron en pérdidas en el primer trimestre. Sinopec ganó 1.923 millones de euros en el primer trimestre de 2019. Entre enero y marzo de 2020, ha tenido pérdidas de 2.567 millones de euros. Por su parte, Petrochina ha pasado de ganar 2.114 millones de euros a perder 1.335 millones en esos periodos. 

‘SHALE’ OIL: LA INDUSTRIA ZOMBI

Si las compañías petrolíferas clásicas tienen problemas, las estadounidenses de petróleo de esquisto están en una situación límite. Javier Molina, portavoz de eToro en España, explica que estas compañías están ampliamente endeudadas y por ello, no pueden dejar de producir. “Son zombis que viven gracias al crédito barato con muchas deudas esperando a que el petróleo se vaya por encima de los 30 dólares”, describe.

Pedro del Pozo destaca la importancia de este sector para el sistema financiero estadounidense y califica de “auténtica ruina” su situación. Diamond Offshore, una de estas empresas, entró en impagos el lunes, informó Cinco Días.


¿Es el fin de la era del petróleo?

NewStatesman

TROY VETTESE

¿Está muerto el concepto de "pico de petróleo"? Quizás, pero no por mucho tiempo. Lo que está sucediendo ahora ya ocurrió hace 25 años. Estamos viviendo en un mercado de petróleo zombie, un retorno de la era del petróleo alrededor de 1995, la última vez que la demanda fue de solo 70 millones de barriles por día (bpd). 

Hasta este choque inducido por una pandemia, estábamos siendo testigos de una transición energética del petróleo convencional a los combustibles fósiles no convencionales como el betún y el "petróleo de esquisto bituminoso". 

Las empresas no convencionales se encuentran entre las más afectadas por el "abril negro" cuando el precio de los futuros del petróleo colapsó a precios negativos inauditos. Sin embargo, a menos que la depresión de Covid-19 sea seguida por una transición rigurosa hacia la energía renovable, el pico del petróleo volverá por segunda vez junto con su doncella, la industria petrolera no convencional. 

Gran parte de la confusión sobre el "pico del petróleo" proviene de la creencia errónea de que el concepto se refiere a la escasez. Por el contrario, el pico del petróleo es el momento en que la producción convencional de petróleo ya no se puede aumentar, independientemente del precio. 

Quedan muchos hidrocarburos, pero el mercado mundial del petróleo ha cambiado en las últimas dos décadas a medida que la participación de los no convencionales ha crecido. Los no convencionales adoptan formas industriales híbridas novedosas: minas de tiras de betún, "drenaje por gravedad asistido por vapor" y perforación horizontal de un kilómetro de largo para inyectar cócteles de agua, arena y productos químicos desagradables (es decir, fractura hidráulica). 

Las tecnologías no convencionales han abierto nuevas y vastas reservas en áreas muy alejadas del corazón de Oriente Medio de la industria, pero son sucias, caras y, como muestra el reciente accidente, inestables. Por el momento no está claro si el avance de los no convencionales se ha detenido temporalmente o si existe la posibilidad de que un sistema de energía renovable pueda trascenderlos.

El concepto de "pico de petróleo" se origina con el trabajo de Marion King Hubbert, un geólogo de Shell que hace 64 años predijo el clímax de la producción de petróleo convencional de Estados Unidos y del mundo. Se dio cuenta de que la producción de combustibles fósiles tendía a seguir un patrón de crecimiento exponencial, pico y declive. " Estas curvas", afirmó, "encarnan casi todo lo que es esencial en nuestro conocimiento de la producción de energía". Si se pudiera estimar el alcance de una reserva junto con la tasa de producción, entonces sería posible saber cuándo ocurriría el pico. Argumentó que el pico del petróleo ocurriría en los EE. UU. En 1970, mucho antes de lo que esperaban sus pares, con la producción mundial en 2000. Su primera predicción fue correcta para el año, y hay buenas razones para pensar que el segundo pronóstico fue solo ligeramente apagado.

En 2016, David King, profesor emérito de química en la Universidad de Cambridge y ex asesor científico principal del gobierno, y su asistente Oliver Inderwildi observaron que el comportamiento del mercado petrolero hasta 2005 "se atribuyó a factores elásticos normales de oferta y demanda, pero el petróleo crudo luego se estancó, con el rápido aumento de los precios claramente atribuible a una demanda que excede la capacidad de oferta convencional, con abastecimientos marginales de fuentes no convencionales ”. Así es como se ve el pico del petróleo.

Mucho antes de que tuviera que comprometerse en el "lavado verde" para hablar de sus credenciales ambientales, el capitalismo funcionaba con energía renovable. La primera fábrica, la hilandería de algodón de Richard Arkwright en Derbyshire Dales, dependía de River Derwent por su poder, y sus imitadores también explotaron la hidrología barata del campo británico. Sin embargo, las inversiones en valles aislados resultaron vulnerables a la ira ludita. A finales del siglo XIX, los movimientos de la clase trabajadora aprendieron a arrebatar el control del sistema basado en el carbón cerrando los ferrocarriles desde las minas a las ciudades. Los sistemas petroleros, que se movían por tuberías y camiones cisterna, necesitaban menos trabajadores, creando así un régimen energético propicio para el capital. 

Los trabajadores petroleros del Medio Oriente tuvieron problemas para restringir el sistema energético, lo que condujo a la muerte fetal de la democracia en la región. También en el Norte Global, el petróleo era esencial para aplastar el poder de la clase trabajadora. Esto fue quizás más manifiesto durante la huelga de los mineros de 1984-85 cuando las plantas de energía dual de petróleo y carbón demostraron ser cruciales para mantener las luces de Gran Bretaña encendidas. 

El cambio al petróleo no convencional fue inusual porque no fue estimulado por los disturbios laborales, sino por la incapacidad del sistema energético anterior para mantenerse al día con la demanda. La primera mina de arenas bituminosas se abrió en 1967, pero la producción no convencional solo despegó cuando el pico de Hubbert se acercaba al final del milenio. La producción total no convencional aumentó del 8% de la producción mundial en 2000 al 19% en 2019, aproximadamente 19 millones de bpd. Gran parte de esto se produjo en América del Norte, con frackers estadounidenses bombeando 9 millones de bpd y la industria canadiense de arenas bituminosas de 3 millones de bpd. 

Justo cuando miramos hacia el capitalismo pastoral del siglo XVIII, podemos llegar a ver los convencionales como relativamente "verdes" en comparación con la destrucción engendrada por el fracking y la extracción de arenas bituminosas. Los no convencionales producen más gases de efecto invernadero, y sus propiedades químicas agravan los derrames. En una región tan seca como la Cuenca Pérmica de Texas, se usan casi 20 piscinas de agua de tamaño olímpico por pozo- y se perforan casi 5,000 pozos cada año.

 El agua utilizada durante la producción no convencional está tan contaminada que debe eliminarse de la hidrosfera. Las Primeras Naciones en Alberta, sede de la industria de arenas bituminosas de Canadá, han informado que los cánceres raros han aumentado en sus comunidades, aunque el gobierno y el establecimiento médico niegan que haya un problema. Limpiar los estanques de relaves de la industria de arenas bituminosas solo costaría C $ 130 mil millones, pero las empresas han pagado solo C $ 1.6 mil millones al fondo de remediación provincial. Dado que la industria no convencional a menudo lucha por obtener ganancias, nunca reconciliará "la economía" con "el medio ambiente". 

Los no convencionales tienen características extraídas de regímenes energéticos anteriores. Al igual que los ríos explotados por las fábricas textiles del siglo XVIII, los no convencionales tienden a estar en lugares remotos. Este aislamiento permite a los trabajadores extraer concesiones significativas en sus salarios y otras compensaciones, lo que aumenta la presión para la producción automatizada. En particular, los no convencionales requieren grandes cantidades de agua dulce, lo que significa que los bajos flujos de agua pueden amenazar la producción. 

También confían en el ferrocarril y el oleoducto para llevar su producto al mercado: la dependencia de la industria del transporte terrestre de larga distancia ha sido una vulnerabilidad explotada por manifestantes indígenas y ambientalistas, como oposición al oleoducto Keystone XL desde Alberta hasta los EE. UU. Y el acceso a Dakota tuberías de Dakota a Illinois demostraron. Los no convencionales necesitan combustible para extraer combustible, lo que reduce su retorno de energía sobre la inversión (EROI). El EROI para la industria de las arenas bituminosas es un miserable 4: 1, muy inferior al 100: 1 alcanzado por los productores de petróleo convencionales de EE. Estos rasgos se suman a un sistema de energía costoso, ambientalmente destructivo y volátil.

La hibridación inusual de la industria no convencional ayuda a explicar por qué se ha visto más afectada por el choque en comparación con los convencionales. Gran parte de las noticias se han centrado en cómo el precio de los futuros del petróleo de mayo colapsó en números negativos por primera vez, pero este fue un fenómeno norteamericano. El precio mundial del petróleo, el índice "Brent" establecido por los productores del Mar del Norte, se mantuvo en el lado derecho de cero, cerca de $ 20 por barril. Esta no es la primera vez que Brent y West Texas Intermediate (WTI), la medida estándar de EE. UU., Divergieron, como cuando WTI se negoció con un descuento para Brent durante 2011-13 . 

Las industrias de arenas bituminosas y fracking están esparcidas por un amplio interior, al igual que las fábricas textiles del siglo XVIII, lo que significa que tienen problemas para llegar al mercado mundial. El almacenamiento en tierra, centrado en la ciudad de Oklahoma de Cushing, es limitado y el precio del WTI se derrumbó cuando se hizo evidente que no había suficiente espacio para almacenar el exceso. Por el contrario, el precio de Brent refleja la estabilidad del sistema petrolero convencional; la producción tiende a estar cerca de los puertos, donde las flotas de petroleros del mundo pueden convertirse en bóvedas improvisadas. 

Si bien el colapso del WTI muestra la debilidad del sistema no convencional, el precio de Brent refleja mejor el estado del mercado mundial del petróleo. La pandemia hizo que la demanda se redujera en 29 millones de bpd, volviendo a la era convencional de la década de 1990. El presentimiento del mercado de que $ 20 por barril es suficiente para producir 70 millones de bpd parece plausible. Los productores de menor costo, como Arabia Saudita, necesitan solo $ 13 por barril, y los productores del Mar del Norte $ 15 por barril, pero el mar ultra profundo (otra forma no convencional) requiere $ 30 por barril. Incluso una producción no convencional excepcionalmente barata en la cuenca del Pérmico necesita precios a mediados de los $ 30 para alcanzar el punto de equilibrio, mientras que la tasa de arenas bituminosas es de $ 40. 

La curva de precios para el próximo barril marginal de petróleo es abrupta entre los convencionales y los no convencionales, lo que significa que los precios saltan rápidamente a varias veces el promedio histórico cuando la economía va bien, pero colapsan cuando hay una crisis económica, como ocurrió en 2008, 2014, y ahora nuevamente en 2020. Por lo tanto, el límite de $ 20 por barril parece estar cerca de la división convencional / no convencional. Con el grupo de productores Opec + acordando reducir la producción en solo 10 millones de bpd, los precios bajos consistentes eliminarán a los productores hasta que el suministro se reequilibre en alrededor de 70 millones de bpd. Aunque los analistas predicen que la demanda de 90 millones de bpd regresará para fin de año, eso parece optimista dada la profundidad de la depresión de Covid-19. 

El año pasado, el Departamento de Energía de los Estados Unidos elogió a la industria del fracking por producir "moléculas de libertad", pero ¿qué forma toma esta libertad? ¿Una industria volátil y destartalada que deja devastación a su paso? ¿Dónde se ha derrumbado el precio tres veces en los últimos doce años?Al pacto que la sociedad ha hecho con capital no convencional, les damos la Tierra y ellos nos dan abundancia, no le ha ido bien. La depresión actual deja en claro que los no convencionales no nos brindan ni abundancia ni seguridad ni libertad. Sin embargo, en lugar de revertir la transición no convencional, los gobiernos de EE. UU. Y Canadá han favorecido los costosos rescates para los no convencionales. En cambio, deberían haber dejado que las empresas no convencionales se marchitaran, con el estado primero en la fila para recolectar activos para pagar los gigantescos pasivos ambientales de la industria. 

Con la desaparición del sistema no convencional podemos comenzar a imaginar el final del régimen de combustibles fósiles antiguos . En el futuro previsible, la demanda de petróleo seguirá siendo baja, dando tiempo para expandir enormemente los sistemas de energía renovable. El estímulo fiscal que lo acompaña ayudará a revivir una economía moribunda y garantizará que habrá suficiente energía verde una vez que la demanda se recupere. Primero se suspenderá la transición no convencional, y luego también la transición convencional. Sin embargo, parece poco probable que el capitalismo pueda volver a sus raíces renovables. Más bien, será necesaria una ruptura. La futura sociedad post-carbono quizás no pueda prometer una abundancia infinita, pero podría ofrecer una libertad que nunca se encontrará en la cuenca del Pérmico o en las arenas bituminosas.

 


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